La Casona de la Bajada Vieja

Patrimonio que aguarda volver a la vida

Esquina clave de la historia ribereña de Posadas, la casa se deteriora mientras espera nuevos dueños y que el Estado marque las pautas de su restauración
sábado 12 de junio de 2021 | 6:06hs.
Patrimonio que aguarda volver a la vida
Patrimonio que aguarda volver a la vida

Algunos recordarán recientes noches de baile y extravagancias, mucha cercanía en tiempos en que el aislamiento, las pandemias y los barbijos parecían surrealistas. Otros rememorarán buen café, alguna comida o incluso un show de tango. Los más memoriosos traerán referencias poéticas de Ramón Ayala y andares artistas. Lo cierto es que el edificio se construyó entre 1919 y 1922, siendo uno de los primeros y más emblemáticos de la también icónica Bajada Vieja. Con dos pisos, una novedad para la época, se convirtió en una esquina clave de la historia de Posadas y es por eso que la Casona diseñada por Víctor Mutinelli sigue siendo un punto imperdible en el recorrido turístico de la ciudad. Así es que frente a su fachada se encuentra el cartel identificatorio que marca el comienzo de la Bajada Vieja y con un audioguía a la que se accede por código QR, se detallan las características de la zona, un ajetreado epicentro donde se movían los mensú.

Son los orígenes de Posadas como ciudad ribereña, plantean los especialistas y es por eso que desde hace años se constituyó en Patrimonio Cultural de la Provincia.

Hoy, la casona permanece en venta. Se estima que la cotización es de un millón de dólares, aunque la estructura edilicia esté un tanto maltratada. Actualmente funciona un local de hamburguesas que opera con delivery.

Si bien los interesados en la propiedad pueden tener distintos intereses económicos, estéticos o prácticos, lo cierto es que la construcción no puede demolerse ni reformarse drásticamente, ya que se encuentra protegida legalmente bajo la Ordenanza III - Nº 30 (Antes Ordenanza 46/97) de Posadas que lo incluye en su registro de Patrimonio Cultural de Posadas. También la ordenanza III-16, declara como Sitio de Interés Histórico al barrio Bajada Vieja, dando otro marco de seguridad.

Darío Ávila, referente del área de Patrimonio Cultural de la Municipalidad local, mencionó que a simple vista, el inmueble tiene diversas patologías de deterioro, algunas normales y otras forzadas, por falta de mantenimiento. En esa línea recordó que más allá de que se concrete alguna transacción inmibiliaria o no entre particulares, todo plan de obra deberá ser comunicado previamente al Estado y dar cuenta de su factilidad. De la misma manera remarcó que el recurso de conservar únicamente la fachada, es la última alternativa a la hora de preservar un patrimonio, en especial en edificios de este calibre, protegidos por ley.

Si bien Ávila es un defensor de lo heredado, entendió que su labor está en un constante vaivén de poder armonizar y equilibrar los intereses del crecimiento de la ciudad y el cuidado de patrimonio existente. Actualmente lleva adelante con su equipo de trabajo un relevamiento y mapeo de todos los edificios antiguos que puedan considerarse patrimoniales en la ciudad para poder identificarlos, registrarlos y etiquetarlos con un semáforo de colores que indique el grado de su valor histórico cultural. Porque para cuidar algo, primero hay que reconocerlo como propio, deslizó.

En ese sentido graficó que ‘‘la gente que habita la Bajada Vieja es muy consciente y están organizados en conservar estos rastros de la memoria y la cultura tangible e intangible de nuestra historia. Es una comunidad consciente de su patrimonio y eso es muy valioso porque garantiza su durabilidad’’.

Ya en 2015 hubo una movida de vecinos en defensa del barrio, molestos por el crecimiento de obras de edificios en la zona. La casona estaba en venta y Rulo Rodríguez, ex encargado del bar El Mensú que funcionaba allí, expresó: “La gente tiene que saber que la Casona figura en el atlas de la Comisión Nacional de Monumentos Históricos, que lo incluye dentro de todas las casas históricas del país”. En ese momento, seis años atrás, alegaron que las últimas transformaciones que tuvo el edificio eran un agravio, y ante el miedo de una demolición pidieron que ‘‘los posadeños tenemos que hacer todo lo posible para que la casona no se tumbe y se mantenga como patrimonio provincial”.

Por otra parte, al ser consultado por este medio, Eduardo Tabbia, de la comisión de Patrimonio del Colegio de Arquitectos de la Provincia, afirmó que es necesario aunar estos esfuerzos, a veces dispersos, en defensa del patrimonio. Con poco tiempo dentro del colegio local, refirió que la información al respecto era escasa y están buscando armar un registro más detallado de los bienes patrimoniales de la región. Además, siendo familiar directo de antiguos y actuales propietarios de la casona de la Bajada rememoró que el lugar está deteriorado, especialmente en el interior y que son varias familias que heredaron el lugar.

Muchas veces el hecho de que un bien esté marcado como hito histórico, hace que termine en un limbo que no le favorece a nadie. El deterioro se acumula mientras hay sucesiones interminables, propietarios que no tienen los medios para mantener la propiedad, compradores esquivos por las restricciones de obra y el Estado que permanece inerte. Sin ir más lejos, recientemente este medio se hizo nuevamente eco de la importancia histórica del Hotel Savoy, que año a año acumula grietas y no encuentra soluciones.

En similar situación aguarda la casona de Fleming y Coronel Reguera, que con recursos públicos o privados, busca poner en acción su recuperación y volver a brillar como en los viejos tiempos.

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