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Los precandidatos deben conseguir como mínimo 1,5% de los votos válidos

Las primarias ponen en juego en la provincia una fuerte puja interna

En el Frente de Todos y Juntos por el Cambio se resuelve el posicionamiento de cada uno dentro del espacio. En la renovación, la apuesta mayor será el 14 de noviembre

viernes 10 de septiembre de 2021 | 6:06hs.
Las primarias ponen en juego en la provincia  una fuerte puja interna
Este domingo 12, las urnas determinarán quienes siguen en la carrera electoral por una banca. Foto: Marcelo Rodríguez
Este domingo 12, las urnas determinarán quienes siguen en la carrera electoral por una banca. Foto: Marcelo Rodríguez

En estas Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (Paso) no habrá ganadores ni perdedores generales, desde lo estrictamente electoral. Esto es porque no se compite entre fuerzas, sino que se compite internamente, o contra el piso mínimo de votos para poder participar de la elección legislativa del próximo 14 de noviembre (el 1,5% de los votos válidos). Pero desde lo simbólico y lo político sí habrá ganadores, perdedores y, hasta pichados.

El Frente Renovador, Juntos por el Cambio (JxC), el Frente de Todos, el Partido Obrero y Libertad Valores y Cambios, cada uno de ellos pone en juego diferentes cosas en esta elección.

El Frente Renovador

El Frente Renovador pone en juego su carácter de oferta electoral superadora en el territorio misionero. El oficialismo provincial debe seguir demostrando que puede lograr una gran diferencia de apoyos respecto de las demás fuerzas políticas.

Así, a poco más de tres meses de haber ganado las elecciones provinciales por 20 puntos de diferencia, consiguiendo casi el 47% de los votos, el Frente Renovador deberá revalidar esos números en las Paso para no generar ruido en el mapa político de Misiones, si es que quiere tener alguna chance de alzarse con las tres bancas que se pondrán en juego en noviembre próximo.

Este es el objetivo que se planteó el Frente Renovador, y que lo hizo público en cada una de las presentaciones de sus candidatos, con el gobernador Oscar Herrera Ahuad a la cabeza, siempre acompañado por el intendente de Oberá, y primer candidato de la propuesta oficialista, Carlos Fernández.

“Me puse la campaña al hombro para que los tres diputados renovadores puedan estar en el Congreso”, afirmó el gobernador a comienzos de este mes en medios de la provincia.

El oficialismo de Misiones quiere quedarse con las tres bancas, cuando está poniendo en juego dos bancas propias. Pero para lograr eso en noviembre debería este domingo generan un piso de votos muy superior del 6 de junio. O al menos ampliar la diferencia, al triple, con su principal perseguidor, que en aquel momento fue JxC.

Pero antes de eso debería poner la vista en sostener las dos que hoy tiene y pone en juego en noviembre, y para eso debería sacarle el triple de votos de diferencia al tercero, que en junio fue el Frente de Todos. En junio lo logró, más que triplicó en votos al oficialismo nacional.

Si logra sostener esa diferencia, entonces podrá mantener sus dos bancas, en caso contrario, si no le saca el triple de votos al tercero, sea quien sea, el reparto de bancas será distinto al actual, y así el oficialismo de Misiones podría perder una de sus bancas.

Siguiendo lo sucedido en junio, y tomando en cuenta que desde aquel entonces y hasta aquí la gestión del gobierno provincial no tuvo altibajos, y es que la gestión es el primer estandarte de campaña que levantó el Frente Renovador, todo hace pensar que la banca dos no está en riesgo. Pero una elección provincial no siempre es igual que una elección nacional, en la que para el votante las sensaciones que se ponen en juego pueden ser otras.

Entonces, si bien este domingo no se ponen en juego esas bancas, sí se definirá el piso de votos desde el que cada espacio saldrá a trabajar para las elecciones que se realizarán el 14 de noviembre.

Juntos por el Cambio y la disputa

En Juntos por el Cambio son muchas las cosas que se ponen en juego este domingo, y no sólo la conformación de lista del espacio en el que confluyen la Unión Cívica Radical (UCR), el PRO y Activar. Hay disputas en varios niveles, porque también se pone en juego la conducción simbólica del espacio en la tierra colorada, y a su vez cada espacio político pone en juego cosas diferentes.

