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Por disposición del Juzgado de Instrucción Tres de San Vicente

Acusado de matar a Antúnez Sequeira, con prisión domiciliaria

Juan G. tiene Covid-19, es paciente de riesgo y requiere atención adecuada. “Se dio prioridad a la cuestión de la salud y la edad de mi cliente”, indicó su abogado

miércoles 26 de mayo de 2021 | 6:03hs.
Acusado de matar a Antúnez Sequeira, con prisión domiciliaria
El cadaver fue hallado el 13 de febrero en colonia El Progreso.
El cadaver fue hallado el 13 de febrero en colonia El Progreso.

La edad del imputado, afecciones preexistentes y el diagnóstico positivo de Covid-19 incidieron para que el Juzgado de Instrucción Tres de San Vicente otorgara el beneficio de la prisión domiciliaria a Juan G. (71), acusado por el homicidio del peón  Marcelo Antúnez Sequeira (34).

A pesar del feriado, la medida se oficializó ayer debido al estado de salud del sospechoso, quien el lunes fue ingresado al hospital de San Vicente por una complicación asociada al cuadro de coronavirus confirmado el fin de semana.

David Mousquere, defensor del agricultor, confirmó la novedad a El Territorio y ponderó la premura de la Justicia para preservar la salud de su cliente.

“Hoy (por ayer) le otorgaron la prisión domiciliaria a mi cliente, quien en la comisaría se contagió de Covid-19. Los primeros contagios se dieron hace unos quince días, pero él dio positivo el fin de semana. El lunes fue trasladado al hospital, le pusieron suero y luego volvió a la comisaría. Pero claramente en ese ámbito no están dadas las condiciones para la atención de un paciente de riesgo como él”, subrayó.

En consecuencia, en horas del mediodía el septuagenario fue trasladado por su hijo al lugar que fijó como residencia, donde deberá cumplir con los requisitos impuestos por la prisión domiciliaria. Previamente, Mousquere había presentado un pedido para obtener el beneficio, lo que fue rechazado, por lo que recurrió a la Cámara de Apelaciones.

“Todavía no me notificaron los pormenores, pero entiendo que se dio prioridad a la cuestión de la salud y la edad de mi cliente, como también a los cuidados que requiere un paciente con Covid”, remarcó.

Único sospechoso

Juan G. está acusado y detenido por el homicidio de Marcelo Antúnez Sequeira, cuyo cadáver fue hallado dentro de un pozo ubicado en una propiedad del yerno del implicado, en colonia El Progreso de San Vicente.

Fuentes con acceso al expediente reconocieron que la principal hipótesis del crimen sería el ajuste de cuentas, ya que el sospechoso acusaba a la víctima por una serie de robos perpetrados en su chacra de Picada Zulma. La causa está caratulada como homicidio simple. Se determinó que la víctima falleció de un golpe en el tórax. También sufrió traumatismo de cráneo.

En tanto, testimonios apuntan la responsabilidad hacia el único sospechoso, a quien el 4 de enero varios testigos vieron dirigirse hacia la propiedad de colonia El Progreso, donde 40 días después hallaron el cadáver de Antúnez Sequeira.

Asimismo, el 4 de enero la víctima fue vista por última vez, cuando salió de su casa para ir a trabajar a la chacra de Juan G.

Pruebas en contra

En su declaración del 7 de enero, cuando aún se desconocía el paradero de la víctima, Antonio Antúnez Sequeira (53), padre del joven asesinado, precisó que diez días antes el acusado llegó a su domicilio, en el barrio Trinidad de San Vicente, para hablar de trabajo con su hijo.

“El 23 de diciembre Juan G. fue a mi casa con su camioneta para buscarle a mi hijo para trabajar. Ese día habló con Marcelo y le dio trabajo. El 4 de enero, a las 6, mi hijo salió de casa para ir a trabajar en la chacra y desde entonces no supimos más nada de él”, precisó.

En la misma declaración, el progenitor cuestionó que el acusado haya afirmado que hacía tres meses que no veía a su hijo.

