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Javier Orlando Batista llegó al juicio en libertad y ayer quedó detenido

Nueve años de cárcel al fisicoculturista que dejó cuadripléjica a su ex pareja

“Por fin se hizo justicia”, subrayó la víctima tras el fallo. La fiscal Estela Salguero fundó la acusación. “Descontrolado por los celos golpeó a Yenifer”, remarcó en su alegato

viernes 21 de mayo de 2021 | 5:15hs.
A la cárcel
Batista será alojado en una celda de la UP II. FOTO: Macarena Bordón
Batista será alojado en una celda de la UP II. FOTO: Macarena Bordón

El relato de la víctima, el aporte de una anterior pareja que padeció violencia, el accionar del acusado en los minutos y horas posteriores al hecho y el aporte técnico de un médico forense, sentaron las bases para la pena impuesta al fisicoculturista Javier Orlando Batista (42), sentenciado a nueve años de cárcel por agredir y dejar cuadripléjica a su ex concubina Yenifer Guayaré (29).
Tras cuatro audiencias de debate oral, ayer el Tribunal Penal Uno de Oberá condenó a Batista por hallarlo autor penalmente responsable del delito de lesiones gravísimas doblemente calificadas por el vínculo y por violencia de género.
El imputado llegó al juicio en libertad, por lo que se ordenó su inmediata detención y alojamiento en la Unidad Penal II. La medida se concretó con personal de la Seccional Primera de Policía y fue celebrada por familiares y allegados a la víctima que se congregaron frente a la sede judicial a la espera del veredicto.
Por recomendación médica, ya que luego de testificar en la primera audiencia padeció una descompensación, en la víspera la víctima no asistió al Tribunal y aguardó la sentencia en su casa.
Su hermana Johana Guayaré, a través de una videollamada, fue quien le confirmó la pena dispuesta por el cuerpo integrado por los jueces Francisco Aguirre, José Pablo Rivero y Miguel Orlando Moreira.  
“Es la mejor noticia. Por fin se hizo justicia. Gracias a Dios y a todos los que me apoyaron en estos años. Mil gracias realmente a mí familia y a todos los que estuvieron conmigo en esta lucha. Estoy muy emocionada”, subrayó Yenifer entre lágrimas.
También tuvo palabras de agradecimiento para las personas que aguardaron el veredicto en el lugar con pancartas en pedido de justicia.  

Yenifer no asistió a la audiencia por recomendación médica pero tras el fallo habló por videollamada con sus familiares en el tribunal. FOTO: Macarena Bordón

Secuelas de por vida
El hecho que se ventiló en juicio oral se registró en la madrugada del 15 de diciembre del 2016, en la vereda del Club Cooperativa de Oberá, donde Batista y Guayaré asistieron a una cena de fin de año organizada por la empresa en la cual trabajaba el padre del acusado.
En un momento de la velada discutieron, salieron y el fisicoculturista agredió a la mujer, ocasionándole un daño irreparable en la columna cervical, al extremo que quedó cuadripléjica y debe movilizarse en silla de ruedas.
En la víspera se leyó la declaración del prestigioso traumatólogo Santiago Balderrama que operó a Guayaré en el hospital Madariaga de Posadas, quien concluyó que “nunca tendrá la movilidad ni recuperará el 100% de sus funciones”.
Si bien el hecho no tuvo testigos presenciales, más allá de la madre y hermana del imputado, lo que resultó subjetivo para la Justicia, en su alegato la fiscal Estela Salguero consideró creíble la acusación de Guayaré y solicitó una pena de nueve años de prisión.
En tanto, desde un primer momento la defensa de Batista insistió en la inocencia de su cliente, argumentando que la víctima estaba alcoholizada y se cayó sola. También hicieron hincapié en un tumor prexistente que presentaba la damnificada, cuya existencia desconocía y pudo desencadenar la parálisis que la aqueja.
Al respecto, en la víspera el médico forense Horacio Marín precisó que la caída “tuvo que tener la suficiente intensidad para producir una lesión”, lo que puso en dudas que un simple tropezón haya derivado en tremenda consecuencia.
La acusación
Según la fiscal, quedó probado que el 15 de diciembre del 2016 Batista y Guayaré concurrieron a una cena y luego tuvieron una discusión que culminó afuera cuando la mujer cayó al suelo tras recibir un golpe que le ocasionó una lesión gravísima.
“Ese golpe que recibe la hace caer, le produce un desplazamiento de la cuarta y quinta vértebra cervical, con tal mala suerte que tenía un tumor (osteoma), cuya existencia desconocía, que se desplaza y produce la inmovilidad de sus miembros y una incapacidad permanente”, detalló Salguero.
Agregó que en su denuncia la victima manifestó que la relación siempre fue conflictiva por los celos, el carácter fuerte y prepotente del implicado. Dijo que era altanero, que tuvieron muchas discusiones y contó que en una oportunidad le rompió un celular, cuestión que también relató otra ex pareja.
El detonante de la tragedia fue una charla de Guayaré con una amiga, lo que molestó a Batista, quien decidió irse del evento.

