Imputado por el doble crimen de Florentino Ameghino

Brasil expulsará a Pablo Dlugokinski para que sea juzgado en Argentina

Cumplida su pena en el vecino país por falsificación de documento, el miércoles será repatriado por San Javier. Cómo fue su captura y las pruebas que lo vinculan al expediente
lunes 08 de noviembre de 2021 | 6:05hs.
Brasil expulsará a Pablo Dlugokinski para que sea juzgado en Argentina
Brasil expulsará a Pablo Dlugokinski para que sea juzgado en Argentina

Durante casi dos años vivió en Brasil sin esconderse, a pesar de estar imputado por un doble homicidio en Argentina. Nunca le interesó el bajo perfil, más bien todo lo contrario, ya que era muy activo en las redes sociales y con un par de alias le alcanzó para ocultar su verdadera identidad.

En el vecino país se dedicaba a la música, tenía su propia banda y, con total impunidad, difundía sus shows por Facebook.

A juzgar por su manera de actuar, nunca pensó que sus acciones tendrían consecuencias.

Pero el 3 de febrero de 2019, Pablo Dlugokinski (38), alias “Oscar Dos Santos” y “Joao Paulo”, fue detenido por la Policía Federal brasileña en la localidad de Novo Hamburgo, estado deRío Grande do Sul, a unos 40 kilómetros de Porto Alegre.

Lo capturaron porque portaba documentación falsa y no pudo acreditar su verdadera identidad. Luego las autoridades argentinas confirmaron sus datos filiatorios y que era buscado por el doble homicidio de Olivia Márquez (46) y su concubino Sandro Leiva (40), perpetrado el 28 de marzo del 2017 en Puerto Rosario, localidad de Florentino Ameghino.

Dlugokisnski no cayó porque lo buscaban, sino por la denuncia de una ex pareja que conocía sus problemas con la Justicia argentina.

Incluso, lo último que compartió en su perfil de Facebook bajo el nombre de Oscar Dos Santos, texto acompañado de la foto de una mujer, decía: “Hay personas que entran en la vida de la gente sólo para destruir”.

En tanto, la semana pasada la Justicia brasileña notificó a su par argentina de la expulsión de Dlugokinski, quien será trasladado hasta el paso fronterizo de San Javier y quedará en custodia de la Policía de Misiones.

Dos intentos de fuga
Ya en Argentina, Pablo Dlugokinski será conducido a una dependencia de la Unidad Regional II de Oberá, a la espera de la citación a indagatoria en el Juzgado de Instrucción Uno a cargo del expediente por el doble homicidio de Márquez y Leiva.

Por el mismo hecho, el 6 de mayo el ex cabo de la Policía de Misiones Víctor Dlugokinski (35) -hermano de Pablo- y su cuñado Leandro Bublitz (38) fueron condenados a prisión perpetua por el Tribunal Penal Uno de Oberá.

En la instrucción y el posterior debate quedó probada la participación del mayor de los hermanos Dlugokinski, aunque la condena no lo incluyó por el principio de defensa que indica que nadie puede ser juzgado en ausencia.

Ahora, la expulsión del vecino país y su reclusión en Oberá activará el proceso para la realización en un juicio oral y público para deslindar su responsabilidad en el citado crimen.

En diálogo con El Territorio, un vocero del caso confirmó que la expulsión se concretará el próximo miércoles a las 15, horario fijado para la entrega del detenido en el paso fronterizo de San Javier.

Según lo previsto, Dlugokisnski será trasladado por una comisión de la Policía Federal brasileña y, ya del lado argentino, quedará a cargo del cuerpo de Infantería de la Policía de Misiones.

Anticiparon que el operativo se realizará bajo estrictas medidas de seguridad, habida cuenta al antecedente que pesa sobre el detenido, quien en dos ocasiones trató de escapar de la cárcel donde está detenido en Brasil.

En esa línea, se prevé que el próximo jueves será citado a audiencia indagatoria, paso previo al dictado de la prisión preventiva, instancia que habilitará su alojamiento en una dependencia del Servicio Penitenciario Provincial (SPP).

Pena y expulsión
Con relación al trámite que permitirá la repatriación de Dlugokinski, una alta fuente precisó la misma se canalizará bajo la figura de la expulsión por tratarse de un ciudadano argentino que ingresó al Brasil de manera ilegal.

“Cruzó la frontera en forma irregular y después lo detuvieron con un documento falso. En ese contexto, como allá ya cumplió con la pena impuesta por falsificación de documento público, la normativa del vecino país contempla la expulsión, que es un trámite mucho más rápido que la extradición”, detalló.

De esta forma, concluirá un proceso que comenzó en abril de 2017 cuando la entonces jueza de Instrucción Uno de Oberá, Alba Kunzmann de Gauchat, emitió el pedido la captura internacional de Pablo Dlugokinski.

Para entonces, apenas días después del doble homicidio de Márquez y Leiva, Víctor Dlugokinski y Leandro Bublitz ya estaban tras las rejas.

Pero pasaron casi dos años hasta que el mayor de los hermanos fue apresado, a pesar de que él mismo se encargaba de contar dónde vivía y qué hacía. Todo a través de su perfil de Facebook.

“Gracias Dios por caminar conmigo a mi lado y realizar mi sueño de poder cantar y cada día ver el reconocimiento por el trabajo serio. Mi página de amigos sólo aumenta, eso no tiene precio. Por ustedes canto y así será hasta el último día de mi vida. Un buen día de fiesta a toda la gente que se encuentra en el camino de la vida”, escribió en septiembre de 2018, tal como publicó El Territorio en ese entonces.

