Paula Soto es licenciada en Genética de la Unam e investigadora del Conicet

Regeneración del nervio ciático, con gran aporte de científica misionera

La novedosa terapia consiste en la implantación de células madre adultas cargadas con nanopartículas y luego direccionadas mediante un imán hacia el lugar del daño
miércoles 28 de julio de 2021 | 6:04hs.
Regeneración del nervio ciático, con gran aporte de científica misionera
Regeneración del nervio ciático, con gran aporte de científica misionera

La ciencia en beneficio de la salud avanza a pasos agigantados. Recientemente, científicas del Conicet lograron dar un paso importantísimo en el desarrollo de una terapia de potencial aplicación en medicina regenerativa, al probarla con éxito sobre una lesión en el nervio ciático de ratas.

Una de las investigadoras de este trascendental trabajo es la misionera Paula Soto, egresada de la carrera de Genética de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones y doctorada en el Instituto de Química y Fisicoquímica Biológicas “Profesor Alejandro C. Paladini”.

También participaron Marcela Fernández van Raap, referente en nanomagnetismo del Conicet en el  Instituto de Física La Plata; y Patricia Setton-Avruj, investigadora del Conicet y directora del Laboratorio de Células Multipotentes en Neuroregeneración del  Instituto de Química y Fisicoquímica Biológicas.

Soto dialogó con el programa Acá te lo contamos por Radioactiva 100.7 y comentó detalles de esta investigación, a la que aún le faltan entre seis y diez años para poder ser utilizada en seres humanos, dado que debe pasar por varias evaluaciones de bioseguridad.

En primer lugar, explicó cuál es el nervio ciático: “Es uno de los nervios periféricos, es uno de los más importantes del cuerpo humano por su longitud. Nace al nivel de las vértebras lumbares en la columna vertebral y de ahí inerva toda la parte posterior de las piernas, por eso es que siempre tenemos ese característico dolor del nervio ciático generalmente en la zona del glúteo pero después involucra a todas las piernas”.

Detalló que el dolor es tan intenso porque este nervio pasa por muchas vértebras y orificios a través de algunos huesos de la cadera, “se producen compresiones y es lo que causa lo que se llama dolor neuropático”.

“El modelo de lesión que usamos es uno reversible, después de cierto tiempo (unos 70 días), el nervio comienza a regenerarse porque los nervios periféricos tienen esa capacidad de regenerarse, a diferencia de lo que pasa con los del sistema nervioso central. Lo que nosotras logramos es acelerar ese proceso regenerativo en siete días”, detalló la investigadora misionera.

La estrategia de la terapia consiste en la implantación de células madre adultas, previamente obtenidas a partir del tejido adiposo, es decir grasa corporal, cargadas con nanopartículas magnéticas, y luego direccionadas de manera externa mediante el uso de un imán hacia el lugar del daño. El estudio, publicado recientemente en Acta Biomateralia y seleccionado entre miles por la prestigiosa revista Science para comentarlo en su último número, permitió comprobar que la técnica contribuye a la recuperación de la morfología del nervio y su funcionalidad.

“Como la inyección de células madre generalmente se realiza intraneural para poder lograr una regeneración, ese tipo de inyecciones son muy invasivas. Lo que queríamos lograr era algo menos invasivo o que no implique una cirugía. Entonces a esas células madres que nosotros sabemos que tienen propiedades regenerativas lo que hicimos fue -diciéndolo de manera no científica-, meterles dentro nanopartículas, para lograr tener una célula que responda a la aplicación de un imán, de un cuerpo magnético”, aclaró.

Y en esa misma línea agregó: “De esta manera inyectamos, a través de una inyección intravenosa, las células cargadas con nanopartículas y en la zona donde se produjo la lesión ponemos el imán, que lo que hace es atraer células y  hacer que queden retenidas ahí y ejerzan su efecto benéfico”.

Se trata de una investigación que se inició hace al menos unos seis años y combina las investigaciones sobre células madre y nanopartículas que se vienen haciendo desde hace más de quince años.

También se contó con la colaboración de otros científicos del país, de Brasil, España y Colombia.

“Esto lleva su tiempo, recién tuvimos una primera aproximación que tuvo muy buenos resultados, pero seguimos investigando porque aún quedan cosas por evaluar porque tiene cumplir con los estándares de seguridad y bioseguridad para su aplicación en seres humanos. Se necesita unos seis o diez años más de investigación”, concluyó Soto. 

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