“Nunca tuve dudas de que quería ser bioquímica”

Hace siete años Adriana Wegert, oriunda de Andresito, se recibió de bioquímica, y en su ciudad volvió a trabajar hace tres años. La idea de ser bioquímica la tenía desde muy chica y lo descubrió luego de un mal pasar familiar.  “En una oportunidad mi hermana se enfermó de hepatitis A, y la verdad  fue ahí que conocí el trabajo, lo que es la vida del bioquímico y la importancia que tienen. Desde ese momento yo sabía que quería ser bioquímica, hice todas mi secundaria y terminé sabiendo lo que quería ser. De eso nunca tuve dudas”.
Hace unos cuantos años atrás, en Andresito solamente había un bioquímico, por lo que era notable la necesidad de sumar profesionales en la zona. “Desde chica fui entendiendo que podía estudiar y volver un día a Andresito y abrir un laboratorio”, recuerda la joven profesional, que estudió en Posadas  y al recibirse trabajó unos años en el Instituto de Previsión Social (IPS), donde adquirió experiencia en el trabajo.

Primeros pasos
La bacteriología es donde Adriana se siente más cómoda, debido a que fue en esa rama donde dio inicio a su carrera, en un laboratorio grande y con muchas muestras, como el del IPS.
 “Después de esa primera experiencia, la idea era quedarme en Posadas, pero Andresito seguía creciendo. Es una zona de mucho progreso y seguía la necesidad de bioquímicos, si bien ya había dos bioquímicos, seguía existiendo esa necesidad. Entonces aproveché esa oportunidad y la fuente de trabajo posible. La verdad que me volví con mucho miedo al principio,  pero le puse todas la fichas, invertí muchísimo. No fue algo que se dio muy rápido, fueron unos dos años invirtiendo en equipos antes de largarme y cuando tenía más o menos todo armado me instalé en Andresito”, afirmo Wegert.
Todo el esfuerzo invertido por la joven tendría sus frutos, ya que desde el primer momento fueron llegando los pacientes a la puerta del consultorio. “Incluso antes, cuando estaba armando el laboratorio, tenía pacientes que venían y me preguntaba si ya trabajaba”, recordó la bioquímica.

Proyecciones
Para Adriana volver a su lugar de origen fue una de las mejores decisiones que tomó, ya que ve en  la gente y la ciudad las ganas de progresar y hacer del entorno un lugar que nada tenga que envidiar a las grandes ciudades.
“Algunos piensan que acá no se  brinda buena calidad en relación a otras ciudades y es totalmente lo contrario, nosotros los profesionales todos estuvimos en la misma universidad, recibimos el mismo concepto y desde la virtualidad hoy en día nos especializamos constantemente para poder  brindar el mismo servicio que se brinda en las grandes ciudades. Podemos brindar la misma calidad en una ciudad pequeña o grande, pero sobre todo eso, está el no dejar de estudiar nunca”.
En este sentido la profesional comentó a El Territorio que comenzó una maestría cuya tesis está en camino y, además, este año inició  una especialidad en bacteriología. “Mi objetivo es justamente ser especialista en bacteriología clínica y trabajar también en conjunto con Salud Pública, ya que la maestría que hago, es una maestría en salud pública y enfermedades transmisibles. Entonces, no solamente quiero estar abocada a la parte privada, sino también en la parte pública, porque ambos sectores trabajamos en simultáneo y eso se ve justamente ahora en la pandemia del Covid-19, porque nosotros, los resultados los tenemos que informar, no importa si el paciente es del sector privado o sector público, los resultados van a la misma fuente como para tener datos estadísticos fiable”, enfatizó la joven que,claramente, no se equivocó en la elección que tomó desde muy pequeña.
La satisfacción de la joven se nota y más aún por seguir invirtiendo en el laboratorio, en su pueblo y en su comunidad, ya que estudiar y capacitarse es una seguridad y ventaja para todos sus pacientes. z