“Eso es mentira, porque el 23 de diciembre estuvo en casa”, remarcó, tras lo cual agregó: “Me suena raro lo que dice porque estoy seguro que el 4 de enero mi hijo salió para trabajar en su chacra”.

Con el correr de los días y sin novedades sobre el paradero del muchacho, el padre realizó una ampliación de denuncia donde reconoció que en dos ocasiones Juan G. acusó a su hijo de robarle herramientas, pero que después le ofreció trabajo nuevamente.

También aportó un dato que presagiaba sus peores temores: “Juan G. tiene pozos en la chacra y cerca hay un tajamar”.

En la instrucción también se probó que el agricultor fue víctima de varios robos en su propiedad, tanto de herramientas, objetos de valor y hasta efectivo.

Marcas en el pozo

El 7 de enero, en una escueta declaración en sede policial, Juan G. aseguró que hacía tres meses que había visto por última vez a Marcelo Antúnez Sequeira, al tiempo que negó haber ido a verlo a su casa el 4 de enero, como afirmaron familiares de la víctima.

Posteriores allanamientos en su domicilio de Picada Zulma arrojaron resultado negativo. Pero la situación del agricultor se complicó el 13 de febrero, cuando la Policía y Bomberos Voluntarios encontraron el cadáver en un pozo ubicado en la chacra de colonia El Progreso, propiedad del yerno de Juan G.

Si bien el cadáver presentaba un avanzado estado de descomposición, fue fácil identificarlo porque entre las prendas se hallaba el DNI.

“Tampoco se descarta que la víctima haya sido lanzada al pozo aún con vida, ya que tenía las manos hacia arriba y en los laterales del pozo había marcas compatibles con arañazos”, confió una fuente con acceso al expediente.

Con relación a la hipótesis del crimen por ajuste de cuentas, en su declaración en sede policial, Enrique Juscuv (52) relató que un remisero amigo le comentó que tiempo atrás robaron una motoguadaña y dos garrafas de la chacra del sospechoso.

“El dueño de la chacra desconfiaba de Antúnez y dijo que él mismo se encargaría de hacerlo desaparecer. Y que justo desaparece cuando fue a trabajar a la chacra de la misma persona. Eso me parece raro”, declaró. 

Dejó rastros

Entre los testimonios que complican al acusado se halla el relato de Leandro Antúnez Sequeira (27), hermano de la víctima, quien mencionó que el 4 de enero éste le dijo que iba a trabajar a la chacra de Juan G., en Picada Zulma.

Se presume que el peón llegó por su cuenta a Picada Zulma y luego fue trasladado por Juan G. hasta la chacra de colonia El Progreso, como señalaron otras voces.

Tal el caso de Miguel Ángel Tarnowski (23), quien testificó que el 4 de enero estaba tumbando pinos en colonia El Progreso, sobre el kilómetro 997 de la ruta nacional 14, cuando a eso a las 7.30 vio pasar una Toyota Hilux color gris oscuro, con franjas a los costados.

“No vi quién iba adentro, pero el patrón dijo que era Juan G. Después no vimos salir la camioneta”, mencionó. Su hermano José Tarnowski (19) declaró en el mismo sentido.

Los hermanos estaban trabajando para Rogelio Foleto (50), quien indicó que le consta que la camioneta que vieron era de Juan G. porque se la compró a un vecino suyo.

Días más tarde vio en la televisión que el desaparecido el 4 de enero era empleado de Juan G., lo que le pareció al menos sugestivo y por ello se acercó para comentar a la Policía que ese mismo día observó el rodado del imputado dirigiéndose a la chacra adonde hallaron el cadáver. Indicó que lo recordaba claramente porque no era habitual verlo por la zona.  

El cadáver fue hallado el 13 de febrero en la propiedad del ciudadano español Miguel Planell Lapuente, yerno del acusado. Horas más tarde Juan G. fue detenido en pleno centro de San Vicente. 

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