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Científicos de Argentina y España realizaron la investigación, financiada por Mundo Sano

Estudio revela que los niños pueden ser divulgadores contra el dengue

Del experimento social participaron en total 142 chicos de seis escuelas y 97 padres de Puerto Iguazú. Se realizó entre 2017 y 2019; las conclusiones fueron publicadas este año

lunes 27 de septiembre de 2021 | 6:05hs.
Estudio revela que los niños pueden ser divulgadores contra el dengue
Fumigar es sólo una parte de las acciones; la fortaleza está en eliminar los criaderos. Foto: Norma Devechi
Fumigar es sólo una parte de las acciones; la fortaleza está en eliminar los criaderos. Foto: Norma Devechi

El dengue representa un eterno frente de batalla en la región Nordeste del país que, en realidad, el año pasado terminó por ser un problema también para las provincias del Centro. Misiones, no obstante, se encuentra en un escenario complejo teniendo en cuenta su condición de frontera con Brasil y Paraguay, donde la enfermedad suele causar estragos. Y si bien los últimos años, 2020 y lo que va de 2021, no hubo un brote importante de dengue como sí lo fue la epidemia de 2019-2020, el estado de alerta es constante a juzgar por los indicadores de criaderos de mosquitos, Aedes aegypti, transmisor del virus.

Los especialistas insisten incansablemente en la educación, en la responsabilidad colectiva e individual. No es suficiente fumigar, sino actuar en la prevención, evitar que el vector se reproduzca. En esa línea de educar y poner en práctica, se llevó a cabo un estudio en seis escuelas de Puerto Iguazú, financiado por la Fundación Mundo Sano. El trabajo de campo se realizó entre 2017 y 2019, en tanto el procesamiento de la información y las conclusiones se conocieron este año. Los resultados fueron publicados en la revista especializada de la Sociedad Estadounidense de Medicina Tropical e Higiene.

El experimento social arrojó una conclusión más que alentadora para sumar herramientas en la lucha contra el dengue. Los chicos de 10 años pueden ser el centro de una estrategia comunicativa, es decir, tienen la capacidad de desenvolverse como divulgadores, enseñar a sus padres a prevenir la enfermedad como lo hace un profesional. Y mientras enseñan, también aprenden.

El equipo de científicos estuvo compuesto por miembros del Conicet, el Instituto de Educación de la Universidad Nacional de Hurlingham, el Laboratorio de Neurociencia y de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella, el Instituto de Investigación en Ciencias de la Computación de la Universidad de Buenos Aires, la Fundación Mundo Sano, y de la Facultad de Lenguas y Educación, Universidad Nebrija, en Madrid, España.

“Nos preguntamos cuánto sirve dar charlas en escuelas, cuánto de eso que se habla le queda a los chicos, qué impacto tiene, cuánto luego le pueden explicar a otros compañeros o a su familia. En general eso no se mide. Entonces nosotros nos propusimos en esta investigación cuánto servían dar esas charlas, pero además qué potencial tenían esas charlas para ser expandidas al resto de la comunidad”, sostuvo, en diálogo con El Territorio, María Julia Hermida, doctora en psicología y una de las autoras del trabajo de investigación.

La hipótesis que disparó el objeto de estudio fue: ¿Los chicos pueden enseñar a sus padres? Y mientras enseñan sobre dengue, ¿ellos también aprenden?

“Hicimos un estudio para poner todo eso a prueba. Investigamos qué tan efectivos son los niños como educadores de salud y cuánto aprenden a medida que enseñan. Se reclutaron 142 niños de cuarto grado y 97 padres en el área tropical de Argentina -Puerto Iguazú- para dos ensayos paralelos aleatorios por grupos”, detalló Hermida.

“Fuimos a escuelas de la periferia de Puerto Iguazú, no las del centro. El dengue es una enfermedad que si bien nos afecta a todos, las poblaciones vulnerables tienen menos oportunidades de acceder a la salud. En cada escuela mandamos a una persona a dar una charla de dengue como se hace siempre, normal, en la que un profesional habla sobre el mosquito, su ciclo, cómo se previene, y cómo prevenimos que nos pique”, explicó la investigadora.

Y prosiguió: “Cuando terminó esa charla, dividimos a los chicos en cuatro grupos. Un grupo se quedó en la sala charlando sobre un tema que nada tenía que ver con el dengue; el segundo grupo se quedó en la sala también, pero leyendo un folleto sobre dengue; el tercer grupo salió de la sala, se fue a encontrar cada niño con su papá, a quienes habíamos convocado a la actividad, y le dimos la consigna ‘¿podés explicarle a tu papá todo lo que aprendiste?’. En el cuarto grupo hicimos lo mismo, pero le dimos un folleto sobre dengue. Y vimos cuál de estos grupos había aprendido más”.

“Los niños que enseñaron a sus padres lo que aprendieron, utilizando un folleto, mostraron 2,53 respuestas más correctas que los niños que escucharon un tema no relacionado. Este estilo de enseñanza también sirve para propagar eficazmente el conocimiento: los padres aprendieron de sus hijos lo mismo que de un experto”, fue una de las conclusiones del informe.

Específicamente, después de ser enseñados por sus hijos, los padres mostraron en promedio de 1,49 (si se les enseñó con un folleto) y 1,94 (sin folleto) respuestas más correctas que los padres que aprendieron sobre un tema no relacionado. La simple acción de incitar a los niños a enseñar consolidó su propio conocimiento y lo transmitió de manera efectiva a sus padres.

 

Perfil

María Julia Hermida
Psicóloga (Universidad de Buenos Aires) y Doctora en Psicología (Universidad Nacional de San Luis). Actualmente trabajo como Profesora Adjunta en la Universidad Nacional de Hurlingham e Investigadora Asistente en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

 

Una enfermedad que dejó de ser exclusiva de zonas tropicales

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tercera parte de los habitantes del planeta están en riesgo de contraer dengue. Cada año se presentan cerca de 390 millones de casos en el mundo, de los cuales 500 mil corresponden a dengue grave, con alrededor de 25 mil muertes.

El dengue es una enfermedad viral que se transmite a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti (no se transmite de persona a persona, ni a través de objetos o de la leche materna). A su vez, las personas afectadas, sintomáticas y asintomáticas, son las portadoras y multiplicadoras principales de los virus.

“Durante mucho tiempo, el dengue fue considerado una enfermedad que se desarrollaba sólo en ‘zonas tropicales’, sin embargo, la realidad nos muestra que en la actualidad la presencia del mosquito transmisor se da en gran parte del territorio argentino y que podemos encontrar criaderos activos en muchos lugares y durante varios meses del año”, expresó Marcelo Abril, director ejecutivo, quien comentó que desde hace muchos años Mundo Sano trabaja con esta temática junto a municipios, haciendo estudios y prevención de la enfermedad en todo el país, especialmente en sus sedes ubicadas en Puerto Iguazú, Misiones, Clorinda en Formosa, y Tartagal, en Salta.

Y agregó: “Hoy podemos decir que el dengue es un problema no sólo presente en la región Norte de nuestro país, se ha expandido y consolidado en todo el sector central, incluyendo las grandes las provincias más pobladas”.

Mundo Sano es una fundación familiar, cuya misión es transformar la vida de las personas afectadas por enfermedades desatendidasque afectan a la población más vulnerable, con graves consecuencias para la salud de quienes las padecen.

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