En el proceso se realizan intercambios de semillas y plantines

Apuntan a una economía circular mediante recolección de hongos

En San Pedro, un grupo de personas se dedica a la búsqueda y elaboración de conservas para la venta. La iniciativa surgió por la suba de alimentos ultraprocesados
lunes 28 de junio de 2021 | 6:04hs.
Apuntan a una economía circular mediante recolección de hongos
Apuntan a una economía circular mediante recolección de hongos

Desde hace más de tres años, un grupo de personas de Colonia San Juan Bosco, de San Pedro, apuntan al fomento de una economía circular, motivados por la recolección de alimentos y medicinas, ya sean nativas o no, como frutos de estación, hierbas, plantas curativas y hongos. Este último caso resulta una alternativa nutritiva y económica ante el aumento en los precios de alimentos ultraprocesados. Esta iniciativa de a poco sumó consumidores por sus propiedades y sabor particular.

La iniciativa está pensada, en un principio, para el autoconsumo y también para solventar el sistema económico, apuntando a una economía circular, en la cual van armando una red de productores y se generan intercambios de producción, semillas, plantines y demás productos naturales y orgánicos.

Este grupo de personas de la Chakra Germinarte, como se denomina, se definen como recolectores, recicladores, que impulsan el consumo y procesamiento de todo lo que puede ofrecer el entorno natural, y en eso el monte misionero guarda tesoros a poner en valor y preservar mediante el uso sustentable.

“El objetivo también es poder reflexionar sobre la alimentación y el consumo, como el de carne, que bien sabemos, la expansión sin pausa de la frontera agrícola es la primer causa de la pérdida de ecosistemas y toda su diversidad en esta región, y a la vez ser conscientes y poder replantearnos el consumo de todos los alimentos ultraprocesados, de los cuales no tenemos idea de sus procedencias y encima los precios son cada vez menos accesibles”, argumentaron desde Chakra Germinarte al hacer referencia a los orígenes de la iniciativa.

En cuanto al consumo de los hongos comestibles, lo vienen experimentando hace ya cuatro temporadas de otoño-invierno, representando un recurso alimenticio básico en la dieta todo el año.

“Donde habitamos existen varios monocultivos de pino elliotis, el cual está asociado a algunas especies de hongos comestibles con las cuales trabajamos. A esta asociación se la llama micorriza, ya que ambas especies se benefician. Trabajamos con Lactarius deliciosus y Suillus luteus, dos especies comestibles y muy recomendables”, explicaron.

 “En cuanto a los valores nutritivos se comparan a los de las carnes rojas o blancas,  aportan alto contenido en proteínas, hierro, Vitaminas D, A, B1, B2, B3, E, potasio, magnesio, zinc, selenio, fósforo, fibra, yodo”, explicaron los integrantes del grupo.

En este punto, aclararon que la parte comestible del hongo es el fruto, que está apreciado sobre la superficie terrestre, pero en realidad el cuerpo del hongo se encuentra bajo la hojarasca y se llama micelio.

“Son seres enormes en extensión y su peculiaridad de descomponerse y a la vez crear vida es maravillosa. Por eso hay que tener ciertos cuidados a la hora de recolectarlos: salir siempre con canasta para poder dispersar esporas y cortar con cuchilla sobre el pie del hongo sin lastimar el micelio. Nosotros también nos tomamos el tiempo de soplar las esporas cada vez que levantamos un ejemplar, para poder devolverle vida a la próxima temporada”, detallaron sobre el proceso de recolección de los hongos.  

En este caso, los hongos son utilizados para la elaboración de  conserva con la base de vinagres que también son producidos en el lugar con diferentes frutos nativos. Otra de las líneas, son los hongos deshidratados. Estos son secados al sol y al viento, en un secadero artesanal construido por los integrantes del grupo. Una vez que pierden el agua, son guardados procurando evadir la humedad del ambiente, cuya técnica permite disponer de este alimento en los meses que no pueden ser cosechados.

Sobre los costos, Ayelén De Gennaro, integrante de Crakra Germinarte, manifestó: “Es difícil porque sacamos costo al por mayor. El costo en sí es la proporción de aceite y las verduras como ajo, cebolla, morrón y zanahoria que utilizamos, además de las tapas nuevas de los frascos que, en su mayoría, los reciclamos. El mayor costo es la fuerza de trabajo, por la recolección correcta y procesamiento de hongos”.

La iniciativa se consigue en algunos puntos comerciales de San Pedro y tienen visibilidad a través de las redes sociales, como Instagram y Facebook. Con ello, apuestan a captar el interés de diversos sectores en el ámbito gastronómico de la provincia. 

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