Premio Joven Empresario Misionero

Pasó de vender pan en la calle a ser galardonado

El reconocimiento llegó de la mano de la JCEM en la categoría Iniciativa Emprendedora. Comenzó a los 13 años vendiendo el pan de su abuela
viernes 10 de septiembre de 2021 | 15:05hs.
Pasó de vender pan en la calle a ser galardonado
Pasó de vender pan en la calle a ser galardonado

Omar Sosa es propietario de la panadería y pastelería El Pan de la Abuela y fue galardonado con el Premio Joven Empresario Misionero 2020 en la categoría Iniciativa Emprendedora que otorga la Comisión de Jóvenes Empresarios de la Confederación Económica de Misiones (JCEM) en reconocimiento a los emprendedores de la provincia de entre 18 y 40 años. Con 34 años logró con mucho esfuerzo crecer en pandemia y hoy cuenta con una casa central y cuatro sucursales, que actualmente es fuente de trabajo para 30 familias.
La historia de Sosa es un ejemplo de superación. De los 13 a 17 años vendía en las calles de la ciudad que lo vio nacer, Apóstoles, el pan que horneaba su abuela. Con eso solventaba sus gastos, como la compra de zapatillas, pelotas, entre otras cosas.
“En ese tiempo salía a las calles de Apóstoles a vender el pan de mi abuela, después me fui a estudiar a Posadas me formé, vine a Iguazú, puse un hotel, pero siempre tuve un sueño que era poner una panadería y llamarla El pan de la Abuela, que comenzó en el 2018 para solventar la necesidad de su hotel proveyendo los panificados para el desayuno y con el tiempo comenzamos con la venta al público en el barrio”, contó.
Sosa aseguró que en un primer momento con las ganancias del hotel lograba mantener los gastos de la panadería, sin embargo con la llegada de la pandemia y el cierre de la actividad turística, se vieron obligados a dedicarse exclusivamente a los panificados para poder sustentarse; “cuando tuvimos que cerrar hice una reunión con el personal y les dije: 'Estamos todos sin trabajo', y si se animaban a trabajar para la panadería, que era lo que nos podría sustentar. Todos aceptaron y comenzamos. Con mucho esfuerzo, adquiriendo préstamos, el 26 de abril 2020 abrimos la primera sucursal en barrio Belén y desde ahí comenzamos a trabajar siempre con un proyecto de crecer a futuro”.
El Pan de la Abuela contaba con una casa central con siete empleados al principio de la pandemia; actualmente cuenta con cuatro sucursales en Iguazú, una en San José, están finalizando el food truck para vender sus productos en el Hito de las Tres Fronteras (aunque aún la Municipalidad no le ha designado el lugar).
“Tenemos muchos proyectos de crecimiento, estamos trabajando también en la fábrica modelo. Somos bendecidos por Dios y es por eso que tratamos de devolver un poco a la comunidad, brindando capacitaciones, como a fines del año pasado con el curso de productos navideños, fueron diez las personas que se capacitaron y lograron vender su producción y hacer un extra a fin del año pasado”.
Pero El Pan de la Abuela busca posicionarse no solamente en el mercado sino también en el ámbito de la inclusión, es por ello que ingresaron al staff dos empleadas sordomudas que trabajan el sector de pastelería y armado de packing.
“Para el ingreso de las nuevas colaboradores nos capacitamos para evitar algún tipo de mal entendido y en noviembre comenzamos un curso intensivo de lenguaje de señas. Tenemos otros proyectos también en conjunto con las nuevas colaboradoras, pero aún no terminados de diagramar”, remató. z

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