Acuden por alimento y por apoyo escolar

Al Hogar de Día de Posadas asisten todos los días unos 60 chicos, en tanto hay otros 120 que lo hacen una o dos veces a la semana, según su necesidad. Allí reciben no solamente el almuerzo, la merienda y la cena, sino que además se desarrollan diversos talleres, atención médica y apoyo escolar. Esto último se potenció bastante con el regreso de las clases presenciales.

Durante el año pasado, numerosas familias se quedaron sin trabajo por la pandemia que obligó a una reclusión por varios meses, y se incrementaron las familias que se acercaban a retirar un plato de comida a diario.

“Sabemos que la situación de pandemia dejó secuelas muy tristes como la falta de trabajo que se acentuó un montón. Por suerte tenemos un equipo interdisciplinario que trabaja a conciencia y ganas para ayudar a las personas que lo necesitan”, comentó Alicia Duarte.

Sostuvo que durante el año pasado, los integrantes del hogar iban a los domicilios de los chicos ya sea para llevarles las tareas escolares impresas o las bolsas de alimentos a las familias que vivían más alejadas.

Por su parte, el Hogar de Día de Puerto Iguazú trabaja de lunes a viernes con la atención presencial de 45 niños. Sin embargo, trabajan de forma ambulatoria con al menos 150 familias a las que brindan apoyo escolar, contención y asesoramiento integral.

Si bien trabajan con diferentes situaciones, como violencia familiar, casos de abusos, apoyo escolar, consumo problemático de estupefacientes, luego de la vuelta a las actividades presenciales notaron que la mayoría de los niños que asisten lo hacen para comer.

“Tenemos un gran porcentaje de niños que asisten por la necesidad alimentaria y otro gran porcentaje por el apoyo escolar que reciben en las aulas”, explicó Ricardo Romero, director del Hogar de Día Iguazú.

Las familias que están admitidas en el Hogar de Día pasan por una serie de dificultades y muchas de ellas están relacionados el consumo problemático, casos de violencia de género y abusos, es por ello que desde el equipo técnico trataron de no perder el vínculo y están presentes ante cualquier eventualidad incluso en pandemia estricta.

“El año pasado, mientras estuvimos en cuarentena estricta, la situación fue mucho más compleja, sobre todo en los casos de violencia, abusos y consumos problemáticos, de todas forma con el trabajo contención alimentaria con la entrega de viandas logramos monitorear más de cerca ciertos casos aunque fue una tarea difícil”

Haciendo referencia a los consumos problemáticos, Romero manifestó que el porcentaje de participantes con problemas adicciones se mantiene igual.

Mientras, en el Hogar de Día de Oberá, que desde hace menos de dos años abrió sus puertas en el barrio Villa Svea, se contiene en la actualidad a unos 300 chicos entre niños y adolescentes, la mayoría no escolarizados, que diariamente reciben alimentación, educación por medio de talleres, contención psicológica y atención médica, beneficios que también involucran a sus familias en relación al abordaje integral que hace un equipo multidisciplinario.

En ese contexto, alimentación y educación son las prioridades en relación a la demanda de los menores, aunque también hubo abordaje relacionado con algún tipo de adicción o violencia en el seno familiar.

En ese contexto, está previsto habilitar dentro del espacio una sala de nivel inicial y un aula satélite para favorecer la inclusión escolar, sobre todo teniendo en cuenta la edad de quienes concurrirían.

Por el momento asisten bajo modalidad burbuja y reciben desayuno, almuerzo y merienda, además de las colaciones, alimentación que es controlada por nutricionistas.

Más allá de eso realizan actividades en los talleres educativos y reciben atención integral del equipo de profesionales.

En cifras
45
Son los niños, niñas y adolescentes que acuden al hogar de Iguazú de manera presencial, pero se trabaja con unas 150 familias de forma ambulatoria

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