Además, hay quienes creen que en estas Paso se sientan las bases para la discusión de las candidaturas a gobernador para el 2023. Aunque parezca lejano, en la oposición misionera ya piensan en la elección general de dentro de dos años.

En la UCR debería haber elecciones para elegir autoridades partidarias a fin de año. Por ello, el enfrentamiento entre Martín Arjol y Gustavo González de este domingo es más que una disputa por un lugar en las listas. Es también una disputa por el poder dentro del radicalismo misionero. Incluso, si quisiéramos, podríamos llevar la disputa más allá y llegar al radicalismo a nivel nacional, porque detrás de cada uno de estos candidatos hay un espacio nacional diferente dando su apoyo.

La interna radical nunca es chiquita y siempre es intensa. La elección de este domingo empezará a marcar la cancha para definir la conducción partidaria, una disputa a la que generalmente los radicales le ponen más empeño que a las elecciones de cargos públicos.

En cuanto a la campaña, tanto Arjol como González se centraron en recorrer cada rincón de la provincia. Tomando como parámetro lo mostrado en junio, los aliados de Arjol se impusieron de forma contundente en Posadas, consiguiendo concejalías y dejando al PRO fuera de competencia. En cuanto a González, su espacio se alzó con el triunfo en la disputa por la concejalía de Eldorado. El resto de la provincia fue un terreno sinuoso para recorrer, para ambas partes.

En el PRO la situación es similar. La presencia de dos candidatos dentro del espacio responde a una disputa de fuerzas partidarias, de otra manera no se explica por qué un partido que hace apenas tres meses tuvo una mala elección que no le permitió meter ni un concejal en Posadas, donde estaba su centro de acción más importante, se divide en dos para enfrentar a otros espacios que salieron mucho mejor parados de esa contienda. También en el PRO, a nivel nacional, hay una puja de fuerzas por el poder interno que en Misiones empieza a reflejarse.

La tercera pata de Juntos por el Cambio, Activar, con Pedro Puerta como referente, también pone cosas en juego. Pero más simbólicas. Este espacio juega su carta más fuerte para instalarse y ser tomado en cuenta como una pata más de la mesa de JxC. Si Pedro Puerta logra instalar su candidatura, o la de su compañera de fórmula, entre los titulares, será un triunfo. Será la confirmación de que debe ser tomado más en serio en la toma de decisiones internas de este frente.

Pedro Puerta apuntó su campaña al votante sub-35, para el que Pedro Puerta es más Pedro que Puerta. A ese votante le habla en su idioma, en sus plataformas, pero sobre todo le habla sobre lo que a ese votante le interesa. Punto importante. Puede sorprender a más de uno dentro, y fuera, de Juntos por el Cambio.

El Frente de Todos

El Frente de Todos tiene una triple obligación en estas Paso. Por un lado, armar una lista de unidad, a partir de lo que indiquen los votos porque desde el diálogo fue imposible; ordenar las fuerzas internas según los votos reales que cada espacio tiene; y generar un piso de votos que le permita tener la esperanza de conseguir una banca en noviembre, porque los votos conseguidos en junio pasado los dejan muy lejos de conseguir esto.

Pero, además, cada uno de los tres sectores que componen al Frente de Todos ponen cosas en juego por su lado. Los tres espacios tienen referentes bien marcados. La lista que encabeza Javier Gortari tiene a Cristina Brítez, diputada nacional, como referente principal; la que propone a Graciela De Melo tiene al diputado provincial Martín Sereno como referente, e incluso como candidato; y la del Pays, con Isaac Lenguaza de candidato, tiene como referente al diputado nacional Héctor “Cacho” Bárbaro. Todos ellos, los referentes, dicen ser los principales aportantes de votos al espacio. Pero lo cierto es que este domingo será la primera vez que eso se mida de forma real.

Para cada uno de ellos, una derrota interna significará un duro golpe a sus realidades. Porque ya no quedará margen para “vender” ante el oficialismo nacional el poderío interno. Pero para algunos el golpe será mucho más duro que para otros. Y para el frente el golpe será duro si después de esta disputa los derrotados se cruzan de brazos y se sientan a ver cómo quien los derrota termina derrotado en noviembre, y esto les permite volver a respirar una bocanada de aire dentro del frente, de cara ya al 2023. 

 

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