Perdió a un hermano a causa del Sars-Cov-2, por lo que llamó a una toma de conciencia colectiva

Julio, a un año de la pesadilla: “doy gracias por estar vivo”

Julio González Piró contrajo la enfermedad a bordo de un crucero que había tomado junto a una amiga el año pasado. Tuvo que esperar más de 100 días para regresar
jueves 17 de junio de 2021 | 6:08hs.
Julio, a un año de la pesadilla: “doy gracias por estar vivo”
Julio, a un año de la pesadilla: “doy gracias por estar vivo”

“Ya pasó casi un año y puedo estar contando esto felizmente y agradeciendo”, dijo Julio González Piró a El Territorio, recordando que un día como hoy del 2020 pasaba su cumpleaños esperando poder regresar a su amada Posadas después de estar 105 días lejos y recuperarse del Covid-19 en Italia.

El incansable viajero posadeño se había embarcado en un crucero junto a una amiga en los primeros días de marzo y ambos contrajeron la enfermedad. Primero fue ella por lo que la bajaron en Grecia para que pueda ser mejor atendida en un centro de salud, y a los tres días él, que fue llevado al Policlínico Universitario Gemelli de Roma, Italia.

“Cuando a ella le bajan del barco a mí me comienzan a controlar porque diez días antes del viaje me había hecho dos stents en el corazón (me habían dado autorización médica para viajar). Yo era asintomático, pero ellos se dan cuenta porque me empieza a bajar el oxígeno en la sangre, entonces me dicen que cuando lleguemos a Italia me iban a llevar a un hospital”, contó Julio.

El posadeño volvió a Misiones recién el 19 de junio del año pasado porque luego de ocho tests seguía dando positivo para el virus y cuando finalmente logró negativizar no habían vuelos.

Es por ello que tiene mucho que agradecer porque estando en una ciudad que no era la suya se sintió cuidado en todo momento.

“Quiero agradecer especialmente a todos los que me cuidaron. Se ocuparon de mí la Embajada Argentina, el cónsul, me dieron todos los remedios, tenía asistencia constante. Yo tenía un seguro, pero la empresa del barco y nuestro gobierno me hacían llegar mensajes de que si necesitaba algo lo pidiera, se portaron de maravilla conmigo”, rescató Julito de toda aquella pesadilla.

También agradeció el cuidado de los médicos que lo atendieron y al sinfín de amigos y amigas que le enviaban mensajes de cariño y de fe a través de sus oraciones en todos los credos.

Luego de negativizar el virus estuvo unos días alojado en un hotel de Roma. “Cuando estuve en el hotel no salía a la calle porque había una pandemia y tenía una asistente que me puso Costa Crucero, a los que quiero agradecer. Ella me llevaba a la peluquería, me compraba los remedios para el corazón. En mi cumpleaños recibí muchos llamados, el cariño que me enviaron me dio fuerzas para que hoy esté en casa. Cuando llegué supe que este era mi lugar, todos tenemos un lugar en el mundo, en la vida. No podría vivir en Nueva York ni en Iguazú porque soy de Posadas. Intensamente quería volver”, recordó con alegría.

Sin embargo, se puso muy serio al momento de hablar de la enfermedad que en febrero se llevó a Andrés Gregorio, uno de sus hermanos.

“Esta enfermedad es brava porque te termina matando, entonces creo que hay que tener conciencia colectiva. ¿Cuál es el problema de cuidarse? Esto es una cuestión de salud, no de ideologías. Pareciera que al ser humano le tiene que doler algo para estar enfermo. Mi hermano del medio se terminó muriendo en una semana”, lamentó Julito.

Y continuó relatando: “Él se contagió y pensó que su mujer exageraba, pero un día se levantó y no podía respirar. Lo llevaron al sanatorio Nosiglia y quedó internado. Un miércoles me manda una foto y me dice que me quede tranquilo, pero después se descompuso, lo llevaron a terapia y se muere el domingo”.

Por otra parte, Julio recibió la primera dosis de la Sputnik V hace un mes por lo que resaltó la importancia de las vacunas contra el coronavirus. “Hay que cuidarse si no cuesta nada y vacunarse también. La vacuna no tiene contraindicaciones, cómo no se van a querer vacunar. Todavía tengo que esperar para ponerme la segunda dosis, pero con la primera no me pasó absolutamente nada, me sentí re bien”, aseguró.

Para cerrar, Julito reconoció que su mejor regalo de cumpleaños el año pasado fue enterarse que al día siguiente saldría su vuelo para Buenos Aires. Habiendo dejado el mal trago atrás y eternamente agradecido a todos los que no lo dejaron sólo en el momento difícil, Julio cumplió un año más ayer celebrando la vida junto a los suyos.

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