Calamar histórico

Jorge de Olivera vivió uno de los mejores años de su carrera. Fue clave en el ascenso de Platense, convirtió su primer gol y va por un récord único
jueves 27 de mayo de 2021 | 6:01hs.
Calamar histórico
Calamar histórico

Sin dudas que uno de los momentos más emotivos de la Copa de la Liga Profesional fue el regreso a Primera División de Platense después de 22 años de jugar en el ascenso argentino, y uno de los personajes clave fue Jorge De Olivera.

El arquero posadeño regresó, a sus 38 años, a la máxima categoría en el fútbol argentino y, mientras se tomó unos días para descansar en la capital misionera, repasó junto a El Territorio los logros de un semestre agitado en el Calamar, lo que viene y una particular promesa que podría convertirlo en un deportista histórico.

“El que pasó fue un semestre intenso. Con el ascenso y la vuelta a Primera, prácticamente no tuvimos descanso. Desde los objetivos y desde lo que se consiguió fue increíble. Ahora que ya estamos un poquito más tranquilos lo estamos disfrutando muchísimo”, arrancó De Olivera, el arquero que cuenta con el récord de 726 minutos sin recibir goles en Platense, récord absoluto del club.

“Tuve la posibilidad de jugar en Primera en otros países, pero acá no lo hacía desde la época de Racing (2013), había pasado un tiempo y era una expectativa para mí volver a la máxima categoría. Fue muy lindo, hasta terminé con un gol”, bromeó y destacó que “cumplimos medianamente los objetivos del club, que era terminar arriba de los mil (Platense terminó con 1,076 de promedio), y ahora es todo para disfrutar”.

El misionero llegó al Calamar en 2017 para jugar la B Metropolitana. Consiguió el ascenso a la B Nacional y fue determinante en el regreso de los de Vicente López a Primera. En los cuartos de final atajó el penal decisivo y, ya en la final ante Estudiantes de Río Cuarto, fue figura absoluta en la definición desde los doce pasos. Tapó el definitivo y decretó el regreso calamar a Primera División tras 22 años.

Todos esos logros dentro de la cancha hicieron que los hinchas le tomen un gran cariño al de la Tierra Colorada fuera de la línea de cal.

“La gente me quiere muchísimo. Ser tan querido y tan identificado con el club es muy importante. Es recíproco. Eso genera compromisos y por eso sigo buscando objetivos, a pesar de que lo que logramos es mucho”, reconoció De Olivera.

“Platense es mi lugar en el mundo, en el que conseguí los logros más grandes de mi carrera y en el club en el que más cómodo me sentí”, aseguró sin dudar el misionero.

 

Con ganas de seguir

“Por contrato me quedo hasta diciembre de 2022, pero no me pongo un final. Será un día a día cuando termine el contrato. Yo me siento bien y habrá que ver cuando llegue el fin del contrato. Si puedo seguir al mismo nivel seguiré. Desde ese lugar no me pongo fecha de final”, analizó el arquero de 38 años a la hora de planear lo que se viene.

El regreso a Primera fue emotivo, sí, pero a la vez, el apretado calendario, no le permitió a Platense armarse de la mejor manera. El conjunto bonaerense tuvo que posponer su primer partido en la máxima categoría y casi no contó con descanso luego de un final en la Primera Nacional a puro vértigo.

Por eso ahora la apuesta de Platense es ir por más y para De Olivera eso es fundamental: “Queremos generar un equipo más competitivo que el semestre anterior, que no tuvimos tiempo de armarnos de la mejor manera”. “A partir de eso queremos armar un grupo que busque el ingreso a alguna copa internacional, que es el camino que quiere seguir el club”, confesó quien hoy será reconocido como Personalidad Destacada en el Deporte por el Consejo Deliberante de Posadas.

“Creo que Platense debe ser de los clubes más ordenados que hay y con mayor perspectiva de crecimiento. De hecho, presentaron la remodelación del estadio, quieren agrandarlo, cambiarlo y son todas metas que tienen para dar un salto de calidad y crecer como institución. Desde nuestro lugar esperamos hacer nuestro aporte para que siga creciendo”, contó el posadeño.

Para De Olivera será una pretemporada especial. A diferencia de la previa al último torneo, ahora sí habrá tiempo para preparar lo que será el campeonato en Primera División y por eso también será especial para el de la Tierra Colorada.

“Los años no llegan solos, pero hay muchas cosas que con la experiencia las vas manejando. Ya no tengo 20, pero el entrenamiento siempre está, porque es una categoría que te demanda mucha exigencia. Tenés que estar físicamente a la par de tus compañeros y eso lo voy llevando con el día a día. Algunos que otros dolores aparecen más que antes”, comentó entre risas.

Para De Olivera el regreso a Primera División de Platense significó volver a una categoría que, desde que se había ido en 2013, cambió bastante.

“Cambió mucho de lo que era cuando yo dejé Primera. Aparecieron muchos técnicos con estilos ofensivos, con más intensión de juego, de buscar el arco rival”, analizó el arquero y destacó que “también cambiaron las reglas, entonces quizás hay más juego desde el fondo”. “El fútbol argentino siempre es competitivo y exigente y eso siempre será así”, aseguró.

En ese sentido valoró el juego del River de Gallardo. “Miro mucho a River. Me da ganas de mirarlo. A Racing lo miro por una cuestión de cariño”, comentó.

Un gol y una promesa especial

En la presente temporada, De Olivera cumplió el sueño de todo jugador: convertir un gol en Primera. El 9 de mayo y ante Rosario Central, el misionero marcó de penal el parcial 3-1 para el Calamar, que esa tarde venció a los rosarinos por 4-1 en Vicente López. Un momento único.

“Haber convertido el gol fue algo que no lo había hecho ningún arquero en la historia del club. Es un privilegio. Quizás para algunos es algo más, una circunstancia de un partido, pero para mí fue el primer gol como profesional y siempre significará mucho”, contó.

Pero más allá de ser el arquero con el récord de valla invicta en Platense, de haber logrado dos ascensos con el club y de que pasó a la historia como el hombre que tapó el penal que devolvió al Calamar a la elite del fútbol argentino, De Olivera tiene todavía un as bajo la maga para agrandar su historia en Vicente López.

“Tengo una promesa hablada con el vicepresidente del club (Fernando Wendt), que es el presidente de básquet de Platense, y me había dicho que si lo ascendía a Primera me iba a dar la posibilidad de jugar unos minutos en la Liga Nacional. Así que está hablado, ojalá sea dentro de este año”, tiró el arquero.

La altura no sería un problema para De Olivera, ya que lo respaldan sus 1,94 metros, y además los inicios del posadeño en el deporte fueron justamente con la naranja.

Por ahora los objetivos están puestos con la redonda número 5, pero quizás De Olivera se convierta en el primer jugador en disputar un torneo de Primera División de fútbol y de básquet con el mismo club. La historia lo dirá.

El arquero pasó por el entrenamiento de Guaraní y fue un imán para los chicos.
De Olivera jugó la B Nacional con Guaraní en 2014/15 y luego emigró a Chile.
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