En la granja educativa
Expone la reliquia de su familia para enseñar a los niños
Cristian Jakinchuk junto a su esposa tiene abierto al público la Granja El Potrero en Los Helechos. Allí reciben a muchas familias que se acercan a pasar el día y disfrutar de la naturaleza. Es que el emprendimiento consta de una granja educativa, destinada al esparcimiento y aprendizaje de niños, además de contar con grandes espacios también para el descanso de adultos.
El lugar, que resistió a los embate de la pandemia, cuenta con caballos, vacas, ovejas, chivitos, gallinas, hámsteres, cobayos, conejos, patos, codornices, entre otros.
En ese espacio, Cristian aprovecha para inculcar a los niños el amor por la tierra y el respeto por el trabajo. Puso en exposición una cosechadora vieja perteneciente a sus abuelos, con el fin de que los más pequeños conozcan a través de ella un poco de la historia de la producción local.
En una visita de El Territorio, Cristian contó que decidió restaurar la máquina y exhibirla como una muestra del paso del tiempo. “Esto era de mi abuelo, es manual y necesitaba al menos a dos personas que lo arrastren para que funcione”, explicó.
Pese a ser un artefacto pesado, los colonos debían llevarlo a cuestas por encima del té para hacer el trabajo, una tarea que no era nada fácil y llevaba mucho tiempo.
“Esto lleva un motorcito que corta el té, y la cinta lleva el producto a la bolsa. Estimo que esto es del 1935, en esa época funcionaba y lo utilizaba mi abuelo Esteban. Después vinieron los tractores que ya van por encima del té”, comentó.
“Yo cuando era chico, tenía 10, 11 años, llegué a utiliza estas máquinas ayudando en la cosecha de té, colaboraba con el tema de la bolsa y era una tarea complicada, porque cuando se llenaba rápido la bolsa tenías que sacar, salir corriendo, llevar afuera del té y buscar otra bolsa para traer”, explicó.
Y dijo: “Hoy en día es todo automático, el tractor tiene un cajón que vuelca todo a granel, el cambio fue muy grande”.
Preservar la historia
Para Cristian es importante resguardar estos elementos que forman parte de la historia. “Esto era de mi familia y lo quiero conservar, es una reliquia, por eso la cuido para que no se oxide. Quiero conseguir también las macheteadoras que eran de antes, que eran a tracción y armar un pequeño museo aquí”, indicó.
Asimismo, contó que se está armando un sector de fotos con otras herramientas y la idea es que los niños conozcan, puedan sacarse fotografías y tengan contacto con esa parte de la historia.
Al tiempo que manifestó: “La actividad y el predio se prestan para mostrar este tipo de cosas, la gente viene y pregunta sobre lo que es y cómo andaba, les interesa, y a mí me gusta la idea de poder contribuir a que se siga conociendo el trabajo que se hacía antes”.
Informe de domingo
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Posee un museo en la propia casa con objetos de más de 100 años
Expone la reliquia de su familia para enseñar a los niños
Es carpintero y metalúrgico en Capioví
Ico conserva su arado en la chacra como un tesoro
Los tractores forman parte de la vida de los vecinos
Preservar las herramientas como símbolo de progreso
Los pioneros tienen un guardián de la memoria
“Un pueblo que olvida sus propias tradiciones, olvida hacia dónde va”
