Elevaron a juicio la segunda causa por abuso contra Villar

A más de un mes de que la Fiscalía de Instrucción Tres de Puerto Iguazú presentara el requerimiento de elevación a instancia de debate oral de la segunda causa por abuso que se instruye contra el soldado Carlos Luis Leandro Villar (21), quien desde la Unidad Penal III espera fecha para sentarse en el banquillo de los acusados como único implicado en el femicidio de la joven Vilma Mercado, la causa finalmente fue remitida al Tribunal Penal Uno de Eldorado para que se fije fecha para juicio.

De acuerdo a lo informado por  fuentes judiciales, el auto de elevación fue firmado a mitad de la última semana por el juez Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción Tres de la Ciudad de las Cataratas, y fue remitido a Eldorado luego de que la defensa del acusado no apelara dicha solicitud.

Los voceros consultados añadieron que el pedido formulado en su momento por el fiscal Horacio Paniagua tiene que ver con la causa por ‘abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de arma’, en contra del soldado y en relación a un hecho cometido en perjuicio de una adolescente de 16 años que fue atacada sexualmente dos semanas antes de lo ocurrido con Mercado, en idénticas circunstancias y con varios patrones en común.

Luego de dos años de pesquisa, se recolectaron una gran cantidad de elementos probatorios que complicaron seriamente la situación procesal del acusado.

Y ahora será el Tribunal Penal de Eldorado quien deba fijar fecha para la realización del mencionado proceso.

En ese mismo tribunal se encuentra también el expediente por el caso Mercado, cuya causa fue elevada a juicio a fines del año pasado y todavía espera una fecha de debate.

En el caso Mercado, el soldado Villar está imputado como autor de ‘abuso sexual con acceso carnal real y homicidio agravado criminis causa, alevosía y femicidio’, figura bajo la cual puede ser condenado a la pena de prisión perpetua (35 años de prisión efectiva) en caso de ser declarado culpable y todo parece indicar que así será si se tiene en cuenta el caudal probatorio que se registra en su contra.

Primer ataque

La causa que ahora fue requerida a juicio se inició a partir de un hecho de ataque sexual registrado el 11 de octubre de 2019 en Puerto Iguazú.

La víctima fue una adolescente de 16 años, quien esa noche fue rescatada por un matrimonio que circulaba por la ruta nacional 12 y la vio salir corriendo semidesnuda de un monte.

De allí, la joven fue llevada hasta una comisaría, donde denunció que mientras caminaba por la ciudad había sido interceptada por un motociclista que primero le pidió fuego, pero que luego la golpeó y la subió por la fuerza al rodado con el cual la trasladó hasta un monte ubicado en cercanías a una antena de televisión, a varios kilómetros del casco urbano.

La muchacha narró que en ese lugar su atacante la maniató y le encintó el rostro, pero ella pudo aprovechar un descuido y escapó para pedir ayuda.

En esa primera denuncia, según las fuentes, la muchacha no pudo dar muchas precisiones sobre su atacante debido al estado de shock en el que se encontraba y a los pocos días abandonó la ciudad para volver a vivir con su familia en otra provincia.

Más allá de esto, se inició la investigación y los efectivos intervinientes acudieron al monte. Allí encontraron una ojota y ropa íntima de mujer, pero ninguna pista sobre el depredador sexual.

Sin embargo, entre el 23 y 25 de octubre de ese año, se produjo el femicidio de Vilma Mercado, hecho cometido bajo idéntico patrón al evidenciado en el primer abuso bajo pesquisa.

Villar quedó comprometido ya que conocía a la víctima y porque tras incurrir en contradicciones terminó detenido. La Policía realizó un allanamiento en su casa en donde incautaron sogas y una cinta de embalaje.

Horas más tarde, el cuerpo de Vilma fue encontrado maniatado y con el rostro con quemaduras durante la tarde del viernes 25 de octubre.

Tiempo después, y en base a los elementos recolectados, los investigadores llegaron a la conclusión de que ambas víctimas habían sido maniatadas y encintadas. Aunque la menor de ellas pudo aprovechar un descuido de su captor y escapar para salvar su vida, al tiempo que el lugar al cual las dos fueron llevadas para que se concrete el abuso era exactamente el mismo.