Un imprescindible

sábado 18 de septiembre de 2021 | 6:00hs.

El suplemento literario Letras de acá sale los domingos en El Territorio, pero se edita en la semana. El lunes se le invitó a Aníbal Silvero a enviar un cuento para la edición de mañana.

- Ya te lo paso- contestó casi inmediatamente.

A la hora estaba el cuento en el correo. Aníbal sabía que no había apuro, que tenía casi toda la semana, y más, para acercar el material. Pero tomarse un tiempo, no era su característica. Siempre fue así: solícito, humilde, comprometido y solidario. Esa fue la impronta que dejó en la cultura misionera, sobre todo en aquellos que lo conocieron y trataron en los diez años que estuvo al frente de Sade Misiones. Y de antes y después también, desde el llano.

Siempre atento a las distintas inquietudes, apoyando y recomendando autores misioneros desconocidos o que recién se iniciaban. Pero no se quedaba solo con darlos a conocer. Ayudó a dar los primeros a pasos a muchos que tenían la inquietud de lo literario cuando a principio del año 2000 integró el grupo Misioletras, un espacio de creación, y de discusión literaria.

Siempre con un mismo norte: que la literatura misionera se conociera, sobre todo en la provincia.

“Sucede a menudo que los escritores locales no son conocidos ni siquiera en su localidad. Uno va a cualquier librería y encuentra títulos foráneos, escritores de otros países. Muchas veces un escritor que vive y lucha con vos por publicar un libro es invisibilizado por el mercado comercial. Esa es una cuestión que tenemos que enfrentar y superar como sociedad”, solía repetir en cuanta oportunidad aparecía.

Pero Aníbal no sólo luchaba por la cultura, también se hacía tiempo para escribir. O tal vez fue al revés. Tiene 18 libros publicados, dos veces ganador del premio Arandú a la literatura y el año pasado, fue reconocido con el Andresito a la trayectoria. Una de sus obras, Cuentos sin frontera, fue publicada en España. El Consejo Federal de Inversiones editó La Muralla del Verso, Premio nacional de Poesía, y la Casa de la Moneda, a través de un convenio hecho con la Sade, publicó Cuentos sin Espacio. Su obra está además en las plataformas de comercialización como Amazon y Mercado Libre en distintos formatos.

“Una verdadera pena está pérdida para la cultura de Misiones, en particular, y Argentina en general. Una persona como Aníbal que anteponía todo, incluso su propia salud, a favor de la cultura y de las letras, será difícil de encontrar”, escribió ayer Alejandro Hernández del Club de libros de Paraguay.

Es que los inconvenientes que padecía en su salud nunca fueron un obstáculo para Aníbal. En los últimos años impulsó y participó de varios eventos donde se proponía la integración literaria entre Argentina y los países vecinos, con encuentros recurrentes en Encarnación y Asunción.

Para hablar de su arte queda su obra señera en la literatura misionera, a la que se podrá recurrir siempre a vuelta de cada página.

En la memoria y el recuerdo de los que lo conocieron quedará el amigo, el compañero, el gestor cultural, el inventor de espacios para los que escriben, defensor espartano de lo misionero.

Se fue un poeta, como prefería definirse. Un imprescindible de la cultura misionera.

 

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