DIA DEL VETERINARIO

“Además de curar, nuestra función es concientizar a la población”

Muchas mascotas llegan a las clínicas cuando su estado ya es lamentable debido a la irresponsabilidad humana. Los veterinarios son quienes los devuelven a la vida
viernes 06 de agosto de 2021 | 11:04hs.
“Además de curar, nuestra función es concientizar a la población”
“Además de curar, nuestra función es concientizar a la población”

Un paciente que no habla y que no dice dónde le duele parece ser uno de los desafíos más grandes de los médicos veterinarios, pero, en realidad, es el humano el que representa un reto a la hora de prevenir, curar y seguir adelante con tratamientos y terapias.
“Los mayores desafíos que tenemos es que el propietario del animal colabore en el cuidado posquirúrgico o postratamiento. Yo hago traumatología y necesito que cuiden al animal los primeros quince días por ejemplo, que no se golpeen, que no se toquen, que no le saquen el collar isabelino, que cumplan con el tratamiento”, dijo el médico veterinario Gustavo Elizaicin, quien además de tener su clínica privada se desempeñó en el ámbito público como director del Instituto Sanidad Animal (Imusa) de Posadas por alrededor de seis años.
Dicha institución de salud tiene quirófano -para realizar castraciones y así evitar la proliferación de animales callejeros-, vacunación para prevenir la rabia  y clínica para tomar las muestras de análisis de leishmaniasis, que también es una zoonosis .
Este espacio no es un hospital veterinario sino un centro de zoonosis, debido a que no tiene todo lo necesario para detectar y tratar enfermedades mucho más complejas, como por ejemplo el cáncer.
“En las clínicas del Imusa se hace una atención primaria de la salud, por ejemplo sarna, gastritis o TBT. Pero en la clínica privada se puede detectar si hay otra enfermedad, es decir, a raíz de una castración podemos detectar hernias o tumores por ejemplo, que llevan otros protocolos, es decir, se manda a patología, a hacer biopsia, si es maligno nos ponemos en contacto con el oncólogo y en el Imusa están limitados, porque no es un hospital veterinario sino un centro de zoonosis y se abocan a cumplir con esta función que es prevenir enfermedades que puedan ocasionar problemas a la población”, explicó el médico veterinario.
Un don de pocos
Ser veterinario significa interpretar y entender los sonidos, miradas y movimientos de los animales, tanto mascotas como silvestres.
Es dedicar parte de su ser al arte de salvar sus vidas, es ganar amigos de pelos y plumas, que jamás van a decepcionar.
Desde que tenía 5 años Elizaicin sabía que quería ser el médico de los animales y hoy sabe que además de curarlos también es importante concientizar y educar.
“Yo amo mi profesión. Te pone muy contento ver cómo sacamos adelante un animalito, que por ahí lo traen muy mal y al tiempo viene de nuevo y está enorme y con buena salud. Además es importante lo que ellos devuelven, porque ellos se dan cuenta cuando uno hace algo por ellos, el amor que te brindan no tiene precio”.
“Nunca tuve problema de test vocacional porque salí de la secundaria y ya sabía lo que quería hacer. En esta profesión hay cosas que nos quiebran, por ejemplo perder un paciente, y se suma a veces un poco de bronca cuando llega un paciente en un estado en que la situación es insalvable. Hay dueños que se levantan a la mañana y ven que el animal está mal y siguen de largo, en vez de tomarse unos minutos y ocuparse. Ser veterinario no es fácil y pienso que nuestra función además de curar también es concientizar a la gente”, expresó el profesional.
Alegrías y tristezas son parte de la cotidianeidad de los médicos de animales. Ser veterinario es participar diariamente del milagro de la vida. Es convivir con la muerte, saber que es definitiva.
Todos podemos estudiar veterinaria, pero no todos tendremos el don se saber ser veterinario. z

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