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El estudio fue encarado por el Ministerio de Adicciones de Misiones

Encuesta reveló preocupación por uso excesivo de pantallas en los chicos misioneros

El trabajo se hizo en más de 300 familias de la provincia y más de la mitad se mostró alerta porque que su hijo mantiene un comportamiento abusivo con la tecnologías

viernes 09 de julio de 2021 | 5:30hs.
Tecnología.
Abordarán la temática como una política de estado, sostienen.
Abordarán la temática como una política de estado, sostienen.

El uso compulsivo de la tecnología atraviesa a todas las franjas etarias y se potenció desde el año pasado con la llegada de la pandemia de Covid-19, que obligó a la educación o trabajo a distancia a la mayoría de la población.

Misiones no escapó a esa realidad y lo que había comenzado como una preocupación de los profesionales por lo que podría pasar a futuro, se trasladó este año a una alarma por parte de las familias misioneras.

Tal es así que en una encuesta que presentó el Observatorio Provincial de Drogas denominada “Estudio exploratorio sobre la percepción de las familias en relación de consumos problemáticos y las adicciones” se informó que el uso de las tecnologías es una de las preocupaciones más significativas para las familias, ya que el 52% observó que su hijo/a mantiene un comportamiento abusivo en relación a las tecnologías.

Entre los consumos más problemáticos se encuentran en primer lugar el celular y videojuegos, seguido de lo que se define como policonsumo, donde se hace referencia a tecnologías como ser videojuegos y celulares, celulares y redes sociales y combinación de varios tipos.

El informe exploratorio fue presentado ante docentes y comunidades educativas, se busca que estas, junto a las familias, constituyan una red en lo que de ahora en más será una política de estado para abordar el tema, según señaló a El Territorio el ministro de Prevención de Adicciones y Control de Drogas, Samuel López.

Es que pasar largas horas frente a una pantalla va más allá de la conducta adictiva, también genera problemas visuales, aísla a la persona de su entorno, trastorna el sueño y la alimentación y puede ser la puerta de entrada a estar en contacto con desconocidos que guíen por mal camino al niño o adolescente.

“Esto surgió como una preocupación desde los profesionales en los consultorios a partir de la pandemia de Covid-19. Se empezó a ver el excesivo uso de la exposición a los dispositivos móviles, pero el año pasado era algo necesario porque toda la educación era virtual, también estuvo muy presente teletrabajo y otras cuestiones. Entonces era hasta entonces una preocupación de los profesionales por lo que se podría llegar a venir”, explicó Samuel López.

“Este año decidimos trabajar apostando fuertemente a las familias porque nos encontramos con que la mayoría de las situaciones de consumo problemático o de adicciones, haciendo un estudio retrospectivo de las historias de vida, siempre o la mayoría de las veces, recae en la familia como un factor de riesgo. Por eso, preventivamente, focalizamos el trabajo con ellas”, agregó el titular de la cartera.

De esa manera encararon acuerdos con el Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones (Spepm) y comenzaron capacitaciones con los docentes. Fue la base para ir luego a las familias. Y la convocatoria fue masiva, más de 300 familias de toda la provincia fueron parte de los encuentros, algo que sorprendió a los organizadores.

“La mayoría tomó la capacitación con todo el grupo familiar”, destacó López.

“Entonces, desde el Observatorio Provincial de Drogas, que depende de este ministerio, decidimos hacer un estudio exploratorio entre las familias, viéndolas como un factor de protección, ahí saltó el dato de que la mayoría está preocupada por el excesivo tiempo de exposición de sus hijos, niños y adolescentes, frente a las pantallas”, indicó sobre cómo empezaron a ver en el territorio lo que el año pasado fue advertido por los profesionales.

“Eso fue un llamado de alerta para nosotros y en junio, como mes de la prevención, empezamos a trabajar con el slogan ‘Familia es Prevención’, y armamos una jornada donde participaron comunidades educativas, la Escuela de Robótica y el médico psiquiatra Lucas Raspall, que trabaja con el uso excesivo de las tecnologías”, contó.

En esa línea, el especialista en psiquiatría “nos dio recomendaciones de tiempos de exposición, por ejemplo, a niños menores de 2 años no hay que exponerlos a las pantallas; niños y adolescentes deben estar una hora controlados. Eso fue un respaldo a lo que veníamos viendo y nos dijo que el nivel de placer que genera el uso de las pantallas es similar a fumar una dosis de crack o pedra por el nivel adictivo que produce”.

