“Le prometimos que nunca iba a quedar en el olvido y se cumplió”

miércoles 10 de noviembre de 2021 | 6:03hs.
“Le prometimos que nunca iba a quedar en el olvido y se cumplió”
“Le prometimos que nunca iba a quedar en el olvido y se cumplió”

Estela Leite y Damián Mercado, padres de Vilma, tuvieron la difícil tarea de revivir el dolor y el horror que padecieron al declarar como testigos en la primera audiencia de debate y desde allí siguieron las audiencias posteriores entre el público.

Ayer, claramente, no fue la excepción. Acompañados por su otra hija, Yamila Campañoni, y las amigas más cercanas de Vilma, oyeron atentamente el desarrollo de la última audiencia y entre el shock y el alivio vivieron el momento del dictado de la sentencia final.

“Fueron dos largos años de lucha, gritando, pidiendo y exigiendo justicia. Cumplieron con la ley”, dijo brevemente Leite, invadida por una emoción que le impidió comprender que el duro proceso al fin había terminado.

A su lado, Damián Mercado, también emocionado pero con la calma y la prudencia que lo caracterizó desde el primer día, señaló a El Territorio que “a partir de hoy mi hija va a poder descansar en paz, pero el dolor de su ausencia es para toda la vida”.

Respecto del desarrollo del debate, aseguró que “hasta hoy fueron todos días muy difíciles, pero confiaba en la Justicia desde el primer día. Hoy gracias a Dios se hizo justicia como le prometimos a nuestra hija, que nunca iba a quedar en el olvido y hoy se cumplió”.

Por último, graficó el dolor que lo invade y cómo enfrenta la etapa que se viene. “En el cementerio estoy haciendo un panteón que es para la familia. Nuestra vida sigue. Hay un vacío porque ella no está, pero tenemos que levantarnos día a día para ir a trabajar porque tenemos hijos y nietos. Por ellos tenemos que seguir, pero siempre digo que ojalá mi tiempo pase rápido, porque mi vida es muy difícil sin ella”.

Fuera del tribunal, ambos se fundieron en un abrazo junto a la marea de personas que acompañó a la familia en el proceso. Los empujones, los insultos y las corridas registradas el miércoles pasado no se repitieron gracias a la medida de virtualidad y sólo reinó un sentimiento de desahogo generalizado.

“Vilma presente, ahora y siempre”, fue el cántico que vibró en cada ventana de los edificios lindantes al tribunal y también el mensaje que quedó sellado en tinta sobre la calle San Juan. Una dura etapa se cerró, pero el recuerdo del femicidio que movilizó a Iguazú quedará por siempre. 

 

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