Pensando en voz alta sobre la energía fotovoltaica

jueves 17 de junio de 2021 | 6:00hs.

Dentro de la generación de electricidad con energías renovables y limpias, a nivel global, algunas de ellas han detenido su crecimiento, (hidroelectricidad, 98% de los cauces hídricos ya fueron aprovechados) mientras que otras han aumentado de la mano de nuevas tecnologías (eólica y fotovoltaica), las que al ocupar un porcentaje apreciable en la provisión total, y al ser energías intermitentes, generan serios problemas en la conmutación fotovoltaica-térmica que conlleva esa intermitencia.

Los parques fotovoltaicos (de gran capacidad instalada) son sistemas “on grip” que inyectan electricidad directamente a la red pública mientras la luz solar se encuentra presente. En horas de la tarde la electricidad fotovoltaica decrece, hasta anularse, y debe ser reemplazada por generación convencional  de origen térmico, como las turbinas de vapor, las que no comienzan a funcionar por el simple pulso de una llave, sino que precisan de un proceso prolongado para alcanzar la temperatura y la presión nominal de funcionamiento. Por ello es antieconómico apagarlas por las 6 o 7 horas de sol pleno en que son reemplazadas por las fotovoltaicas.

La gráfica de consumo de electricidad por horas a través del día, con participación de las fotovoltaicas y sin ellas son las que generan la conocida “curva de pato”, sobre la que existe mucha información disponible en las redes y en ella se expone una pronunciada pendiente en el aumento de generación eléctrica con energías convencionales en la transición tarde-noche.

Por lo expuesto anteriormente, cubrir un alto porcentaje de la demanda eléctrica, durante horas diurnas con energía fotovoltaica expone problemas de sobreoferta y mayores costos. Este problema lo están teniendo grandes productores de energía fotovoltaica, como España o el estado de California, en Estados Unidos.

Ese problema no existe en Misiones por la poca capacidad de generación fotovoltaica instalada en la provincia. El parque fotovoltaico instalado en el barrio Itaembé Guazú genera durante las horas diurnas el 0,1% del consumo provincial, con un costo de 4 millones de dólares el megavatio instalado.

Si bien su construcción corresponde al ámbito nacional, el megavatio instalado en la represa de Corpus hubiese costado la mitad y todas las localidades del Alto Paraná, incluida Puerto Iguazú (1), se hubiesen asegurado la provisión de agua potable  mediante una cota estable del río.

El parque fotovoltaico de Itaembé Guazú es muy costoso para lo poco que brinda, tanto en cantidad de energía como en tiempo y en el momento en que lo hace, convirtiéndose, de hecho, en un spot publicitario más que en un alentador camino para solucionar el problema de la energía en la provincia como se induce a creer.

Nota: (1) La Argentina firmó el Tratado de Río de Janeiro en el año 1979 comprometiéndose a construir la represa de Corpus como compensadora de Itaipú y reguladora de las aguas del río Paraná en el tramo misionero. Si la cota del río en Puerto Iguazú no permite la normal captación de agua para su potabilización y los productores tienen 40 millones de dólares en granos que no pueden hacer circular por la hidrovía, es como consecuencia del pobre desarrollo hidráulico argentino, que va muy a la zaga del brasileño.

José Luis Prado
Ingeniero electrónico

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