Un centenar de niños reciben apoyo escolar en merenderos

El pedido de ayuda para realizar las tareas escolares es tan demandado como la necesidad de recibir la merienda, situación que fue observada en dos merenderos de los barrios más carenciados de San Pedro. Ante la inquietud de los niños, las integrantes de la agrupación Darío Santillán, a cargo de los merenderos, tomaron la decisión voluntaria de brindar apoyo escolar dos veces por semana. Entre ambos espacios son más de 100 los menores que solicitan asistencia para desarrollar las tareas de la escuela.

 En los barrios precarios, la falta de recursos económicos y el bajo nivel de alfabetización de los progenitores juegan un papel preponderante al momento de resolver las tareas escolares. Es una realidad a la que las madres que llevan adelante el merendero Color Esperanza, en el barrio La Tosquera, no pudieron hacer oídos sordos y decidieron ayudarse entre sí para que los niños y niñas, además de recibir la merienda diaria, puedan completar los cuadernos escolares.

 La necesidad se pone en evidencia con el número de niños y niñas, de todos los grados, que dos veces por semana durante 150 minutos se acercan con las tareas. En el espacio mencionado son 60 los alumnos que reciben apoyo escolar. Es un proyecto voluntario que cuenta con un diseño pedagógico teniendo en cuenta que alguna de las madres cursan el Profesorado de Enseñanza Primaria en la Normal 14 de San Pedro, para quienes la experiencia más que satisfactoria resulta enriquecedora.

En algunos casos los alumnos solicitan material bibliográfico, que lo obtienen de la biblioteca que dispone la agrupación, otros piden ayuda con los cuadernos de las actividades y también hay quienes solicitan reforzar algunos contenidos. “Notamos la dificultad de los niños al completar las tareas porque a los padres les cuesta mucho ayudarles, por la falta de conocimientos y recursos. En uno de los merenderos tenemos 60 niños, muestran enorme interés por realizar sus tareas”, indicó Noelia Viera Núñez, una de las madres que forma parte de la actividad.

Y agregó: “Es una actividad extra que hacemos con enorme placer y para la que estudiamos el profesorado en Enseñanza Primaria, es práctica, una preparación previa para cuando nos toque trabajar”.

 En total son diez mujeres en cada merendero, están quienes se dedican a las tareas propias que conlleva servir la merienda, como preparar el pan y la leche, mientras que las demás dividen a los niños en grupos por grado a fin de avanzar con las actividades escolares, tornando el ambiente dinámico y organizado, resultando un aporte valorado por las familias.

Las integrantes del grupo de trabajo, por su parte, agradecen a los referentes de la agrupación, Raúl Arnold y Claudia Gómez por permitirles llevar adelante la iniciativa.

 Las clases de apoyo comenzaron a dictarse en el barrio La Tosquera pero al notar la misma necesidad en barrio San Miguel, hace dos semanas lo replican en ese humilde barrio, donde asisten más de 40 niños. 

Cabe mencionar que estás mujeres, por formar parte de la agrupación reciben un beneficio social por el cual aportan horas de trabajo semanal en los merenderos, siendo las clases de apoyo una tarea extra y voluntaria.