Hogares: nueve chicos ya perciben el apoyo económico

Muchos chicos pasan gran parte de su vida en un hogar convivencial y llegan a los 18 años sin haber sido adoptados por una nueva familia. El Programa de Acompañamiento para el Egreso de Jóvenes sin Cuidados Parentales (PAE) es un apoyo para estos jóvenes en transición hacia la adultez. En Misiones son 33 los chicos que forman parte de este programa y según datos de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia en todo el país son más de un millar los que reciben esta asistencia del Estado.

 
El programa se enmarca dentro de la Ley 27.364 y consta de dos etapas: la primera abarca desde los 13 años hasta antes de su egreso, y la segunda que es cuando empiezan a cobrar la ayuda. En la tierra colorada hay 18 adolescentes que están en la primera etapa, nueve ya están percibiendo el dinero y otros cinco están a la espera de su tarjeta para poder hacerlo.

A partir de que egresan a los 18 años empiezan a percibir mensualmente una asignación que corresponde al 80% de un salario mínimo vital y móvil, poco más de 22 mil pesos. Los jóvenes mayores de 21 años que estudian pueden continuar en el programa hasta los 25 años.

 
Son chicos de nueve hogares de la provincia: la Aldea SOS, Norberto Hasse en el interior de la provincia y en Posadas el hogar Papa Francisco, Hogar de niñas Betesda, la Fundación Tupá Rendá, Hogar Santa Teresita, y en Garupá la Residencia Socioeducativa Lucas y el hogar Padre Sepp.

 
“El objetivo es garantizar la inclusión de los jóvenes, acompañarlos en el tránsito a la vida adulta, promover su autonomía, desarrollo social y personal. Por un lado se les asigna un referente afectivo, ya que no cuentan con cuidados parentales, para acompañar este egreso y luego la asignación económica”, sostuvo Tamara Acosta, administradora de relaciones y trámites a distancia del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, en diálogo con el programa Acá te lo Contamos, por Radioactiva 100.7.

 
Acosta comentó además que antes del egreso los adolescentes tienen que presentar un proyecto de autonomía personal, que lo elaboran en conjunto con el equipo de profesionales. En ese sentido señaló que muchos ya tienen ideas claras de lo que quieren al momento del egreso: algunos continuar con sus estudios, otros perfeccionarse en lo que les gusta y otros buscar trabajo.

 
“Tenemos a un joven que está en etapa dos que cuando estaba en la institución se había capacitado en lo que era tapicería y carpintería y se le está ayudando  para que pueda generar ingresos en el tiempo. Cada chico tiene una historia personal entonces la evaluación de lo que va a hacer dependerá de cada uno junto a sus referentes”, indicó.

 
El programa prevé que los jóvenes tengan un referente adulto por fuera que le da un padrinazgo una vez que egrese del hogar. El referente afectivo recibe capacitación por parte de la Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y la Familia (Senaf) mientras que junto a éste el adolescente empieza construir un proyecto de vida para una vez que salga del hogar y así poder insertarse en la sociedad, alquilar, estudiar y buscar trabajo.

“El referente surge de distintas alternativas, la mayoría ya tiene algún padrinazgo dentro de la institución, sino puede proponer a alguien del hogar. Los requisitos son que sean mayores de 21 años, haber terminado el secundario y no tener antecedentes penales. Si no tiene a nadie el Ministerio le asigna un referente”, explicó Acosta.