La fiscal Salguero había solicitado nueve años de prisión en su alegato. FOTO: Macarena Bordón

En este punto la fiscal leyó la declaración de la damnificada: “Él sale y salgo detrás de él, intento tomarle del brazo para que él no se vaya; pero me agarró del cabello, siendo lo último que recuerdo. Ya cuando me desperté estaba en el piso, tirada en un charco de sangre y él me estaba asistiendo”.
Y luego agregó: “Acá en esta sala mencionó que le agarró de los cabellos y lo mostró, que le pudo haber levantado y le pudo haber estirado y largado, y ahí es donde cae”.
“No hay testigos presenciales de lo ocurrido, por eso considero que los dichos de Yenifer son reales, son veraces. Ni en todas las veces que declaró ni en toda la investigación de la causa ni acá en la sala se observó que haya habido fabulación en sus dichos ni que haya mentido o querido perjudicar a Javier”, remarcó Salguero.
Abandonada en el hospital
Luego ahondó en las actitudes de mostró Batista después del hecho, lo que sumó indicios para la acusación.
“Hay una situación muy llamativa en la actitud de Javier, que en todo momento dijo que la ayudó y que la llevó al hospital, lo que es verdad, pero en el hospital quedó sola. Llamativamente Javier se fue. Ella tiene padres, hermanos, una tía que trabaja en el hospital; pero se fue y no llamó a ningún familiar. Una enfermera llamó después a la tía. La hermana que estaba con él tampoco hizo nada para que los familiares pudieran enterarse de lo que le pasó a Yénifer. Indudablemente tomó esa decisión porque a él le beneficiaba. Todo esto proviene de una persona agresiva y violenta”, remarcó en su alegato.
También se refirió al testimonio de Paola Ramírez, ex pareja de Batista que declaró el miércoles y lo acusó de violencia.
“Nos rebeló lo que sufrió estando con este sujeto, nunca lo nombró. Cuando lo miraba decía este sujeto. Y dijo que era muy agresivo, muy violento, una persona dominante y de permanente hostigamiento. Yo era de su propiedad, dijo la testigo. Que tenía que hacer todo lo que él decía, y contó una situación de mucha violencia que le ocurrió en una oportunidad que una persona llegó a su domicilio para entregarle un currículum y que Javier la acusó de mantener una relación. Aunque hubiera sido una infidelidad, jamás debió actuar así, apretarle el cuello, tirarla al suelo, tirarle a la cama, pegarle con un cinto, amenazarla de muerte”, cuestionó la fiscal.
Asimismo, citó que el informe psicológico lo define como una personalidad obsesiva y con dificultad para manejar sus impulsos. Que es autoritario y que  podría tener reacciones muy agresivas.
Dos visiones
La fiscal Salguero concluyó que existen elementos para acusar al fisicoculturista.
“Todo esto demuestra que la víctima no cayó sola. Esa noche Javier dio rienda suelta a sus impulsos, a su agresividad. Descontrolado por los celos golpeó a Yénifer, que cayó con tal mala suerte que teniendo ese tumor le produjo una incapacidad permanente. No hay ninguna duda de que Javier le imprimió un golpe”, remarcó.

Batista llegó en libertad al juicio y se retiró esposado. FOTO: Macarena Bordón.

Y agregó: “Los médicos dijeron que se debe imprimir un golpe con fuerza. Hoy acá el doctor Marín dijo que la fuerza del golpe debe tener cierta intensidad. No olvidemos que es una persona que trabaja en un gimnasio, que hace pesas y es robusto, ante una mujer delgada. Sin dudas, la fuerza de Javier actuó sobre la debilidad física de la víctima. Y debe responder por este hecho gravísimo”.
El alegato de la defensa estuvo a cargo de Orlando Flosi, codefensor junto a Héctor Flosi.
Según el letrado la noche del hecho existió un desencuentro de pareja, pero “en todo momento Batista escapó de la hipótesis de conflicto. Salió del lugar y fue seguido por la denunciante”.
Opinó que la acusación fiscal careció de fundamentos y que “la única prueba es la denuncia de la víctima, y está cargada de contradicciones”.
Flosi insistió con analizar la cinemática del hecho y avanzó en la lesión prexistente por un tumor que “se encajó en el canal medular”.
Sobre el testimonio de Paola Ramírez dijo que “apareció con un relato fantasioso para hacerlo parecer un monstruo”.
Luego solicitó la absolución de su cliente, aunque el Tribunal apoyó la moción de la fiscalía y condenó a Batista. La lectura de los fundamentos de la sentencia se darán a conocer el 4 de julio a las 12.

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