Rotarios colocaron doce desfibriladores en Posadas

El proyecto anhelado desde hace varios años pudo concretarse. En los últimos días los integrantes del Rotary Club Posadas terminaron de colocar el último desfibrilador que se habían propuesto como objetivo para lograr una ciudad cardioprotegida.

Se trata de doce desfibriladores externos automáticos (DEA) que están puestos en lugares estratégicos de la ciudad que fueron consensuados con el municipio para usarse en caso de una emergencia de salud. Las zonas fueron elegidas por tratarse de sitios por donde a diario circulan miles de personas.

Los aparatos están en el Mercado Concentrador, la ex Estación de Trenes del cuarto tramo de la Costanera, el edificio de la Municipalidad de Posadas, el Paseo la Terminal, el Caps 32 de Itaembé Miní, el polideportivo Finito Gehrmann, la Legislatura, la Casa de Gobierno, el Hospital de Itaembé Guazú, La Placita, Canal 12 y la delegación municipal de Villa Cabello.

Para usar los aparatos las personas que trabajan en esas instituciones recibieron capacitación junto a los rotarios.

“El curso de capacitación consistió en primer lugar en la prevención de enfermedades cardiovasculares que muchas veces terminan en lo que es la muerte súbita. Además se capacitó a los primeros respondedores, aquellos que están en la atención al público o personal de seguridad privada o municipal, que tienen la posibilidad de estar en un lugar como es la atención al público. A ellos se les dio el protocolo de reanimación cardiopulmonar sólo con las manos por protocolo Covid-19  y además se les capacitó para el manejo de los DEA, y consistió en un curso de no más de 90 minutos por grupo de diez personas”, explicó el médico Orlando Querencio, capacitador y rotario.

“Esto es inédito, en la Argentina no hay algo así salvo en lugares específicos como un aeropuerto, pero no en una ciudad”, habían explicado los rotarios cuando presentaron el proyecto desde esta entidad que cumplió ya 92 años en Posadas.

La necesidad la vieron a partir de algunos casos que tomaron relevancia pública en la que ciudadanos sufrieron ataques cardíacos en espacios de gran tránsito pero murieron debido a la falta de asistencia adecuada y rápida. Todo el trabajo que comenzó en la presidencia de Jorge Navarro Frick continuó con José Omar Rodríguez y culminó con Mario Ballestrero, y demandó la inversión de al menos 36 mil dólares.

Ahora cualquier persona que presencie un ataque cardíaco en esas zonas de la ciudad sabe que allí hay personas capacitadas y aparatología para una pronta atención hasta que llegue la ayuda médica. z