La industria reportó costos crecientes

martes 03 de agosto de 2021 | 6:04hs.
La industria reportó costos crecientes
La industria reportó costos crecientes

Variables tales como la gran carga impositiva, efectos climáticos que bajaron la producción al 30 por ciento y los precios bajos del mercado de la fruta son algunas de las aristas que debe sortear la Cooperativa Citrícola Agroindustrial de Misiones (CCAM) según su presidente, Carlos Satur.

Nuevos negocios como importación de frutas tropicales e investigación para desarrollo de nuevas alternativas se enmarcan en acciones para lograr sostener la gran estructura industrial que se ubica en el kilómetro 851 de la ruta nacional 14, en este municipio.

En diálogo con El Territorio, Satur dijo que a esta altura del año comienzan a ver en concreto el efecto de las heladas del invierno pasado seguido de una gran sequía que produjo una importante pérdida en el rendimiento por hectárea de naranjas y mandarinas.

“Estamos en un 30% de la cosecha normal y es eso una baja muy importante, no sólo para nosotros como industria sino para el productor que no tuvo un buen rendimiento por hectárea”, dijo.

Y añadió que de procesar habitualmente 30.000 toneladas anuales, “en este 2021 llegamos solamente a 10 mil, o sea poco mas de 30 por ciento”.

Asimismo, añadió Satur respecto de la baja producción: “Nos perjudica en forma general y al productor en forma directa porque ya que el costo que tiene una hectárea para producir siempre ronda las 15 toneladas de fruta que significa la inversión de la cooperativa en plantines, insumos, asesoramiento; luego la cosecha y el flete por lo que siempre un rendimiento normal por hectárea se ubica en 30 toneladas de frutas, pero este año varios ni siquiera han logrado cubrir sus costos”.

En ese sentido, el pago de la fruta a los colonos se vuelve “un tema que tuvimos que resolver en el concejo de administración para ver de qué manera el colono pueda cobrar” dijo.

El sistema que tiene implementada esta cooperativa es pagar al colono el costo de cosecha y flete al momento de traer la fruta como así también un porcentaje que tiene que ver con la parte de esa producción que se venderá como fruta quedando el remanente (en promedio un 50 por ciento) para cobrar entre seis y diez meses después de que esa fruta se industrialice, se transforme en jugos concentrados y se venda.

A modo de ejemplo, un productor de la zona Centro que este año cosechó en 5,68 hectáreas un total de 61,1 toneladas de las variedades okitsu y nardocott entregó su producción en febrero y cobró en ese momento 362.411 pesos y reintegró a la CCAM 224.487 pesos en concepto de insumos entregados con anterioridad.

En el caso de este productor -y como él, decenas más- “le queda por ejemplo para cobrar 334.771 pesos aún y una deuda con la cooperativa de 385.686 y es ahí donde estamos viendo de que manera podemos buscar una alternativa porque si le cobramos todo, como debería ser, a estos colonos no les queda nada para cobrar de lo que significa la parte de industria”, explicó Satur, titular de una cooperativa que nuclea a unos 300 colonos de la provincia.

Valores hoy

La gran brecha entre el precio que recibe el productor y el final en la venta al consumidor es una de las grandes brechas a corregir “no sólo en las frutas, sino en casi todos los productos”, dijo el presidente de la CCAM.

Y explicó en base a un estudio realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came): “De cada fruta, más del 40 por ciento son impuestos nacionales y provinciales, el 10 por ciento se destina a empaque, casi un 15 por ciento queda  en mano de los mayoristas, un 20 por ciento es el rinde del vendedor final y un 15 por ciento es lo que recibe el productor”.

Competencia desleal

A esta gran carga se suma un problema de las industrias que deben cumplir con todos los requisitos de la leym y “hay frutas que no están pagando todos los peajes, entonces a la empresa cooperativa, que tiene que cumplir todas las reglamentaciones y todos los impuestos, le cuesta mucho competir con quienes comercializan sin pagar sin impuestos y que no está aportando nada el Estado”

Y alertó: “Entonces ahí es claro que el productor, si piensa en el corto plazo va a tener un margen mucho mayor, pero tiene que estar muy consciente de que es algo ilegal y que no está aportando nada al maestro, al médico, al hospital que de lo atiende”.

Agregó, asimismo, que “esto sin tener en cuenta que con los años por estar fuera del circuito no está actualizado en tecnología, no hay en esos campos el control de plagas y enfermedades y a la larga el rendimiento por hectárea irá decayendo, es un tema que se debe trabajar en conjunto entre las instituciones y el gobierno”.


Tentados para cobrar sin vueltas

La situación actual con los cítricos no varía mucho de lo que años atrás se venía planteando con las plantaciones de té o forestaciones, que informaban nula rentabilidad. Lo que más desorienta a los productores es no tener un horizonte de certezas mínimas sobre si sus actividades les permitirán mantener sus propiedades. En este sentido, desde la Asociación de Productores Agrarios de Misiones (Apam) habían solicitado al Ministerio del Agro trabajar sobre un plan para recomendar a los colonos en qué podían diversificar sus chacras. Se apuntó a generar más certidumbre sobre las producciones que en Misiones se dan en pocas hectáreas. Ahora preocupa a los productores que masivamente los pequeños colonos se estarían volcando a la yerba mate, lo que podría complicar en poco tiempo el pago justo y casi de contado que hoy destaca a el cultivo madre de tierra colorada. “Nosotros ya cortamos unos lotes con naranjas y pomelos. Eran plantas nuevas que no tenían perspectivas de cómo nos iban a pagar”, comentó Mateo Kunrr,  otro productor citrícola de Colonia Aurora que está abandonando la actividad. Sobre su realidad acotó contundente: “Vamos para la yerba”.  Vale recordar, en tanto, que además de los buenos precios actuales ($45 por kilo de hoja verde), los yerbateros están recibiendo pagos casi de contado por la entrega de su cosecha. Algo que asombra no sólo en Misiones, sino a otros productores de actividades como la lechería o la vid que deben cobrar a varios meses de entrar su producción.

En tanto, la situación de Misiones asombra a productores citrícolas de otras provincias que pese a los vaivenes de la actividad no ven un panorama tan malo como el misionero. Así, José  Carbonell, presidente de la Federación del Citrus, apuntó a El Territorio su sorpresa por la eliminación de frutales. “Tenemos algunos afiliados en Misiones y no teníamos información sobre erradicación de plantas”, dijo.

 

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