"Te ayudo a jugar", una herramienta para el desarrollo de los niños con autismo

domingo 10 de octubre de 2021 | 1:30hs.
"Te ayudo a jugar", una herramienta para el desarrollo de los niños con autismo
"Te ayudo a jugar", una herramienta para el desarrollo de los niños con autismo

Hace varios años en Puerto Iguazú el grupo de Familias TEA trabaja para que sus hijos que viven con el trastorno del espectro autista, afección relacionada con el desarrollo del cerebro y afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras, puedan desarrollarse en la sociedad buscando minimizar los problemas en la interacción social y la comunicación y así insertarlos en la sociedad.

Es por ello que con la ayuda de una profesora de Educación Física desarrollaron el “Te ayudo a jugar” al que todos los sábados los niños concurrían a una clase donde desarrollaban habilidades y se relacionaban entre sí, pero por la pandemia estas clases se suspendieron.

“Tenemos todos los materiales y la docente lista para volver, lo que estamos gestionando ahora es el CEFE (Centro de Educación Física Especial) porque la profesora lo hace ad honorem y queremos que ella pueda percibir remuneración por el trabajo que hace con nuestros hijos”, contó Rossana Ramírez, psicopedagoga y madre de Rodrigo (5) que tiene autismo.

“En Iguazú hay 33 familias en el grupo TEA pero hay muchas familias que no pueden participar o no quieren integrar el grupo pero siempre acompañan las actividades que hacemos, ya sea de visibilizar y concientizar sobre autismo”, remarcó Ramírez.

Como profesional de la salud, Rossana Ramírez trabaja con niños con autismo desde el año 2008, pero cuando su hijo dio los primeros indicios ella se alarmó. Sin embargo, su esposo le dijo que era paranoica que no se preocupara “cuando él nació no sonreía y yo sabía que era un síntoma, yo controlaba si Rodrigo sonreía y no respondía a los estímulos hasta que a los 3 meses sonrió y me quedé tranquila porque comenzó a desarrollarse normalmente”, contó.

El niño comenzó a desarrollarse normalmente, comía de todo, caminaba, jugaba y era muy alegre hasta que un día llegó el momento de vacunarlo, cumplimos con el calendario y a los pocos días él no quería comer, estaba sentado, quieto sin hacer nada, dejó de hablar y se encerró en él.

“Fui al médico, le hicieron análisis y me dijeron que era un retraso madurativo. Él dejó de comer, quería solo leche y fuimos a parar dos veces al hospital en una de ellas me dijeron que tenía inflamado el apéndice y lo iban a operar sin tener análisis que lo comprobaran, entonces me fui a Brasil, donde lo atendieron y no lo operaron porque no era apendicitis. Ahí le hicieron un montón de análisis y le diagnosticaron autismo y retraso en el desarrollo del lenguaje”, explicó Ramírez sobre cómo obtuvieron el diagnóstico.

Rodrigo no habla, pero entiende todo lo que se le dice, es un niño super activo y tiene una rutina con actividades de lunes a sábado. Al no poder comunicarse Rossana desarrolló una serie de métodos para que su hijo pueda decirle lo que quiere y así la convivencia es mucho más llevadera.

“Tenemos un horario donde mientras él desayuna yo le pego la foto del profesional que vamos a ver ese día, entonces él ya sabe a dónde vamos a ir, qué vamos a hacer. Lo mismo cuando él quiere algo, tengo una carpeta con imágenes de lo que le gusta, entonces le pregunto que quiere y me señala”, detalló la madre.

Con respecto a la escuela, Rodrigo asiste a las salas desde los 2 años (hoy cursa sala de 5) y se adapta muy bien con los demás niños, Rossana siempre explica a todos los niños porque Rodrigo tiene ciertas reacciones entonces los demás chicos entienden que solo se comunica diferente.

“Nunca tuve problemas, pero porque siempre le digo, Rodrigo agita las manos porque está feliz, entonces los chicos ya lo saben. No lo hago solo en la escuela, si no en la parada de colectivos y donde esté así la gente lo conoce y entiende que simplemente Rodrigo se comunica diferente”, sostuvo.

Ramírez insiste en que es necesario que los padres de niños con autismo se relacionen y que no se encierren porque su hijo se comporta diferente, es imprescindible que los niños aprendan a socializar para que en un futuro puedan desarrollarse normalmente en la comunidad, estudiar y hacer su vida.

Por último, recalcó: “estamos contentos por la reglamentación de la Ley de Protección Integral de las Personas con Trastornos del Espectro Autista, se garantiza la cobertura médica a los que no cuenten con obra social. Pero les faltó contemplar algo muy importante, que es la educación y la obligatoriedad de una maestra integradora, ya que la escuela es un eslabón más que importante en el desarrollo de los niños”.

 

Cuanto antes se sepa que un niño es autista, más se lo podrá ayudar

Una escuela única en su tipo y con alta demanda

Cada persona es particular y única dentro del espectro

“Todos tenían sospechas; yo necesitaba certezas”

“Mi anhelo es que la sociedad la entienda y la acepte”

Un largo camino hasta llegar al diagnóstico

Una madre guerrera para lograr la inclusión de su hijo

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