Neto, un futbolista camerunés en busca de su destino

Neto Gwos dejó Camerún para jugar al fútbol en Argentina, pero tras una mala experiencia en Buenos Aires llegó a Misiones y busca cumplir su sueño de ser un futbolista profesional
sábado 22 de mayo de 2021 | 6:05hs.
Neto, un futbolista  camerunés en busca de su destino
Neto, un futbolista camerunés en busca de su destino

Mientras está sentado en la tribuna al costado de la cancha, Neto sueña con el día que le toque jugar en Primera. Como le sucede a muchos jóvenes, él dejó lejos a su familia para ir en busca de ese gran sueño de ser futbolista profesional.

Recorrió más de 7 mil kilómetros para llegar a un país desconocido, en el que se encontró que la promesa que le habían hecho no era tal. No se desanimó y siguió adelante. Se buscó un club y luego le salió la oportunidad de vivir en Misiones. Se arriesgó y, según él, “valió la pena”.

Neto Samuel Gwos se convirtió en el primer camerunés en formar parate de un club de la Liga Posadeña. El africano de 21 años desembarcó en Argentina en 2018, con la ilusión de llegar a la Primera División.

Su representante de ese momento le propuso ir a Quilmes, pero no hubo acuerdo y el camerunés terminó en la Cuarta División de Berazategui.

“Yo era jugador de selección y tuve muchas propuestas. El que era mi representante me hizo hablar con la gente de Quilmes, pero cuando llegué no firmé un contrato. Un año después de que salí de Quilmes me enteré que mi representante no quiso que juegue ahí. Me fui a Berazategui y llegué hasta la Primera el año pasado”, contó Neto.

Esa mala jugada del destino le abrió otra puerta, la de Garupá FC, y sin dudarlo armó sus valijas y vino hacia la Tierra Colorada.

“Los chicos del club me tratan muy bien. Yo no conocía nada. Me arriesgué y valió la pena. El presidente me trató muy bien y me gustó el proyecto que tiene con los chicos. Yo viví en Buenos Aires y no tuve las oportunidades que tuve acá. Yo quiero aportar mi grano de arena al club y estoy buscando mostrarme para poder jugar en el exterior”, aseguró el volante central.

Sin conocer nada de Argentina y menos de Misiones, el camerunés confió ciegamente en la propuesta de José Ayala, presidente de Garupá FC, a quien le destacó las diferentes gestiones por las que hoy solamente se dedica a entrenar y jugar.

De Duala a Argentina

Neto es el menor de cuatro hermanos, pero el único que se dedicó al fútbol desde pequeño.

“Yo estuve en una academia hasta los 16 años. Me fui a otra provincia y pude jugar en Segunda División”, comentó acerca de sus inicios en su Camerún natal.

“Un día fuimos a jugar en la capital (Yaundé) y en la tribuna estaba el técnico de la sub 20. Yo hice un buen partido y después el técnico me llamó y me convocó para la selección con 16 años”, recordó Neto.

Con apenas 16 años alcanzó el gran sueño de representar a su país. Esa exposición llevó a que se acercaran los representantes, pero el juvenil jugador no podía dejar su país. Recién a los 18 viajó hacia Argentina con  la promesa de un contrato que no fue tal.

“Vine solo y mi familia se quedó en Duala. Hablo siempre por WhatsApp, hacemos videollamadas, me alientan y me dicen que no tengo que bajar los brazos, que ya va a llegar la oportunidad y el contrato. Eso me da muchas ganas de seguir”, confesó el mediocampista.

Si bien su llegada al país no fue lo que esperaba, en Argentina formó su familia. Conoció a Analía, su pareja, y tuvieron dos hijos: Naor de un año y medio y Monique de 5 meses, quienes viven en Buenos Aires con su madre.

Neto reconoció que “en Camerún la vida no es fácil”. “Acá algunos chicos tienen la posibilidad de jugar y estudiar, allá no. Nosotros teníamos que jugar o estudiar”, contó acerca de lo que le tocó vivir en sus inicios.

Por eso, más allá del inicio con el pie izquierdo en Argentina, valora la chance que tuvo en Berazategui y la que hoy tiene en el conjunto de Garupá.

Un mundo diferente

Neto hizo un gran sacrificio para venir a Argentina y dejó en África no solamente a su familia, sino también una gran parte de su vida.

Llegó a un país del que prácticamente no conocía nada, ni siquiera el idioma, pero poco a poco se acomodó y hoy disfruta de las costumbres argentas.

“Cuando llegué fue difícil. No entendía el idioma, pero de a poco me acostumbré”, recordó y, entre risas, contó que “un día cocinaron milanesa y no sabía qué era”. “Allá comemos muy pesado y yo no estaba acostumbrado, pero ya pasó y hoy estoy muy cómodo”, agregó.

Además de lo cultural, Neto debió acostumbrarse a otro fútbol, uno muy diferente al que jugaba en Camerún.

“Acá el fútbol es muy físico y técnico al mismo tiempo. En mi país el fútbol es más físico. Me pude adaptar, no me costó tanto, porque tenía la experiencia de la selección allá. En Camerún se trabaja distinto en los clubes que en la selección”, explicó.

Y a la hora de definirse como jugador, no dudó en destacar que “juego en varios puestos”, aunque aseguró que “siempre me gustó jugar de volante central”. “Soy un jugador potente, veloz, con visión de juego y mucha técnica”, contó.

Mientras espera que regrese el fútbol para demostrar dentro de la cancha sus cualidades, Neto se entrena día y noche pensando en alcanzar su sueño de ser un futbolista profesional y de volver a representar a su país en la selección de Camerún. 

Neto, un futbolista  camerunés en busca de su destino
A sus 21 años, el camerunés se ilusiona con ser profesional. Foto: Sixto Fariña
Neto arrancó en la Cuarta de Berazategui y llegó hasta la Primera.
En su Camerún natal, Gwos (en el medio) llegó a la sub 20 con apenas 16 años.
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