Tras el susto y el desastre, llega el momento de volver a empezar. Y José Luis Pereyra (36), padre de los seis niños de entre 2 y 12 años que el lunes debieron ser rescatados de una casa en llamas en la chacra 252 de Posadas, lo sabe.
“Estamos bien, ya saliendo del gran problema. Ellos están todos bien de salud, gracias Dios no les pasó nada. Hay muchas versiones pero nada es cierto”, aseveró el hombre ayer, tajante, en diálogo con el programa Acá te lo Contamos, de Radioactiva 100.7.
Pereyra narró que ese día tenía a su esposa internada, a punto de dar a luz al séptimo hijo de la familia y a la espera también de los resultados del test de coronavirus, mientras él salió un rato a buscar dinero a otro barrio de la ciudad.
“Los chicos no estaban abandonados. Yo vine al hospital y cuando vine de allá me fui a buscar plata al barrio Pam para tener para ellos y en un ratito, cuando llego allá, mi hermana me avisa que se estaba prendiendo fuego la casa. Ahí vine rápido y cuando llego ahí los vecinos me empiezan a insultar y a decir de todo. En ese momento ellos -por los chicos- ya estaban todos en la comisaría, entonces me fui a buscarlos”, señaló.
Todo esto, en respuesta a las primeras versiones que indicaban que los niños estaban solos desde hace varios días y que una vecina les pasaba comida por una ventana. Será la Justicia la que, llegado al momento, investigue y determine las circunstancias en las que se produjo el siniestro que casi terminó en tragedia.
Afortunadamente, minutos después del inicio del fuego, los vecinos ya habían logrado rescatar a cuatro de los niños y los policías intervinientes alcanzaron a poner a salvo a los últimos dos que habían quedado dentro del inmueble que comenzaba a ser arrasado por las llamas.
“La casa quedó destruida, no quedó nada. Ardió todo”, graficó Pereyra, quien además añadió que la causa del siniestro se debió a que “mi nene más chico prendió un papel. Eso fue hacia el colchón y ahí fue se que prendió todo”.

Absolutamente nada se pudo salvar del interior del inmueble. FOTO: Marcelo Rodríguez.

Tras ser rescatados y examinados médicamente en la Comisaría de la Mujer Oeste, los niños fueron restituidos a su padre y ahora todos quedarán en la casa del abuelo paterno, en el barrio San Gerardo, ex barrio Pam.
Pero ahora todo es volver a empezar. Con las dificultades de siempre, y más. Con las vulnerabilidades de siempre, y más.
“Vamos a ver qué hacemos ahora sin casa, sólo Dios dirá qué va a suceder. Ahí no queremos volver más. Los vecinos hacen muchas amenazas y sólo por maldad, porque nosotros nunca tuvimos un problema con ellos. Yo tengo dos criaturas que están en estado de drogadicción (de 17 y 19 años) y ellos -por los vecinos- mintieron. Dijeron que yo siempre los dejo afuera, pero eso es una gran mentira. Yo soy changarín y está bastante castigado todo, para poder comer se consigue poco”, expresó, graficando además cómo la crisis golpea en los sectores más vulnerables.
En la víspera se supo que entre la Municipalidad y el Gobierno de la provincia se encargarán de reconstruir la vivienda afectada. Pereyra, en tanto, aseguró que hasta ayer no tuvo tiempo de “pedir ayuda” y aseguró que está recibiendo colaboración de la comunidad con ropa y calzados para los chicos.
En esa línea, señaló que necesitarán también nuevos colchones y electrodomésticos, ya que del incendio nada se salvó. Por ello, puso su número de teléfono a disposición de quienes quieran colaborar: 3765-115909.

Cuatro niños fueron rescatados por vecinos y los dos últimos por uniformados que ingresaron entre las llamas a la casa. FOTO: Marcelo Rodríguez

El hecho
El dramático hecho sucedió el lunes al mediodía, en una precaria vivienda ubicada en inmediaciones a la avenida Comandante Andresito y Costanera Oeste.
Según pudo reconstruir El Territorio en base a fuentes policiales consultadas, los uniformados de la División del Comando Radioeléctrico Oeste fueron advertidos mediante un llamado al 911, por lo que de forma inmediata una patrulla se dirigió al lugar.
La escena allí era desesperante. Ante el avance de las llamas, los vecinos pudieron extraer a cuatro de los seis niños de la morada, pero dos aún estaban atrapados. Fue entonces que uniformados no dudaron e irrumpieron en la casa para rescatarlos.
“Cuando sacaron al último escuché que explotó. Yo arriesgué mi vida porque podía haberme muerto yo también”, expresó ayer una vecina que volvió a recordar cómo el drama.
Luego del hecho, los pequeños fueron asistidos y contenidos en el lugar por el personal policial en primera instancia. Después se determinó que sean trasladados a la Comisaría de la Mujer Oeste, donde fueron atendidos por el gabinete psicológico, según consignaron desde la fuerza. El reporte policial indicó que todos se encontraban en buen estado de salud.