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Claudia Dino (27) fue asesinada de una puñalada en el pecho en 2018 en San Martín de Tours

“No me voy a conformar porque un tipo así no merece existir”

Tras la sentencia a perpetua por femicidio para Daniel Salvayot (21), Carlos Dino, hermano de la víctima, sostuvo que la pena “es lo mínimo que uno puede esperar”

viernes 01 de octubre de 2021 | 6:03hs.
“No me voy a conformar porque un tipo así no merece existir”
Claudia Dino tenía cuatro hijos pequeños.
Claudia Dino tenía cuatro hijos pequeños.

“Es lo mínimo que uno puede esperar de la Justicia para un desgraciado como ese. Yo no me voy a conformar nunca porque un tipo así no merece existir en la tierra. ¿Quién me devuelve a mi hermana? ¿Quién le da una segunda oportunidad?”.

La frase corresponde a Carlos Dino, hermano de Claudia Dino, la joven madre de 27 años que fue asesinada de una puñalada en el pecho por quien era su pareja, Daniel Omar Salvayot (21), la noche del 15 de septiembre de 2018 en la localidad de San Martín de Tours, distante a 15 kilómetros de Oberá.

Por el brutal femicidio, cometido delante de los cuatro hijos de la víctima, el acusado fue condenado el martes a la pena de prisión perpetua por medio de un juicio abreviado que fue homologado por el Tribunal Penal de Oberá.

Se declaró culpable y evitó la instancia de debate oral y público en el que quedaría expuesta su personalidad violenta y el cúmulo de pruebas en contra.

Si bien Dino considera que “se hizo justicia” y eso le brinda “un poco de tranquilidad”, reconoció que el sabor amargo y la angustia persisten porque “antes de los 60 años va a salir de la cárcel, capaz peor de lo que era, pero va a tener esa nueva chance que se la arrebató a mi hermana”.

“Ojalá nunca más pase algo así, sólo el que atraviesa por una situación similar sabe lo mucho que se sufre. Por eso digo que uno nunca está conforme porque no es el asesino de mi hermana solamente, sino de todos nosotros, de la familia, de los hijos que nunca más van a poder estar con su mamá”, lamentó.

Sobre los chicos, tres fueron revinculados con su papá biológico y la nena más chica está al cuidado de una abuela en Aristóbulo del Valle.

Testigo presencial

Tal como en su momento reconstruyó El Territorio a partir de los testimonios de parientes y vecinos, la vida de Claudia Dino estuvo marcada por el sufrimiento y la violencia.

Desde muy pequeña aprendió a tarefear y así se ganaba el sustento para mantener a sus cuatro hijos.

El padre los chicos -según su familia- siempre la maltrató, hasta que en un momento dijo basta y cortó el vínculo.

Lo peor llegaría años después, de la mano de Salvayot, con quien estaba en pareja cuando la noche del 15 de septiembre del 2018 la asesinó.

Luego del hecho el implicado escapó de la escena y se refugió en casa de parientes, pero la Policía no tardó en detenerlo.

Desde un primer momento lo acorraló el relato de los testigos y el aporte de vecinos y conocidos de la víctima que certificaron los antecedentes de violencia que ejercía sobre la víctima.

“Solamente mi teléfono alumbraba algo, pero pude ver cuando le clavó el cuchillo en la panza a mi amiga, por lo que salté encima para frenarlo, pero no pude. Empezó a tirar cuchillazos para todos lados y hasta esquivé un par. En eso los chicos salieron, comenzaron a gritarle que deje a su mamá, que no la mate, se sumó mi marido a los golpes y tampoco pudo frenarlo. Estaba enceguecido”, detalló una de las vecinas de Claudia, María Táchile, horas después del femicidio.

Las lesiones que le produjo a su pareja fueron irreversibles. La mujer se desangró y llegó sin vida al hospital Samic de Oberá.

Tragedia anunciada

Con relación al hecho, quienes conocían los vaivenes de la relación con Salvayot hablaron de una tragedia anunciada, ya que el vínculo se habría vuelto conflictivo y cargado de reclamos que daban paso a frecuentes peleas.

“Se destrataban tanto al punto que ella habría llegado a confesar varias veces a una amiga sus intenciones de separarse, pero después de cada pelea terminaban juntos”, señalaron allegados.

De todas formas nunca hubo denuncias policiales por violencia doméstica, precisaron fuentes del caso.

Lo entregaron sus padres

En ese contexto ocurrió el crimen. Salvayot esperó detrás de un baño tipo letrina a que Claudia Dino regresara de la iglesia, la hirió de muerte y después escapó.

Su periplo a modo de prófugo duró alrededor de siete horas. Estando en la clandestinidad llamó a su mamá -que estaba junto a su padre en el paraje Isolina, de San Ignacio y no en su casa- para pedirle que regrese.

Mientras tanto, deambuló por casas de parientes, en la zona del Kilómetro 20 -más conocido como El Mástil-, contando que había peleado con un tal Negrón.

Cuando sus padres llegaron a la casa se enteraron de la intensa búsqueda policial y no mucho tiempo después llegó el acusado, con la versión de la supuesta pelea.

Supuestamente se enteró en ese momento de que su concubina estaba muerta e, incluso, ante eso, habría manifestado deseos de matarse.

Después de permanecer alrededor de una hora y media junto a su familia, sus progenitores decidieron entregarlo a la Policía. Desde entonces está privado de la libertad.

Sobre Claudia, el entorno cercano la calificó de buena madre, tarefera incansable y muchas veces changarín. Dieron cuenta de una personalidad hostil, interpretada como una especie de coraza como consecuencia de muchos años de maltrato físico y psicológico.

“Era una buena hermana, siempre atenta con todos y haciendo hasta lo imposible para que a sus hijos no le falte nada”, recordó su hermano. 

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