La Jefatura de Policía inició una investigación interna

Jubilado denunció brutalidad policial durante un evento en el Salto Berrondo

Miguel Safulko (63) fue expositor en un encuentro de autos antiguos. Salió del predio para atender una cuestión familiar y la Policía le impidió el reingreso, a pesar de tener su coche adentro
lunes 27 de septiembre de 2021 | 12:10hs.
Jubilado denunció brutalidad policial durante un evento  en el Salto Berrondo
Jubilado denunció brutalidad policial durante un evento en el Salto Berrondo

“A mis nietos siempre les enseñamos que si tienen un problema se acerquen a un policía. Pero ahora ven un policía y tienen miedo, ven un control y lloran”, reflexionó Miguel Safulko (63), jubilado bancario que radicó una denuncia por brutalidad policial durante un evento que se realizó en el complejo turístico Salto Berrondo de Oberá.

El hecho se registró el domingo pasado y fue grabado por varias personas que presenciaron el accionar de los efectivos de la Unidad Regional II.

Las imágenes se viralizaron por las redes sociales y despertaron el mayoritario repudio de la comunidad.

En tanto, en paralelo a la denuncia penal, la Jefatura de la Policía de Misiones inició un sumario administrativo interno. También intervino la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura (CPPT), cuyo titular Eduardo Scherer se puso a disposición del damnificado.

El incidente se produjo en el marco de un encuentro de autos antiguos donde Safulko participó como expositor, ya que es un conocido amante de los fierros.

Según consta en las filmaciones que trascendieron, la detención del jubilado habría obedecido a un error de los uniformados que se hallaban en la entrada del predio, puesto que creyeron que se trataba de un espectador y no de un expositor que tenía su coche en exhibición desde el día anterior.

“Estuvimos el sábado y el domingo. El sábado fue pura felicidad hasta las once de la noche con mi nieto y con amigos. La verdad que fue una fiesta, hasta que el domingo llegó la Policía”, graficó.

Safulko charló con El Territorio en su domicilio, todavía con las marcas de las esposas a flor de piel y dolorido por los golpes que recibió hace una semana.

La detención
En varios tramos de la entrevista surgió el padecimiento de su nietito de siete años, su incondicional compañero y heredero de la pasión fierrera.

“Cuando vi el video y escuché el llanto de mi nieto me partió el alma. Hasta ahora tenía una vida muy tranquila, pero esto me dio un golpe de realidad. Tengo hijos y nietos y quiero que vivan en una sociedad donde se respeten los derechos de las personas”, subrayó.

Relató que el domingo 19 de septiembre, alrededor de las 16.30, le avisaron que su familia se hallaba afuera del predio del Berrondo y no los dejaban entrar.

En consecuencia, les avisó a sus amigos que cuiden su auto, tomó de la mano a su nieto y fue hasta la entrada, cruzando el cordón policial dispuesto.

“Mi hija me explicó que no los dejaban pasar por el cupo de espectadores, pero me querían dejar unos sillones y la conservadora. Pregunté en la entrada y me dijeron que tampoco podían dejar pasar la conservadora, por orden de Fernando Vitelli, director de Turismo. Entonces le dije a mi familia que se vayan nomás, que yo me quedaba con mi nieto. Tres policías me vieron entrar y no me dijeron nada porque me habían visto salir. Caminé unos metros y otro policía, de lejos, me gritó adónde va. Le dije que era expositor, que estaba desde el sábado y tenía mi auto adentro. Pero me respondió que no podía pasar. Incluso una empleada municipal le dijo que yo estaba adentro, pero el policía no cedió”, detalló.

Safulko insistió en su explicación, al tiempo que otros policías lo rodearon y “uno ya me pechó y cuando me di cuenta otro me sujetó del cuello”.

“Todo delante de mi nieto. No podía respirar. A mi nieto le tiraron a un pastizal de la orilla y yo escuchaba como gritaba. Me esposaron, me tumbaron al piso y me encajaron un rodillazo. De ahí me llevaron como a un delincuente”, lamentó.

Pedido de disculpas
Todavía conmovido por la situación que le tocó padecer el domingo pasado, el jubilado comentó que recién el último miércoles recuperó la voz que vio resentida por acción del uniformado que le tomó del cuello.

Denunció que camino a la Seccional Tercera un policía lo golpeó en la cabeza. Una vez en la sede policial, todavía esposado, lo ubicaron en una oficina.

“Quiero dejar en claro que no todos los policías son iguales. Yo tengo amigos policías. Ese día en la Tercera el oficial Matías me ayudó mucho, me dijo que me calme, que me iba a cuidar. Después apareció uno de los que me maltrataron y le dije vos no podés vivir en una sociedad con una nueve milímetros en la cintura, sos un peligro”, recordó.

Y agregó: “La oficial que estaba a cargo también se manejó con mucha prepotencia y me trajo un papel donde me acusaban de atentado y resistencia a la autoridad, y que tenía que firmar porque estaba detenido incomunicado, que me iba a comer una semana preso”.

“A la hora me hicieron sacar hasta el anillo y me pusieron en una celda común. Había catorce personas en una celda de tres por tres, peor que una cucha de perro. Pero los presos me tranquilizaron y la verdad que me trataron mejor que la Policía que me tiene que proteger”, subrayó Safulko.

Alrededor de las diez de la noche, tras cinco horas preso e incomunicado, le informaron que la jefa de la seccional lo esperaba en su despacho junto al director de Turismo municipal, Fernando Vitelli.

“Ahí me enteré que la jefa de la Tercera es Analía Cornelius, una conocida mía. Me hizo sentar y me dijo que ya me iba. Dijo que no tenía palabras para pedirme disculpas por lo que pasó. Le respondí que el problema no fue con ella, pero quién me quita de la cabeza los gritos de mi nieto”, subrayó angustiado.

 

Denuncia y contención
Tras ser liberado, Miguel Safulko se encontró con su abogado y se dirigió a la Seccional Primera a radicar una denuncia por brutalidad policial. “El viernes hablé con el fiscal (de Instrucción Uno) Elías Bys y me comentó que el sumario policial por la causa que me hicieron todavía no fue elevado al juzgado, como tampoco pasaron mi denuncia. Quier ver de qué me van a acusar para justificar la barbaridad que me hicieron. Voy a recurrir a todos los organismos necesarios para denunciar esto y que los responsables rindan cuentas ante la justicia”, remarcó.

El jubilado padece tensión arterial y patologías asociadas y durante las horas que estuvo detenido no accedió a su medicación, no tenía barbijo ni sus anteojos.

En tanto, comentó que “por intermedio del doctor Hugo Mitoire el viernes me llamó el doctor Eduardo Scherer, de Prevención de la Tortura, quien se puso a disposición para lo que necesite y me anticipó que viajarán a Oberá para entrevistarse conmigo. Yo no tengo miedo por mi familia, por mis hijos y nietos. Pero en estos casos el miedo tampoco es la solución”.

La denuncia de Safulko se registró la misma semana en la cual el escritor y médico Mitoire denunció que desconocidos irrumpieron en su casa, no robaron nada y dejaron una foto de su hijo Gastón sobre su escritorio.

“No tengo dudas de que trató de un acto de intimidación, un mensaje de tipo mafioso por la denuncia de apremios policiales contra mi hijo que radicamos en el mes de julio”, subrayó Mitoire a este medio.

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