El lugar permanece cerrado por la pandemia

Tras siete meses, el puma que escapó del incendio se recupera y continúa creciendo

Está en el Parque Ecológico El Puma y, por su contacto desde sus primeros días con los humanos, podría no volver al monte. Sigue en evaluación y la decisión dependerá de su aprendizaje
martes 06 de julio de 2021 | 6:06hs.
Tras siete meses, el puma que escapó del incendio se recupera y continúa creciendo
Tras siete meses, el puma que escapó del incendio se recupera y continúa creciendo

Debido a la cantidad de incendios que se propagaron en la provincia en noviembre del año pasado, la selva misionera se vio afectada y la vida en ella no tuvo más remedio que correr o perecer. Así fue como un cachorro de puma fue rescatado en la zona de El Alcázar por operarios de una empresa que luego lo entregaron a los guardaparques del Parque Provincial Salto Encantado.

Más adelante, el animal fue llevado al parque El Puma, de Candelaria, donde fue alimentado y curado, ya que llegó con heridas en las patas y el hocico provocadas por el fuego.

De su madre o hermanos nunca se supo, pudieron haber huido o encontraron la muerte como muchos otros animales.

Desde ese entonces, el pequeño sobreviviente transcurre sus días en el parque que lleva su nombre en Candelaria, donde es evaluado por personal idóneo y de a poco va aprendiendo a no depender de los humanos.

Con respecto a su futura liberación, Marina Tassi, directora del Parque El Puma, explicó a El Territorio que siguen evaluando el comportamiento del animal.

“Cuando vienen muy cachorros, el éxito en la liberación no es muy alto; si se alimenta solo sí, pero en este caso él vino muy pequeño y tuvo que tomar mamadera, sumado a eso, su olfato vino disminuido porque llegó quemado por el incendio. Todavía lo estamos evaluando, se le está enseñando a cazar, le estamos dando alimento vivo, ratas por ejemplo, para ver cómo se desenvolvería en la naturaleza”, detalló.

Y aclaró: “De todas maneras, el puma cerca de su madre permanece casi un año, así que es chiquito todavía para decidir si lo liberamos”.

Cuando un animal rescatado llega al Parque El Puma, se plantean dos opciones para su futuro: o será liberado o entrará en la planta permanente del refugio.

En la primera opción, el animal es preparado para que tenga todas las aptitudes biológicas necesarias propias de la especie, y en la segunda opción, si el animal se queda, puede ser expuesto al público, pero no para entretenimiento, sino que tiene un ambiente preparado donde él es quien elige si quiere ser visto.

“Acá tenemos que lograr que el animal que se quede esté en las mejores condiciones posibles y lo más cercano a su comportamiento en la vida silvestre, entonces si por ahí hay gente que viene y no lo ve, no es que el animal no está, simplemente es que no quiere que le vean, él tiene que tener esa libertad para decidir aunque sea eso”, dijo Guido Solowinski, responsable de bienestar animal del parque.

“En el caso del puma que es muy probable que se quede acá, va a ser un embajador de la especie y va a ayudar en educación ambiental. Es lamentable que se tenga que quedar porque lo mejor para él es la naturaleza”, valoró.

Momentáneamente el Parque El Puma está cerrado por pandemia y refacciones. Una de esas obras es la de reacondicionamiento de un recinto para mover al puma a un espacio más grande, ya que seguirá creciendo.

En el nuevo lugar se está eliminando el cemento que había en el piso para que el animal se sienta como en el monte. También se agregaron plataformas elevadas para su descanso, como suele hacerlo en los árboles de la selva.

El puma no puede vivir en la Fosa del Yaguareté porque, a diferencia de ese felino, salta hasta 12 metros de altura y podría escaparse de ese recinto.

Con respecto a su soledad, Solowinski explicó que ese concepto es muy humano, ya que el animal se relaciona con otros a través de los olores: “Si podemos reproducir los olores o las marcas de otros felinos, él no se va a sentir solo, porque los felinos no tienen contacto salvo para épocas reproductivas, pero sí van sintiendo distintos olores que le van diciendo dónde hay una hembra, otro macho y cómo es ese otro animal (edad, peso, etcétera)”.

En este sentido, Tassi agregó que en el parque se imitan “todas las condiciones naturales que él tendría para reducir al máximo el estrés”.

Los dos profesionales volvieron a recordar que ningún animal silvestre es una mascota y que por más adorables que parezcan, continúan teniendo su instinto y, en el caso del puma, una fuerza que se hace sentir hasta cuando está jugando.

“A los coatíes que tenemos los tuvieron como mascotas un tiempo y cuando empezaron a romper las cosas de la casa, los trajeron al parque. Los animales víctimas del mascotismo a veces no pueden regresar a la naturaleza porque no saben cazar, no tienen los instintos propios”, dijo Tassi.

Para aprender a cazar, el puma rescatado come animales vivos y también le son presentados trozos de carne dentro de juegos que representan un desafío para él.

“Hay días que tiene ganas de comer mucho, otros días come poco, podríamos decir que come alrededor de dos kilos de carne por día, pero eso no es fijo, depende de él. Los pumas tienen un metabolismo muy rápido y necesitan comer todo el tiempo, desde insectos grandes hasta venados”, dijo Solowinski.

El responsable de bienestar animal del parque explicó, además, que para hacer chequeos de salud utilizan el condicionamiento operante, mediante el cual el ejemplar, por ejemplo, puede dejarse realizar una ecografía sabiendo que si está tranquilo después obtendrá alguna recompensa. Esto sirve también para reducir el estrés y evitar la sedación.

Todavía sin llegar al año de vida, el joven puma se encuentra en su mejor estado de salud, ya se recuperó de las quemaduras y de a poco va aprendiendo a ser un puma.

Llegó con patas y hocico quemados. Foto: Marcelo Rodríguez
Se está reacondicionando un espacio más amplio para el puma. Foto: Marcelo Rodríguez
Se alimenta con alrededor de dos kilos de carne por día. Foto: Marcelo Rodríguez
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