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Destinos que reciben visitantes de este y de otro mundo

Hacer turismo tiene que ver con las ganas de sentir y de conocer. Argentina tiene sitios históricos que dejan un mar de preguntas que a veces dan escalofríos

domingo 30 de mayo de 2021 | 6:00hs.
Destinos que reciben visitantes de este y de otro mundo

En la lista de destinos para viajar en el futuro no pueden faltar unos cuantos puntos de Argentina y más aún si tienen historias interesantes para conocer.

El turismo ofrece muchas opciones para descansar, sin embargo algunos visitantes se rehúsan a visitar las playas o sitios tradicionales debido a que son experiencias repetitivas. Un nuevo tipo de turismo que adquirió relevancia es el turismo paranormal, que se le relaciona con fenómenos de carácter sobrenatural en los cuales se combinan elementos folclóricos y psíquicos que permiten el disfrute de experiencias que no tiene una explicación lógica o científica.

La mayoría de los países cuentan con zonas con una amplia diversidad de mitos y leyendas en las cuales se ha comprobado que ocurren fenómenos extraños, y que tienen el potencial para atraer visitantes nacionales y extranjeros en distintas épocas del año.  Visitar lugares que albergan historias sobrenaturales es una tendencia a nivel global. Lugares como asilos, manicomios, hospitales, edificios abandonados, cementerios y hoteles ya hacen parte de diversos recorridos de fantasmas.

Mansión Stoppel, Mendoza

En 2018 reabrió al público la histórica Mansión Stoppel. Ícono del patrimonio estructural y cultural de Mendoza, el imponente inmueble de 1.280 metros cuadrados volvió a recibir gente, ahora como el Museo Carlos Alonso.

La histórica construcción estuvo cerrada durante más de 41 años, más específicamente desde el terremoto de Caucete (San Juan) que dejó en las paredes una peligrosa grieta. Sin embargo, esto no significó que durante esas cuatro décadas no hubiera albergado a nadie en su interior. De hecho, y luego de algunos intentos de usurpación y mientras aguardaba la tan esperada reapertura, cerca de 2012 -con el inicio de las primeras obras en el lugar- se instalaron guardias de seguridad privada. Actualmente son custodios de seguridad de la Secretaría de Cultura quienes cuidan y pernoctan en el lugar.

Sin embargo, todo parece indicar que no son los guardias las únicas personas que han pasado y pasan sus días (y noches) en el inmueble, que fue construido como casa del cónsul peruano Luis Stoppel en 1912 y donde funcionara luego el Patronato de Menores entre 1949 y 1977. Todos los guardias que han pasado por el lugar dicen haberse percatado de la presencia de Luisito, “el que siempre está”.

Torre del Fantasma, Buenos Aires

Este bello edificio, de arquitectura de estilo catalán, fue construido en 1910 para la señora Auvert Aurnaud, una de las personas más ricas de la ciudad a principios del siglo XX. Luego del trágico final de una de las inquilinas comenzaron las historias de un espíritu que lo rondaba.

Todo comenzó cuando misia María Luisa Auvert Aurnaud, encargó a un arquitecto catalán la construcción de un edificio de departamentos para vender. Pero le quedó tan lindo el edificio que misia María Luisa se instaló allí con sirvientes, perro y loro.

Poco a poco, misteriosamente, los sirvientes se le fueron yendo. Se escuchaban los gritos de julepes de la señora o de los pocos sirvientes fieles. Una noche, en silencio, la señora Auvert abandonó la casa y se recluyó en su estancia.

La torre más alta fue alquilada a una artista plástica y se convirtió en un atelier. Clementina se llamaba. Una periodista, Eleonora, fue a hacerle una nota y tomó fotografías de sus obras. A partir de ese día se sucedieron hechos misteriosos y comenzaron a escucharse gritos de terror que venían de la torre. Finalmente, Clementina saltó al vacío desde lo alto de su torre. Cuando Eleonora reveló las fotos una imagen escalofriante apareció en una de ellas. Era la foto del cuadro en el que estaba trabajando la pintora: tres abominables duendes rodeaban la pintura.

Eleonora viajó a la estancia para entrevistar a Auvert, que comenzó a contar la historia de los maléficos duendes catalanes que cuando se alteran hacen todo tipo de diabluras. Cuentan que, todavía hoy, los duendes siguen espantando a los habitantes de la casa.

Hotel Edén, Córdoba

El Edén Hotel fue uno de los alojamientos más icónicos de la historia cordobesa, cuya construcción dio origen a la ciudad de La Falda. Por él pasaron importantes personalidades de la Argentina y extranjeros, como los presidentes Julio Argentino Roca, José Figueroa Alcorta, Agustín P. Justo y Roberto Marcelino Ortiz. También estuvieron artistas y miembros de la nobleza europea, como Eduardo de Windsor y Humberto II de Italia. Además, visitaron el lugar pero no se alojaron en él, Albert Einstein y Ernesto Che Guevara.

La más conocida es una que comenzó hace algunos años durante una visita guiada, en la que una niña le dijo a su madre que había “una nena que invita a jugar en su habitación”. El guía a cargo del recorrido le preguntó a los padres si la pequeña era capaz de percibir esas sensaciones, pero la respuesta fue negativa.

El mismo hecho ocurrió algunos después, en las mismas circunstancias pero con otro trabajador y otra familia. A raíz de esta situación, los encargados del lugar decidieron buscar en los archivos una explicación y, al parecer, la encontraron. En enero de 1898, Ana Jaime de Abarca, hija del médico personal de Julio Argentino Roca, falleció con ocho años en esa habitación a causa de tuberculosis. Desde entonces, varios turistas han manifestado ver a la menor deambulando por los pasillos o la azotea.

La cárcel del fin del mundo

La combinación “fin del mundo” y “cárcel para los criminales más peligrosos del país” es ideal para hacer turismo de terror. Es sin duda uno de los lugares más aterradores del mundo, ya que al entrar podés sentir que hay ambiente de miedo. Este siniestro presidio está ubicado en Ushuaia, Argentina, y hace unos años fue reconvertida en un museo que permite recorrer todas sus celdas, pasillos y salas. Muchas de las celdas aún conservan los uniformes de los presos, así como otros objetos incluyendo fotografías. Pero eso no es todo, hay esculturas a tamaño real de los prisioneros más emblemáticos, como el múltiple homicida conocido como el “petiso orejudo”, un asesino muy peligroso y pirómano.

Tal vez en este lugar no haya  fantasmas, y menos mal, porque serían los de personas que la historia preferiría olvidar. Si bien no hay espíritus, el miedo se siente a cada paso. 

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