Teófilo Gauto (37) y Mirta Benítez (34) fallecieron el 12 de agosto en Colonia Luján

Evalúan pedir colaboración a fuerzas federales para identificar a prófugo

La Justicia de Puerto Rico sigue tras el rastro de un camionero que huyó tras provocar la muerte de dos motociclistas. Dos detenidos que tenía la pesquisa fueron excarcelados
viernes 22 de octubre de 2021 | 6:03hs.
Evalúan pedir colaboración a fuerzas federales para identificar a prófugo
Evalúan pedir colaboración a fuerzas federales para identificar a prófugo

A más de dos meses de la muerte del agente sanitario Teófilo Gauto (37) y su esposa Mirta Isabel Benítez (34), atropellados mientras viajaban en su motocicleta sobre la ruta nacional 12 por un camión cuyo conductor escapó tras el siniestro vial, la Justicia de Puerto Rico continúa intensamente con la difícil labor de identificar y ubicar al responsable de la doble tragedia que sacudió a la localidad de Garuhapé.

Y en ese plan por lograr el esclarecimiento del caso trascendió durante las últimas horas que desde el Juzgado de Instrucción Uno de Puerto Rico no descartan solicitar colaboración a alguna fuerza federal para lograr identificar al conductor del camión Iveco modelo Vertis implicado en el doble homicidio en accidente de tránsito ocurrido el pasado 12 de agosto, en el acceso a Colonia Luján.

En paralelo a esta posibilidad, otra novedad importante que surgió en torno a este expediente tiene que ver con que los dos hombres que estaban detenidos como encubridores del camionero, y que habían sido detenidos en distintos operativos de la Policía a mediados de septiembre. Y es que ambos recuperaron la libertad esta semana tras acceder a la excarcelación por caución juratoria.

Se trata de  Jorge N. (35) y Mario A.C. (32), con domicilio en Montecarlo y Caraguatay, respectivamente, y que de acuerdo a las investigaciones realizadas por la Policía de Misiones eran los ocupantes de un Chevrolet Astra verde que fue captado por distintas cámaras de seguridad custodiando el recorrido del camión el día del hecho. Y que en un principio se sospechó que fueron los que habrían ayudado en la fuga al camionero implicado.

De acuerdo a fuentes de acceso a la investigación, los dos sospechosos continúan supeditados a la pesquisa mientras se avanza con otros detalles de la investigación.

Según los voceros consultados, tras ser llevados a declaración indagatoria ante el juez Manuel Balanda Gómez, titular del Juzgado de Instrucción de Puerto Rico, uno de ellos se desligó del caso, mientras que el otro optó por guardar silencio.

Entre los elementos de prueba que ayudaron a la liberación se encuentran las distintas testimoniales tomadas por los investigadores a varios testigos del caso.

Más precisamente a dos adolescentes que en entrevista en Cámara Gesell dijeron no haber visto a los dos hombres custodiando el recorrido del camión. Además de otras pericias solicitadas oportunamente por la Justicia.

Difícil reconocimiento

Más allá de que los investigadores cuentan con las imágenes de distintas cámaras de seguridad apostadas sobre la ruta nacional 12, y que reconstruyeron el recorrido que hizo el camión desde Posadas hasta el momento del accidente, el reconocimiento de quién iba al mando del vehículo sigue siendo una misión complicada.

Esto se debe a que en los distintos registros fílmicos, entre ellos el de una estación de servicios, se puede ver que el conductor es un hombre que lleva gorro estilo visera y barbijos, lo que dificulta bastante advertir los detalles faciales del conductor.

Sí se puede inferir que sería una persona de entre 20 y 30 años, añadieron las fuentes.

La hipótesis que toma cada vez más fuerza es que los ocupantes del Astra y el conductor del camión estaban en pleno plan de mover una carga de estupefacientes y que el vehículo menor era el encargado de hacer de “puntero”.  Es decir, que se iba a encargar de ir barriendo la ruta para advertir sobre los controles policiales.

En este sentido, se especula que la droga iba a ser acondicionada en Colonia Luján, donde ocurrió el siniestro.

Es que el Iveco tenía un corte en el chasis dispuesto presuntamente para acondicionar el producto, además de una pintura recién hecha que tiene la doble función de ocultar las modificaciones y despistar a los canes antinarcóticos.

Otros datos avalan esta teoría: circulaba con una cédula vencida y estaba a nombre de un banco, por lo que todo indica que fue adquirido en el mercado negro.

De todas formas, los investigadores no pierden el rumbo y sus labores se concentran en identificar al responsable de atropellar, matar y abandonar a dos personas. Creen que está cada vez más cercado y más pronto que tarde lo van a localizar.

Colisión y muerte

El grave siniestro vial que se cobró la vida de Gauto (37) y Benítez (34) se desarrolló durante la tarde del jueves 12 de agosto, en el kilómetro 1.492 de la nacional 12, justo en el ingreso a Colonia Luján.

Las víctimas, que se movilizaban en una Zanella 150, fueron halladas sin vida en la vera de la calzada, luego del alerta de automovilistas que pasaban por la zona y vieron sus cuerpos.

Ambos pertenecían a la comunidad aborigen Perutí de El Alcázar, donde su muerte causó conmoción.  Es que Teo -como lo llamaban- era el vacunador, agente sanitario, referente de salud indígena y que horas antes de la tragedia, había estado atendiendo a su paisanos.

A mediados de 2007, Gauto empezó como voluntario, colaborando primero en la comunidad Nuevo Amanecer, de la localidad de Wanda, y hace casi siete años se estableció como agente sanitario de salud indígena en Perutí.

En relación a las circunstancias del hecho, mediante el análisis de la escena donde fueron encontrados los cuerpos enseguida se descartó el despiste como causa del siniestro, por lo que se supo que el otro vehículo involucrado había huido de la escena.

La hipótesis se confirmó unos minutos más tarde cuando una comisión policial encontró abandonado a unos mil metros del lugar del accidente un camión Iveco.

Este estaba estacionado sobre un camino de tierra, registraba manchas de sangre en uno de los guardabarros delanteros y un importante golpe en uno de sus laterales. 

Teófilo Gauto (37) y su pareja pertenecían a la comunidad aborigen Perutí.
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