Ñande Reko Rapyta (Nuestras raíces)

La “Pla”

viernes 27 de agosto de 2021 | 6:00hs.

El Mercado Modelo La Placita fue proyectado en el año 1956 e inaugurado en 1961 por el gobernador César Ayrault, pero su origen data del siglo XIX y debe buscarse en la primigenias paseras que cruzaban el río Paraná desde Villa Encarnación a Trinchera de San José -luego Posadas- con frutas, tabaco y verduras que comercializaban por acá; también se las denomina villenas.

Sabemos de la existencia de las paseras por el testimonio escrito de los viajeros y exploradores que recorrieron esta región; tal es el caso de Jules Huret, quien escribió “(…) alrededor del Iberá (nombre del barco) giran algunas barcas llenas de vendedoras de naranjas y cigarros (…)”; también Ramón Hernández las describió, entre otros tantos.

Todo parece indicar que La Placita, inicialmente, se originó en la plazoleta de la avenida Roque Sáenz Peña -entre Belgrano y Alvear- como “feria popular”, mediante las villenas, que extendían paños sobre el suelo para exhibir sus productos; dado las inclemencias del clima misionero, se improvisaron toldos que le daban un pintoresco aspecto. Los vecinos comenzaron a referirse al lugar como La Placita, tal vez por su incipiente formato de plazoleta -espacio más pequeño que una plaza -.

En 1930, siendo gobernador Enrique Pilotto, se ordenó su desmantelamiento “por razones de higiene”; sin embargo, las villenas continuaron con su actividad y es posible que esa realidad favoreciera la construcción del Mercado Feria del Norte, en una de las plazoletas de la actual avenida Roque Pérez -entre Buenos Aires y Félix de Azara-, en 1935; un edificio de madera, con pasillo central y techo a dos aguas, allí se comercializaban frutas, verduras, artículos regionales, hierbas medicinales y grandes cantidades de carne vacuna.

La convivencia con los vecinos fue difícil, las quejas más recurrentes fueron falta de higiene y “promiscuidad”. En el año 1955, Cayetano Castelli decidió la clausura definitiva atendiendo “al clamor de los vecinos”; sin espacio físico para trabajar, se instalaron en inmediaciones del viejo puerto de la ciudad y la denominación mutó a La Placita del Puerto. El 22 de junio de 1956, el gobierno provincial aprobó el Plan Integral de Trabajos Públicos, mediante el Decreto Nº 770, y se inició la primera etapa de “modernización” de Posadas; en diciembre de ese año se firmó un contrato con el Grupo Urbis para confeccionar un Plan Regulador de la Ciudad de Posadas y meses después se aprobaron los contratos correspondientes para dar inicio a la primera etapa del Plan Regulador. Pasarían dos años hasta que Organización Ubaldo Papini iniciara la construcción del Mercado Modelo. Durante el proceso, la figura del capataz “Nenito” Recalde fue fundamental, y el comedor de doña Honoria se ocupó de servir los almuerzos a los obreros, secundada por su pequeño hijo Pedro Daniel Vicente.

En 1961 se inauguró, una tardecita, con todas las autoridades provinciales y locales. Un testigo del acto recordó que el edificio estaba tan iluminado que, a la distancia, se confundía con la silueta de los barcos que surcaban el Paraná.

Por entonces, el Mercado Modelo tenía un ala norte de dos plantas y una sur, unidas por un espacio verde con senderos de comunicación entre ellas, fuente y palmeras. En el bloque sur se encontraban locales, sanitarios, vestuarios y una cámara frigorífica, un acceso interno de descargas, entrada y salida de vehículos; en la planta alta estaba el sector ropería, y en la planta baja, artículos regionales, frutas, verduras, carnicería, hierbas medicinales y otros rubros que se fueron agregando. En esos tiempos estaban las carnicerías de Lugo, Alonso y Villar; en la planta alta, las roperías de Petrona y sus hijos, Cirilo y Máxima con sus hijos, Legocha e hijos, Milcíades Ruiz, su señora e hijas,  Peña y señora e hijos, Generoso y Lidia,  Galván -un riojano- con su esposa e hijas, Mary Cristaldo con Raúl “El Chileno” y Ninfa y su esposo.

En la planta baja, entre otros, Centurión y señora vendían verduras, al igual que don Usui y su esposa - la simpática Margarita-, Martín y su hijo Nene con un “bar lácteo” - riquísimos licuados de banana acompañados con panchos o las famosas empanadas de Honoria-, la panadería de los Enríquez y las “yuyeras” Antonia y Felipa

La administración del Mercado Modelo siempre fue responsabilidad municipal, y en 1968 el gobierno provincial entregó el dominio a la Municipalidad de Posadas.

En el año 1989 se produjo un incendio, con inicio en el sector ropería, que dejó severos daños. Los locatarios debieron abandonar el edificio e instalarse en la plazoleta que actualmente se denomina De las Villenas, frente al mercado; se sumaron nuevos puesteros, en tanto contribuían, materialmente para la reconstrucción del edificio. Casi dos años más tarde, a finales del mes de agosto de 1991, ingresó el último de ellos al refaccionado edificio. En la plazoleta y sus inmediaciones todavía quedaban vendedores, más tarde reubicados en una nueva “placita”; se generó así La Placita del Puente.

Con amplia mayoría femenina desde el principio, la “conciencia de clase trabajadora” de las locatarias fue la bandera para defender su fuente de trabajo y cumplir con las obligaciones como comerciantes. Casi con regularidad llamativa surgían inconvenientes en la relación con el municipio, y en ocasiones fueron de tal tenor que se llegó a tomar el Concejo Deliberante, en 1974, como consecuencia -entre otras- de la aplicación de la Ordenanza N° 10/74, y en mayo de 1997 cuando -con los “tarjeteros”- protestaron por un inusitado aumento en el monto de los alquileres de los locales.

Perseguidas por todos los gobiernos locales, territorianos y provinciales son parte innegable de nuestra idiosincrasia; la ciudad les debe un justo, merecido y popular homenaje -por citar algunos nombres- a Isabel Alonso y Feliciana Alonso, María Antonia Bogado, Dora Faustina Rivero, Elizabeth “Lichy” Enríquez, Quintina de las Nieves Llanes, Vicente Amarilla, Olivero Amarilla, María del Rosario “Tota” Amarilla, Paulo Vega, Celsa Cantero, Mary Ortiz, Hermenilda Morínigo, Jorge Antonio Martínez,  Ricardo Simón Usui, Delia Mirta Ramírez viuda de Núñez, María Ángela Gallardo, Adelaida Ortiz, Pedro D. Vicente y Lidia Benítez, pioneros y guardianes de la esencia pura de este bastión de misionerismo.

Esta institución nacida por el trabajo de incontables mujeres, desde hace un siglo y medio, se abre camino cada día, en medio de prejuicios y discriminación, en medio de una sociedad que todavía no termina de incluirla.

¡Hasta el próximo viernes!

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