Economía circular en estado puro

Nada se desecha: un nuevo uso a los residuos forestales

lunes 15 de noviembre de 2021 | 11:09hs.
Nada se desecha: un nuevo uso a los residuos forestales
Nada se desecha: un nuevo uso a los residuos forestales

Algunas veces esas técnicas milenarias que van perdurando en el tiempo y pasan casi como una herencia genética de generación en generación se amalgaman con las nuevas tecnologías y sus resultados pueden ser, por ejemplo, lo que ha logrado Juan Carlos Kikué, un conocido arquitecto de la zona que ha desarrollado la producción de carbón con desechos forestales y a través del humo que emana en su proceso obtiene una brea ecológica similar a la que producía su abuelo en Japón y la que “se usa  desde la construcción de los milenarios templos” que posee el imperio del sol naciente.
La inquietud provino en el profesional al ver que, luego de utilizar los troncos de pino de reforestación que son industrializados en su aserradero todo lo que no era maderable, vale decir que no posea cierto espesor para transformarlo luego en tablas, tirantes o machimbres, quedaba como desecho.


En ese sentido cuenta Kikué que desde su empresa decidieron hace casi un año comenzar a aprovechar estos residuos forestales y pusieron en marcha un horno  construido por ellos y que es “un prototipo que trabaja a través de un proceso de pirolisis”, vale decir que con una temperatura constante a 400 grados centígrados se produce la descomposición química de materia orgánica causada por el calentamiento a altas temperaturas, pero con total ausencia de oxígeno.


El resultado de este proceso es “el aprovechamiento de las partes de los árboles que sobran,  los gajos, con ellos producimos carbón vegetal y con los humos que emanan se destilan y elaboramos en primera instancia una brea de origen vegetal y por otro lado estamos terminando de probar la última destilación que nos va a permitir a través de estos ácidos piroleñoso un foliante que podría ser de uso orgánico y muy efectivo en cultivos tradicionales como la yerba mate” anticipaba el profesional.
Cabe señalar que el ácido piroleñoso se utiliza con múltiples propósitos como el mejoramiento de la calidad del suelo, también es un potente aditivo para fortalecer la raíz de la planta y como fertilizante foliar.


Círculo de producción
Al adentrarnos en los procesos que lleva a cabo Juan Carlos Kikué se puede vislumbrar el estar logrando los parámetros que se conoce como la economía circular, que es conseguir la perfecta simbiosis de los modelos de producción y consumo que puede ser la garantía de un crecimiento sostenible en el tiempo, vale decir aprovechar al máximo los recursos materiales que se poseen y de esta forma prolongar el ciclo de vida de los productos.


También el empresario hace hincapié en “proteger el pulmón verde que es Misiones, por eso usamos todos productos reforestados y apostamos al uso de productos orgánicos” decía y añadía que con la elaboración de este carbón vegetal apunta a “preservar el bosque nativo de la provincia porque hoy, gran parte del carbón que se produce es producto del desmonte de madera nativa” señalaba.


Con la capacidad de su primer horno de 20 toneladas de gajos los mismos son llevados a 400 grados durante tres días seguidos con la primera innovación del mismo, que su propio calor produce gases que circulan hacia abajo y es quemado, por lo que esos desechos forestales al momento de empezar su quemado van produciendo su propio combustible para mantener 72 horas hasta convertirse en unas 1500 bolsas de 4,5 kilos cada una de carbón vegetal que es envasada y comercializada con una singular calidad que es la poder mantenerse encendido hasta tres horas.


Los humos que van a un proceso industrial se convertirán en unas dos toneladas de brea de muy alta concentración que es utilizada “en todas las viviendas que construimos con un probado y efectivo sistema de aislante hidrófugo pero también es un repelente de insectos, algo irremplazable que no solo hace a la larga vida de la madera sino que mejora el hábitat de la casa” cuenta Kikué donde hace mención a que ya su abuelo, de origen japonés, fabricaba este elemento en el país asiático y que de alguna manera “es un sabor especial producir lo mismo que él pero con toda la nueva tecnología y protegiendo el ambiente” le decía el territorio.


Por último y aún con un último proceso de destilación por finiquitar estas 20 toneladas de residuos forestales producirán entre 8 a 12 mil litros de ácido que significarán contar con un foliante de origen vegetal que podría ser un solución al alcance de la mano de todos los productores de Misiones.


Así, la innovación mezclada con la genética de espíritu emprendedor que es identidad de una provincia forjada por multi culturas inmigrantes, se manifiesta en este arquitecto que decidió ir más allá de dibujar un plano estático a proyectar nuevos productos, soluciones y mercados.

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