En Campo Ramón
Cepillos y moledoras de uva que datan de unos 60 años
En la localidad de Campo Ramón, se encuentra el vecino Antonio Filippin (67), quien posee cepillos manuales de carpintería, elementos que sirvieron para darle forma a la madera que luego se transformaba en puertas ventanas y diferentes muebles de la casa.
Entrar en la propiedad de Filippin es como entrar en un museo particular, donde tiene diferentes elementos que en su tiempo fueron útiles para el trabajo manual, creando tejas de madera, los marcos de ventanas y puertas, además de dar motivos artísticos a muebles. Además una máquina que sigue utilizando para moler uva y producir vino propio, una herramienta que tiene más de 60 años.
“Todos son cepillos de carpintería para distintos tipos de utilidades, están los planos, curvos y se dejaron de usar por la actualización de máquinas, no se los años que tienen, pero mi tío tenía cuando yo nací y la casa se construyó en 1940 más o menos, utilizando todas las herramientas a mano”, explicó Antonio a El Territorio.
Bartolo Carrara fue tío de Filippin y llegó a Argentina en 1925, donde se instaló en el sur del país, pero dos años después se afincó en Misiones, plantando yerba mate. El registro lo tiene hoy el sobrino, con facturas de la venta de yerba por esos años.
Los cepillos siempre fueron bien cuidados por la familia, porque quedan los registros a la vista del trabajo artesanal, “lo que no sé, es de dónde trajeron las herramientas, habrán traído de Europa o de la ciudad de Posadas, pero no tengo registro, la historia está en la madera y el trabajo artesanal que se hacía para construir todo para la casa”.
Son varios cepillos de carpintería que hoy es parte del museo personal de la familia Filippin, quienes viven en la ruta provincial 103 de la localidad de Campo Ramón. Allí se encuentran esos elementos, además de todo lo que trajeron los inmigrantes de su Europa natal.
La máquina de moler uva
Filippin tiene un viñedo, lo cuida y protege. Con las uvas que cosecha produce vinos desde hace más de 60 años, es así que tiene el moledor de uva que es una herramienta manual y con el pasar del tiempo le sigue dando uso.
Desde chico se acuerda que le pedían que busque la moledora para empezar a producir el vino.
“Traé la máquina para moler la uva, me decían, pero la máquina lo exprime, esto es como el trapiche, este elemento de trabajo lo tengo hace 60 años y lo seguimos ocupando, luego de cada cosecha del viñedo”, asegura Antonio.
El dato es que todos los años, desde 1960, como mínimo producían 2.500 litros por año, pero actualmente la producción es mucho menor.
“Esto no tiene mantenimiento, se lo lava y se guarda, es una madera dura y resistente”, finalizó contando el productor de vino artesanal de Campo Ramón.
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