El fin del cuento, potenciado por una convivencia no feliz

domingo 12 de septiembre de 2021 | 6:05hs.
El fin del cuento, potenciado  por una convivencia no feliz
El fin del cuento, potenciado por una convivencia no feliz

El amor con tintes idílicos se fue dejando de lado de la mano de distintas conquistas femeninas, en parte, y la naturalización del discurso que en una relación es de a dos y dos deben aportar a ella.

Por ese motivo, y tal como reflejó Florencia González, abogada feminista, ‘‘hoy, si la relación no funciona, existe la posibilidad de separarse, de reinventarse y de intentar construir la vida que uno quiere’’.

De esta manera movimientos sociales y la gran puesta en agenda pública y política de las cuestiónes de género, en especial del 2015 a esta parte, empujaron permitieron ‘‘que se cambie el paradigma y el concepto de amor romántico, el cual ha sido modificado por una comprensión social generalizada, que el amor no todo lo debe soportar’’, enuncia González. ‘Muchas personas  permanecían junto a su pareja  por obligación o mandato aunque fueran infelices, no hubiera amor e incluso existiera maltrato’’, agregó.

 Por eso, la letrada considera que la  pandemia también vino a marcar un antes y un después en distintos paradigmas, no de sólo en la humanidad sino, concretamente en los matrimonios.

‘‘Salieron a la luz temas no resueltos, resentimientos y rencores que ya estaban ahí latentes. Lo cierto es que muchas personas querían separarse de su pareja  antiormente y no se habían atrevido’’, explicó González.

 Con un nuevo contexto, totalmente atípico en todos los sentidos, la cuarentena y la pandemia en sí, ‘‘tuvo como consecuencia que la convivencia se volviera más cercana e incluso involuntaria para muchos, volviéndose el punto de inflexión que necesitaban para dar ese paso de ‘hasta aquí he llegado, ya no puedo más’’’, refirió sobre el aumento de causas de separaciones que atestigua como profesional.

En el mismo orden, subrayó el incremento notable de las violencias de género. ‘‘El confinamiento ha dejado en evidencia que el hogar muchas veces no es el lugar más seguro y la tolerancia a dichas situaciones sumada a la desnaturalizacion social de estas manifestaciones han hecho que muchas mujeres hayan decidido poner fin a estás situaciones’’, valoró.

Asimismo, el cóctel inesperado de situaciones que trajo la pandemia, con una realidad cotidiana desvirtuada por el teletrabajo, los niños en casa, el incierto panorama laboral o la preocupación por la salud y los conflictos económicos también trajo nuevos conflictos en las parejas con hijos.

‘‘La asistencia a los niñois con actividades curriculars y nuevas rutinas, dejó en evidencia la desigual e inequitativa distribución de tareas de cuidado, lo cual también influyó en el hartazgo emocional’’, detacó la letrada.

En cuanto a concretar los divorcios, coincidió con sus pares en que ‘‘no hay un apuro por realizar el trámite y cambiar el estado civil, porque tampoco tienen otras parejas o proyectos’’. Sí se incrementaron las demandas por alimentos, acarreados por la profunda crisis que dejó la pandemia. Es en ese vaivén que las familias se debaten entre sobrevivir o afrontar los costos y los honorarios profesionales necesarios para el trámite de divorcio. Las alternativas comienzan así a surgir, separados bajo el mismo techo, o apostar a un mayor entendimiento, postergando individualidades hasta que las condiciones de la no relación sean óptimas. 

 

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