Se separó la China Suárez

lunes 23 de agosto de 2021 | 6:00hs.

Por Ramón Claudio Chávez Ex juez federal

La gente en su tiempo libre necesita entretenerse, los que no leen un libro, u otra actividad lúdica, por lo general miran televisión.

Los amantes del fútbol miran partidos sin público y muchas veces sin emociones, las telenovelas turcas duran dos años y los canales los colocan por el bajo costo económico del producto.

En el mundo de los noticieros repiten hasta el cansancio, el accidente del día, el operativo policial y el contrapunto político de los candidatos en campaña.

Un poco más laxo los que se inclinan por la farándula y sus famosos enredos amorosos, amistosos o de cartas documento.

Hoy leyendo los diarios nos enteramos de que se separó la China Suárez de Benjamín Vicuña, es como que se vino el mundo abajo.

Tan linda pareja que eran y cuánto se querían, será para tanto o es sólo un amague para después decir que se reconciliaron y nos hicimos problema de balde, para no usar otra palabra.

Suele decirse que los personajes públicos no tienen vida privada; no tienen si ellos la exponen.

Hay muchos artistas y personas muy conocidas de los que pocas veces se conocen detalles de su vida privada, pero está esa parte “mórbida” que la gente consume y que a la vez vende.

Mi vecina, la Julia, se separó del marido y no salió en ningún canal. Se quedo sola con tres chicos y nadie dijo nada.

Quizás la Julia no sea tan importante como la China, pero ella sigue trabajando y mandando a los chicos al colegio.

Será que como dice la Mole Moli, a nosotros nos gusta el puterío, para darle importancia a algo que definitivamente no lo tiene.

Hay un poco de decadencia cultural en los medios de comunicación que omiten buenos contenidos porque dicen que a la gente no les importa.

La pelea por el rating sostiene o desecha noticias y programas de valor, o de valores, con ese trillado discurso de que no vende.

Los grandes actores han sido reemplazados por cinco columnistas que hablan una hora en un programa, muchas veces sin ningún conocimiento.

La chica del tiempo lee sin ruborizarse el pronóstico como si hubiese trabajado veinticinco años en el Servicio Meteorológico Nacional.

En tiempos de la revolución informática estamos comunicados con el mundo al instante, los diarios en papel han tenido que reorganizar su estrategia, porque una noticia que se lee a las 10 de la mañana ya es vieja.

Los movileros que cuentan chimentos sin chequearlos han pasado a ser los que nos dan la información; sí, esa, que puede ser como no.

Los programas de chimentos empiezan a la mañana, siguen por la tarde y también en la noche, algunos que estudiaron el porqué y sostienen enfáticamente, que el espectador ha tenido un día ajetreado y no quiere ponerse a pensar durante las últimas horas del día; se queda mirando que pasó con la sucesión de Diego, que dijeron Dalma y Giannina sobre la sospecha de que Morla le robó al Diez.

Para ganar tiempo, o gastarlo, un conductor o conductora le pasa el programa al otro, es decir ingresa siete u ocho minutos en el contenido del siguiente, que por esas raras coincidencias no es muy diferente del que termina.

Con todo eso, vos no sabés si te quedás, te vas a preparar un trago o te vas a ver una película en Discovery Channel.

Quiero rescatar la valentía y el orgullo de Julia, no por desmerecer la persona de la China Suárez, sino para poner en valor a esa gente que en forma anónima le pone garra a la vida y sigue para adelante.

El final es anunciado, Pampita se separó, Jimena Barón se separó, las dos son jurados en el programa de Tinelli; es casi seguro que el año que viene la China Suárez también es Jurado.

El show debe continuar.


Publicado en ideasdelnorte.com.ar

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