El fin de semana hubo protestas en todo el país

La popularidad de Bolsonaro continúa en pleno desgaste

A menos de un año de las elecciones presidenciales en Brasil, el mandatario es duramente criticado por su gestión general
martes 05 de octubre de 2021 | 6:02hs.

Enormes multitudes desfilaron por las calles de Brasil el pasado sábado en una señal de creciente descontento contra el presidente Jair Bolsonaro, el líder ultraderechista al que la oposición acusa de devastar la economía, el medio ambiente y la posición mundial de la nación.

Las protestas, celebradas en 160 ciudades, reunieron a partidos tanto de centro como de izquierda, sindicatos y movimientos sociales, marcando un intento de la oposición de mostrar unidad.

El lema común que aglutinó a todos fue “Fuera Bolsonaro”, una referencia al juicio político que varios sectores quieren impulsar por las acusaciones e irregularidades durante su controvertida administración.

Desde el inicio del gobierno de Bolsonaro en 2019 se presentaron más de 130 pedidos de ‘impeachment’, pero los aliados clave de los conservadores en el Congreso se negaron a concretar estos intentos.

“Bolsonaro no respeta la democracia ni la Constitución. Él no quiere elecciones porque sabe que será derrotado si no es destituido antes. Es el momento de que hagamos un frente amplio y que juntemos fuerzas contra el fascismo. Sobre candidaturas conversaremos después”, declaró, en Río de Janeiro, la diputada Jandira Feghali.

Notorio índice de rechazo

Pero estas protestas fueron sobre todo la ilustración del descontento de los brasileños hacia su presidente. De acuerdo a los últimos sondeos, Bolsonaro tiene un índice de rechazo del 65 % así como una intención de voto para 2022 que no supera el 30 %. Las dificultades del ex capitán del Ejército son múltiples y su gobierno no parece tener soluciones inmediatas para recuperarse de la caída en las encuestas.

Entre las principales quejas está la inflación, que supera el 8% anual, y amenaza al poder de compra.

Lass protestas también se unieron contra el elevado desempleo, que afecta a más de 14 millones de personas; contra la retórica antiambiental del gobierno y contra el aumento del hambre.

Otra reivindicación que unió a los diversos sectores fue la protesta contra la desastrosa respuesta del país a una pandemia que ya dejó casi 600 mil muertes, sólo superado por Estados Unidos, y cuya gravedad el gobierno brasileño aún niega.

Bolsonaro había prometido que su respuesta a la pandemia “sin intervención” protegería a los pobres de Brasil. Sin embargo esa población terminó siendo la más perjudicada, con la desigualdad agudizada durante su mandato.

Y en relación a estas quejas de los brasileños, está en el horizonte la conclusión de una investigación parlamentaria sobre su gestión de la pandemia, que puede llevar al gobernante ante la Justicia por negacionismo y sospechas en la compra de vacunas.

Estas protestas, y no es una casualidad, tuvieron lugar exactamente a un año de las próximas elecciones presidenciales, previstas para el 2 de octubre de 2022. Los últimos sondeos indican que Bolsonaro perdería estas elecciones. Sería el líder socialista y ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, con 44 % de la intención de voto, quien lo derrotaría sin necesidad de un balotaje.

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