De cara al ciclo lectivo 2022

Vuelta al aula en la universidad con más herramientas y estrategias

El tiempo del aprendizaje, el acceso a la información y las formas de evaluación cambiaron durante la pandemia y dejaron ver nuevas maneras de estudio
viernes 22 de octubre de 2021 | 16:35hs.
Vuelta al aula en la universidad con más herramientas y estrategias
Vuelta al aula en la universidad con más herramientas y estrategias

La presencialidad plena es algo que aún no se avizora en las universidades y recién podrían darse en el ciclo lectivo del año 2022, de acuerdo a cómo estén las condiciones sanitarias. Después de dos años sin entrar a las aulas los estudiantes universitarios deben volver a retomar sus actividades, con todo el bagaje aprendido en la virtualidad.


Tanto en 2020 como en el transcurso del ciclo lectivo de este año, los cambios fueron evidentes en tres sentidos: el tiempo del aprendizaje, el acceso a la información y las formas de evaluación.


“El aislamiento quebró la idea de lo simultáneo, de la organización escolar. Uno de los primeros quiebres es con la idea del tiempo de aprendizaje y el tiempo de enseñanza. Hoy vemos en las escuelas que hay un tiempo de enseñanza que no necesariamente tiene su correlato en el tiempo de aprendizaje, los chicos pueden aprender en otros tiempos y en otros ritmos. Con la pandemia lo sincrónico y asincrónico empezó a entrar en el vocabulario de los docentes y hoy por hoy se ven escuelas donde se resignifican el tiempo individual o grupal de trabajo. El otro punto tiene que ver con el acceso a la información y el asumir que estar en la escuela no es solamente responder una consigna, sino que hay una interacción que involucra otros planos: lo socioemocional, que se relaciona con lo grupal y otras dimensiones y que todo eso hace al aprendizaje. Los chicos extrañan conversar con los profesores, el trato con los compañeros, por ejemplo”, explicó Rosana Linares, subsecretaria de Educación, del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología.


El tercer punto y más discutido durante el 2020 fue el abandono de la calificación numérica debido a la situación extraordinaria y el contexto sanitario. Al respecto, Linares comentó que evaluar significa dar cuenta del aprendizaje, y que hay que repensar qué es lo que se evalúa.


“Que hoy sea no sólo el docente sino la comunidad la que tenga diferenciado entre evaluar, calificar y promover para nosotros es una mirada importante, enriquecedora y que nos habilita un debate que tiene que ver con las formas de transitar la escuela”.


Una preocupación de los padres era que los estudiantes que vivieron sus últimos años fuera de las aulas no sean aptos para la universidad, o que no tuvieran los conocimientos suficientes para rendir un examen de ingreso o bien los primeros parciales.

“El tiempo de la pandemia no invalida doce años de escolaridad. Las habilidades de lectoescritura -hablar, leer y comprender- no se aprende en quinto año sino en el momento en que se alfabetiza el niño, lo que sí tenemos que replantearnos en el pasaje de ciclo, que hay que fortalecer”.

Herramientas para seguir
Lo virtual atravesó todos los niveles escolares y los universitarios son quienes continúan desarrollando sus trabajos en plataformas y por diferentes medios. Se dio una adaptación forzosa al principio pero que hoy deja sus ventajas y propone nuevas formas de transcurrir la vida en el tercer nivel de escolaridad.
“Todas las herramientas que son de las tecnologías aportan en tanto que uno pueda resignificar la clase presencial. Dar el mismo esquema de trabajo que en el 2019 sin reconocer que las tecnologías permiten otras habilidades no es enriquecedor”, expresó Linares.


Las redes sociales son muy utilizadas por los adolescentes y es ahí desde donde se informan y por eso “hay que ver de qué forma la universidad permite que los estudiantes construyan criterios para que puedan identificar la diferencia entre una noticia falsa de una que es real, que el alumno las aborde de una manera proactiva y no ser un simple consumidor”.


También es importante observar cómo los jóvenes se apropian de las nuevas tecnologías y desde allí generar conocimiento. Según la Secretaría de Educación, la universidad debe poner en valor los conocimientos previos de los estudiantes.
“No sólo prestar atención a las tecnologías en sí, sino en el sentido que le damos a las clases a partir de la incorporación de las tecnologías. Debemos reconocer que los jóvenes tienen aprendizajes previos y ver cómo recibimos y habilitamos ese estado de situación de lo que sí saben hacer y a partir de ahí construir la propuesta formativa y no ir tanto por lo que falta fortalecer, sino por lo que sí saben hacer”, cerró Linares. z

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