Sus padres también vivieron más de 100 años

Abel Barrios, el vecino de Santa Rita de 114 años

Nació en San Cosme y Damián, Paraguay, en 1905 y vino al país cuando era adolescente. Trabajó en la construcción del antiguo Hospital Regional de Posadas
miércoles 19 de mayo de 2021 | 6:05hs.
Abel Barrios, el vecino de Santa Rita de 114 años
Abel Barrios, el vecino de Santa Rita de 114 años

Memoria y desmemoria. Los recovecos del cerebro son un laberinto y en él se pueden perder valiosos fragmentos de toda una vida. Sin embargo, la historia sobrevive en la descendencia, en las generaciones de una familia que la rescatan y no la dejan morir.

Querido y conocido por casi todo el barrio Santa Rita, de Posadas, Abel Barrios anotará en el calendario su cumpleaños 115 este 14 de junio.

Su figura es vestigio de una vida sacrificada, de puro trabajo y honestidad, que hoy está también marcada por los achaques de la edad y el cáncer.  

Nació en 1905 en el pequeño poblado paraguayo de San Cosme y Damián, del departamento de Itapúa, y proviene de una familia longeva. Por dar un ejemplo, su padre vivió hasta los 120 años y su madre hasta los 118.

Emigró a Misiones cuando era apenas un adolescente.

Si bien las fechas no están lúcidas en su cabeza, su hija menor Gabriela (63) es el soporte cuando las cosas dejan de estar claras y ayuda a construir su historia.

Siendo todavía adolescente y con el propósito de ganarse el pan en el país que lo acogió, trabajó en la construcción de los cimientos del viejo Hospital Regional de Posadas, que ahora está siendo restaurado y dentro de poco cumplirá 100 años.

Se desempeñó también muchos años en el puerto de Santa Ana en la carga y descarga de las mercaderías y un accidente sufrido en aquel tiempo le produjo la sordera que tiene hasta hoy en día.

Según cuenta Gabriela, cuando llevaba un raído de hojas de yerba mate se rompió un pequeño puente por el que estaba pasando y cayó al agua. El peso de la bolsa lo llevó al fondo y tardó en salir. Asimismo, en su estadía por Buenos Aires trabajó en el ferrocarril.

La vida en la chacra y la albañilería eran las pasiones de don Abel cuando la sangre vigorosa de la madurez corría por sus venas.

En la tierra colorada formó su familia y le regaló cinco hijos: tres mujeres y dos varones que a diario están pendiente de su salud.

Su compañera de vida falleció hace seis años con nueve décadas vividas. Tiene siete nietos y cinco bisnietos.

No hay secretos para llegar a tener un paso por la tierra tan largo, quizás está en su ADN, pero Abel se mantuvo siempre alejado de los vicios. No era un practicante del fútbol ni tampoco tiene un club preferido del que sea hincha, pero sí le gustaba ir a la cancha a ver a sus amigos jugar.

“Es un padre ejemplar, siempre nos dijo que teníamos que estudiar, trabajar y todo hacerlo con honestidad. Antes cuando estaba mejor también les hablaba mucho a los jóvenes”, compartió Gabriela.

Don Abel tiene cáncer de próstata desde hace varios años y por su edad no pueden operarlo, por lo que sólo toma medicación diaria para tratarlo y calmar los dolores, que a veces son intensos.

Es de una familia humilde y los medicamentos se compran con mucho sacrificio, por lo que quien quiera colaborar con ellos pueden comunicarse al celular de Gabriela: 0376-154690504.

Por las dificultades de traslado a los centros de vacunación, aún no recibió la dosis contra el Covid-19.

“Él se siente muy frágil, se siente como un niño, como una carga para nosotros pero no lo es. Cuando ya no esté todos lo vamos a extrañar porque lo quieren mucho, nosotros y la gente del barrio”, expresó Gabriela.

Este hombre es un fiel creyente de Dios y hasta hace muy poco iba regularmente a la iglesia, donde era una celebridad. Sigue orando todos los días y poniéndose en las manos de su creador, aceptando sin peros y con impaciencia la hora de su partida. Es que no tiene nada para reprocharle, sólo agradece haber tenido la oportunidad de vivir. 

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