Alfredo y Marta se casaron tras 29 años de noviazgo

Una historia similar a la de una novela pero real sucedió en Jardín América. Lo que se traduce en que el amor, la confianza y las ganas de seguir eligiendo a la pareja, redoblando la apuesta de continuar, son testimonio de que nunca es tarde para dar un paso.

En la historia de Alfredo Giménez (62) y Marta Benítez (62), el día de ayer no fue como cualquier otro. Estuvo marcado por un motivo festivo, por la celebración que reunió a toda la familia. Es que la pareja se casó por civil tras 29 años de estar juntos. La mitad de sus vidas caminando juntos y ayer ambos pusieron la firma en el acta matrimonial en el Registro de las Personas local.

En horas cercanas al mediodía, cuando en la mesa ya se sentía el aroma a pan fresco, el tradicional asado y el cálido encuentro familiar para festejar el casorio, tanto Alfredo como Marta recordaron sus inicios a El Territorio. “Nosotros nos conocimos en el año 1992, a la semana ya vivíamos juntos”, contó la mujer, ante la mirada de sus hijos y familiares que estaban presentes. Su esposo dio más detalles: “Arrancamos viviendo en casa de mi cuñada, luego pudimos mudarnos a la casa donde estamos ahora y es toda una vida acá, juntos”.

Con el paso del tiempo llegaron los hijos: Alejandro, Francisco, Sergio, Federico, Rocío y Estefanía, quienes son los pilares en esta pareja de recién casados.

“Ellos son nuestra vida entera, los motivos de lucha y superación en muchas pruebas que hemos tenido”, dijo la mujer. En tanto que desde un inicio, el esfuerzo por llevar la comida sobre la mesa, lo demostró de gran manera Alfredo. “Trabajé primero como papelero en la empresa Papel Misionero, donde fueron años de mucho sacrificio y luego pude trabajar acá en la localidad”.

Ahora, casi 30 años después de haberse conocido, sus seis hijos y tres nietos (Emily Giménez, Matías y María Benítez) fueron partícipes y testigos de la gran y esperada boda.

 “Lo estuvimos pensando los dos juntos, con el apoyo de nuestros hijos y hoy se dio este día tan especial y queremos estar por siempre juntos”, precisó la flamante esposa.

Del almuerzo post casamiento disfrutó toda la parentela. Llegaron familiares para compartir y festejar, es que la ocasión ameritaba y no era para menos; el abrazo y saludo de los seres queridos, el compartir unidos era lo principal, la sonrisa sobresaliente en cada uno de los presentes, ya palpitando lo que vendrá, porque acá no termina todo, sino que la pareja quiere dar el sí ante Dios.

“El sábado 25 de septiembre por la mañana nos vamos a casar por iglesia en una congregación evangélica”, comentó Marta, a lo que su esposo añadió: “Ya nos estamos preparando para ello, lo que queremos es tener la bendición de Dios”.

En Marta y Alfredo se pueden demostrar los valores de la perseverancia y confianza, el uno en el otro, en un hogar donde reina el amor y aunque en momentos haya adversidades, tener la fortaleza y las fuerzas necesarias para seguir adelante, demostrando que nunca es tarde para tomar una decisión tan importante en la vida.