Fue en la previa a una nueva actuación con su grupo musical. Residía en Novo Hamburgo, Río Grande do Sul, a unos 550 kilómetros de la frontera con Misiones.

En la misma red social compartía fotos suyas y videos de sus shows, al tiempo que promocionaba sus eventos y difundía un número de teléfono para contrataciones.

Móvil del crimen
La expulsión de Pablo Dlugokinski y su traslado a la Argentina derivará en un segundo juicio por el doble homicidio de Márquez y Leiva.

En el primer debate el ex cabo Víctor Dlugokinski y su cuñado Leandro Bublitz fueron condenados a prisión perpetua como coautores penalmente responsables del delito de doble homicidio calificado por haber sido cometido con ensañamiento, alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas.

“Pero todavía falta uno”, subrayó Daiana Mouls, hija de Márquez, el pasado 6 de mayo tras la sentencia, en referencia al mayor de los Dlugokinski.

Con relación al móvil que habrían tenido los asesinos para perpetrar el doble homicidio, la joven adhirió a la hipótesis que desplegó la fiscal Estela Salguero en su alegato.

En este punto cobra relevancia las circunstancias del deceso de Ildo Victorino Dlugokinski (58), padre de Pablo y Víctor, fallecido el 25 de marzo del 2017 en el incendio de su casa. Al menos esa es la versión oficial. Tres días después desparecieron Márquez y Leiva.

Ya en la instrucción Bublitz dijo que los hermanos Dlugokinski le confesaron que pergeñaron el doble homicidio porque sospechaban que la pareja mató a su papá, lo que no habría sido más que le excusa que el ex policía le dio a su hermano que entonces residía en Brasil y llegó al país para la inhumación de su progenitor.

En su alegato, Salguero expresó que aquel 25 de marzo “las víctimas fueron testigos de una feroz pelea entre el policía y su padre, donde hasta hubo un machete, y eso podría saltar en una investigación posterior”.

En tanto, Mouls señaló “coincido con la teoría de la fiscal. Los mataron para encubrir el asesinato de su propio padre”.

Detalles del horror
En su alegato, el querellante Juan Szymcak graficó que los asesinos “sembraron de pruebas” el expediente, por lo que pidió la máxima pena.

Relató que todo comenzó el 28 de marzo del 2017 al mediodía, cuando Márquez y Leiva se dirigieron en moto a la chacra de Dlugokinski, distante a ocho kilómetros, donde fueron emboscados y ultimados por los tres imputados.

“Los victimarios eran sus parientes, por eso fueron con confianza y así los sorprendieron”, mencionó.

Para graficar la premeditación de los homicidas, indicó que ya el día anterior Víctor Dlugokinski (entonces policía en actividad) llevó a su esposa e hijo a la casa de sus suegros para asegurarse de que no haya testigos en su chacra de Puerto Rosario.

“Allí los sometieron a una feroz golpiza. Luego hicieron arrodillar a la señora y le pegaron un tiro en la nuca y otro en el costado. A su concubino lo ataron y lo mataron, también arrodillado”, detalló y se quebró.

“Pido disculpas por la emoción, pero conocía muy bien a las víctimas”, agregó el letrado.

En la continuidad de su alegato, Szymcak indicó que en horas de la noche del mismo 28 de marzo los homicidas “colocaron la moto de las víctimas en el auto del ex policía con las intenciones de arrojarla al río, pero felizmente fueron vistos por una patrulla de Gendarmería”.

Además de hallar el arma reglamentaria del cabo y dos fajos de dinero, los gendarmes dejaron constancia de que en el baúl del Chevrolet Aveo había una moto desarmada. Tras constatar sus antecedentes el trío fue liberado, pero continuaron viaje en sentido contrario al que inicialmente mencionaron con el argumento de llevar la moto a un taller.

Cuatro días después los restos de la moto fueron hallados en el arroyo Los Toros.

 

La confesión de Bublitz

En el primer juicio quedaron plasmadas las pruebas que implicaron a los acusados: las pericias balísticas confirmaron que las víctimas fueron ultimadas con dos armas del ex cabo Víctor Dlugokinski,

su pistola reglamentaria y una escopeta; los cadáveres fueron sepultados en la chacra del mismo imputado y los tres sospechosos fueron implicados por una patrulla de Gendarmería que el mismo día del hecho los identificó trasladando la moto de la pareja asesinada.

En su alegato la fiscal Estela Salguero ponderó la declaración de Bublitz, quien mencionó que el 28 de marzo al mediodía se hallaba en su casa de Panambí y llegaron Víctor y Pablo Dlugokinski.

Se quedaron a almorzar y luego le invitaron “para dar una vuelta”, indicó.

“Cuando salimos de mi casa eran las 16, 16.30 y en el camino, llegando a la casa de Víctor, ellos me contaron que habían matado a esa pareja de Olivia Márquez y Sandro Leiva por el motivo que habían descubierto que habían matado a su padre, llamado Ildo Victoriano Dlugokinski. Ellos habían desarmado la moto de la pareja y yo no sabía lo qué hacer. Me puse muy nervioso y ellos me pidieron que los ayude a deshacerse

de la moto”, relató en la indagatoria. Pero para la fiscal, el imputado realizó un “detalle tan minucioso que sólo lo puede dar una persona que participó del hecho”.

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