Las consecuencias de ser moroso

domingo 29 de agosto de 2021 | 6:04hs.

Más allá del daño en la calidad de vida del niño o adolescente que no percibe su cuota alimentaria, ingresar al registro de morosos alimentarios implica una serie de consecuencias para el moroso. En primer lugar el deudor entra a un listado público donde se difunden sus datos personales y desde cuándo debe la cuota a su o sus hijos.

“Los progenitores tienen el derecho y la obligación de hacerse cargo de los alimentos de sus hijos. Alimentos no comprende solo a la comida sino todo lo que le asegure al chico la mantención: vivienda, ropa, salud, educación, etcétera”, explicó a El Territorio la abogada Gabriela Pedrozo.

“Ser un deudor alimentario significa que un progenitor fue reclamado por una deuda de alimentos vía judicial o a través de una carta documento”, dijo y siguió: “Para el deudor estar en el registro implica mantenerlo allí hasta que pague toda su deuda. Al estar en esta lista muchas entidades financieras tienen esta información y restringen de dar préstamos o facilidades monetarias. Además de eso el ámbito de la política no permite la postulación a cargos mientras tenga deuda con su hijo. También hay empresas que miran, antes de contratar a un futuro empleado, que no esté en estos registros. Ya que si es irresponsable con su propio hijo o hija puede incidir en su desempeño laboral”.

En ese marco, contó que cuando el progenitor no abona dos cuotas o más, el abogado que patrocina a la otra parte “puede pedir al juez, mediante un oficio, que ordene la inscripción en el registro de deudores alimentarios”.

Sobre el monto que percibe el niño o adolescente, Pedrozo comentó algunas reglas generales: “Lo que se suele acordar es el 30% del salario por un hijo, cuando son dos es el 15% por cada uno. Pero hay situaciones donde puede ser más cuando el niño o la niña requiere una mayor atención, por ejemplo, médica. Esto siempre se tiene en cuenta en los pedidos de alimentos. La responsabilidad de alimentar a los hijos es de ambos padres, pero lo más común es que sean las madres quienes quedan a cargo del cuidado de los hijos”.

Mediar
En Misiones, además del litigio o pleito judicial existe otra vía de acuerdo: la mediación.

“Las cuotas alimentarias se pueden fijar por vía judicial, puede ser un pedido de uno de los progenitores o un ofrecimiento y también, previo a esta etapa judicial, tenemos el Centro Judicial de Mediación (Cejume) que es una etapa pre-judicial donde las partes pueden con un mediador hacer un ofrecimiento y tratar de resolver el monto de la cuota”, señaló.

Luego precisó sobre este tipo de acuerdos: “la mediación consiste en una reunión entre las partes con un mediador que se lleva adelante con el patrocinio de su abogado y fijan en una o más reuniones un acuerdo. El mediador tiene entrenamiento en técnicas de comunicación para desarrollar este tipo de mediaciones y van guiando y tratando de que las partes puedan alcanzar una solución. Ese acuerdo posteriormente se homologa judicialmente y no se hace una demanda judicial. La mediación es un proceso voluntario, confidencial, con muchos aspectos positivos. Puede ser una etapa para resolver el conflicto de manera rápida y es más económico. El mediador guía a las partes para que ellas mismas construyan la solución al problema”.

También en el Cejume se puede fijar el régimen de visitas.

De su lado, la jueza de Familia y Violencia Familiar, Carolina Malla, destacó: “Conforme a mi experiencia puedo decir que muchas situaciones de alimentos llegan a la Justicia. Cuando hay un quiebre en la relación de pareja y el hijo se queda más con uno de los progenitores el otro se ‘olvida’ que tiene que cumplir con su obligación alimentaria o la cumple como lo desea y esa forma de cumplimiento afecta los intereses del hijo. Por ahí compra una zapatilla o paga la cuota de la escuela y queda solo en eso y no cubre todas las aristas que debería cubrir. Entonces, de acuerdo a mi experiencia, veo que hay una alta litigiosidad en materia de alimentos. Algunas personas logran un acuerdo y nunca llegan a la Justicia, logran incluso acuerdos verbales no escritos, pero lamentablemente no siempre se da el cumplimiento. Por eso la sugerencia es que traten de acordar, de no llegar a una instancia judicial, pero sí de ir al Cejume e intentar por esa vía, que es más rápida, y son las mismas partes las que autocomponen el conflicto que tienen”.

“En la mediación hay un acuerdo que es obligatorio desde el momento en que las partes lo suscriben y siempre tener un documento escrito da la validez de que se asumió un compromiso. Siempre es mejor eso y no llegar a litigar en un juicio de alimentos”, cerró.

 

Aumentó un 34% el número de deudores alimentarios en Misiones

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