Salsa misionera

Nuevos himnos de la alegría

Papamono nació como una alternativa a la hora de bailar y para impulsar un género casi ausente en la Tierra Colorada
miércoles 27 de octubre de 2021 | 2:00hs.
Nuevos himnos de la alegría
Nuevos himnos de la alegría

Movimiento de hombros, los pies siguen a la cadera en compases más o menos armoniosos, pero el movimiento es inevitable. La música caribeña provoca alegría y el baile es sinónimo de expresión lúdica festiva, a pesar de no ser experto. Acostumbrados a ritmos como el chamamé, la cumbia e incluso la samba brasileña, un grupo de músicos misioneros decidió poner énfasis en un nuevo género para liberar endorfinas, la salsa.

Con un origen un tanto debatible y quizás más antiguo, la popularización y consolidación de la salsa se dio de la mano, principalmente de los latinos migrantes en Nueva York en los años 60. Paralelamente el jazz, el rock and roll y otras expresiones de libertad se extendían elevando las ofertas musicales de distintos festivales revolucionarios.
Hoy, la referencia del son cubano, que es su eje, sigue estando presente y el caribe entero se representa bajo sus acordes.

‘‘¿ A quien no le gusta la salsa? Es un ritmo que contagia, dan ganas de bailar y esa era la idea al armar el grupo, contagiar esa alegría’’, postuló Sergio Arteaga, vocalista de Papamono.

‘‘Hace cuatro años teníamos la idea de hacer ese estilo con mi hermano porque era un género que no se escuchaba mucho acá’’, explicó Pablo Burgos, que junto a su hermano Hernán ‘Chaque’ Burgos probaron distintas formaciones para la banda hasta consolidar, en este 2021, el grupo definitivo. Además de Arteaga, Federico Acevedo y Matías Garcete completan el plantel. El nombre Papamono nació de un brainstorming y se afianzó en la relación con un dicho popular, lo cómico de su relación y el hecho de que todos los integrantes son padres de familia.

Mientras se preparan para grabar un demo con sus temas más resonantes, a modo de tener un material de presentación de calidad, los chicos detallan que ya sienten la aceptación del público posadeño.

Con un repertorio popular, de canciones conocidas, versionadas en formato salsa, los Papamono se animan a improvisar y enganchar temas para que la fiesta no se detenga y el baile no tenga ni un segundo de intervalo.

En esta línea, afirman que ellos mismos disfrutan mucho de sus performances y que si bien los mayores de 30 se ven más identificados en la elección del cancionero, casi nadie se aguanta quedarse en la silla, simplemente observando.

Precisamente de la mano de profesores de baile y academias que se enfocan específicamente en estos géneros latinos como salsa y bachata, la incipiente banda dio conciertos en eventos específicos, con público afín y entendió que el nicho de los salseros está en pleno auge.

Además, ya con la experiencia de haber tocado en diferentes bares y restaurantes de la ciudad, la simbiosis fue instantánea y muchos curiosos se sumaron recientemente al estilo, no sólo como oídos adeptos, sino también como bailarines principiantes.

Según detalló Pablo sobre los orígenes, Papamono surgió como proyecto con su hermano, a raíz de escuchar a Pedrito Martínez y mucha timba cubana. La idea fue aportar algo distintivo, que saliera de la constante de la cumbia o los ritmos brasileños.

Para eso, graficó que todos debieron profundizar conocimientos y técnicas para perfeccionarse. Si bien estudiaron música y son grandes autodidactas, ‘‘nos tuvimos que sentar varias noches. La parte de armonía tuvimos que estudiar bastante y mi hermano en el piano también tuvo que poner mucho estudio porque la salsa tiene su vuelta’’, contó Pablo. Entre las potencialidades del género para un músico, no sólo ponderó el disfrute sino también la posibilidad de innovar con versiones propias y sumar más arreglos al sonido latente de la percusión de fondo.

En tanto Sergio, que tiene trayectoria en otros grupos de ritmos diferentes como el folclore, destacó que con Papamono, el son fluye. Claramente apasionado por la nueva iniciativa, expresó que el entendimiento es automático. ‘‘Yo siento que en un solo ensayo sale el tema. Probamos, nos gusta y queda’’, alegó al tiempo que también subrayó la dinámica de improvisar en vivo. ‘‘Hay mucha conexión. Tenemos temas que duran tres minutos, pero nos ponemos a improvisar y se extienden al doble’’, manifestó.

Si bien el género se mantiene vigente y como uno de los símbolo del goce caribeño, se postula como un espacio nuevo en la Tierra Colorada.

Así, con letras conocidas y el llamado de la percusión, Papamono invita a sumergirse en el mundo de la salsa y celebrar la vida, como un carnaval. 

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