Acompañamiento

En esa charla, Raspall hizo hincapié en la importancia del acompañamiento de la familia, y señaló que “las personas pueden hacerse adictas a cualquier conducta placentera, pero que hay ciertas características en el uso de Internet que lo hacen particularmente adictivo. Lo que motiva especialmente a las personas jóvenes a las redes sociales virtuales es la accesibilidad, disponibilidad, intimidad, alta estimulación y anonimato que ofrecen”.

Y remarcó que los factores de protección están estrechamente relacionados con la autoestima, las herramientas sociales, las habilidades de afrontamiento, el entorno social sano y el apoyo familiar.

Con esa precisiones la alerta se encendió aún más.

“Hacemos un llamado, primero a las familias como factor de protección de sus hijos, porque a veces consciente o inconscientemente somos permisivos de ciertas acciones o comportamientos y en definitiva estamos generando un daño en el niño o adolescente, que puede terminar en una adicción a los juegos en red y un sinfín de problemas conductuales que se pueden presentar”, sostuvo López.

En ese sentido, comentó cómo abordarán esta problemática desde la cartera que conduce. “Como ministerio lo que pretendemos es ampliar el campo de acción de los consumos problemáticos o de las adicciones y no hablar solo de sustancias legales o ilegales, que siguen siendo preocupantes, pero también queremos hablar de los objetos o de los dispositivos y las conductas”, dijo y siguió: “este estudio exploratorio nos sirve para saber qué piensan las familias y cómo podemos empezar a abordar el tema. Como familia tenemos que volver a hablar con ellos, jugar, tener un tiempo de calidad. A veces el sistema que nos lleva a estar ocupados todo el tiempo nos termina llevando a lo más fácil que es darle el teléfono al chico y uno se desentiende del niño”.

Por ello, “hay que hacer un análisis hacia adentro como padres. La idea ahora es focalizar directamente en las familias y que sea una temática de estado este abordaje y poder sumar a más familias misioneras, hablar de estos temas, que no sea un tabú. El consumo problemático de sustancias u objetos es amplio, no se debe reducir todo a drogas legales e ilegales”, finalizó.

Las madres son las primeras en estar alerta y consultar

Del estudio participaron 1.357 madres, padres y/o referentes afectivos de niños, niñas y adolescentes de los 77 municipios, entre los meses de abril y mayo de este año. Siendo la media general de 39 años.


Los datos fueron recolectados mediante un formulario virtual, por la pandemia de Covid-19.
En las primeras lecturas se observó que “por la influencia que tiene nuestra provincia, la lógica de la familia sigue girando en torno a los roles constituidos desde la configuración, donde el papel de la mujer y su importancia en el ámbito familiar, desde una noción de cuidado” tiene mayor presencia.


Es así que se puede observar en la encuesta que el 87% de las respuestas fueron contestadas por mujeres, y solamente el 13% por hombres.


“Esto refleja nuevamente lo observado desde el Centro Manantial de abordaje de las adicciones, dependiente del Ministerio de Adicciones, donde las mujeres son las que generalmente realizan las consultas iniciales para la atención de hijos, parejas, convivientes y cónyuge, hermanos u otro familiar”, desglosa la encuesta.


En relación a las edades de los niños, niñas y adolescentes a cargo de los referentes afectivos, el porcentaje más alto, 59,1%, corresponde al rango etario de los 6 a 12 años; seguido de los 13 a 16 años con un 39,3%; de 0 a 5 años 30,1% y más de 17 años 33,4%.


En la encuesta, el 79% de los adultos manifestó no tener inconvenientes para abordar la temática del consumo problemático, mientras que un 21% considera que no abordó o no cuenta con los recursos para hacerlo.

“Es bueno destacar que las personas que mencionaron tener problemas de comunicación de igual manera en un 85% abordaron la temática”, se lee en otro tramo.

Por último, explican en la encuesta que “en la actualidad no sólo nos encontramos con familias típicas (madre-padre-hijos), sino que también nos encontramos con familias constituidas con otras estructuras, todas válidas en tanto sus integrantes puedan vivir y desarrollarse libres y sanamente dentro de ellas”.

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