Todos los colores, todas los lenguas

El parque y los colores se llevan muy bien, le canta un pájaro a otro. El sol se cuela entre las ramas e ilumina las banderas buscando descubrir a las representantes de las colectividades que ya están ensayando saludos. Un orgullo invade sus pechos porque son las responsables de hacer conocer las costumbres, la historia y la cultura de las regiones. Un domingo de invierno especial que regaló un cielo azul profundo con un astro rey entibiando y resaltando todo a la vista para que a nadie se le pase por alto que este es el país de la libertad, que por siempre alberga a todos sin excepción, como una madre propia o por adopción (más información en páginas 16-17).