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El fisicoculturista es juzgado por la grave lesión que sufrió su ex pareja

Contradicciones y dudas tras las declaraciones de Batista y familiares

El relato de los testigos de la defensa que complican la coartada del imputado. Los interrogantes del propio presidente del tribunal. La víctima ratificó la acusación

domingo 16 de mayo de 2021 | 0:15hs.
Declaración
Batista llegó al debate en libertad. FOTO: Macarena Bordón
Batista llegó al debate en libertad. FOTO: Macarena Bordón

“Si esa noche su pareja estaba tan borracha como usted dijo, ¿por qué no la ayudó? Y usted también dijo que la escuchó corriendo, ¿pero cómo pudo correr si estaba tan borracha?”, le preguntó Francisco Aguirre, presidente del Tribunal Penal Uno de Oberá, al fisicoculturista Javier Orlando Batista (41), quien está siendo juzgado por lesionar gravemente a su ex pareja, Yenifer Guayaré (29). La respuesta del imputado fue tan evasiva como imprecisa.

En la segunda audiencia, en tanto, la médica pediatra Perla Guayaré (62) explicó cómo halló a su sobrina en la sala de guardia del hospital Samic, en la madrugada del 15 de diciembre de 2016, cuando padeció la grave lesión que la dejó cuadripléjica.

“La encontré tirada en una camilla, toda ensangrentada, llorando. Me dijo que no podía mover las piernas ni los brazos”, detalló ante el Tribunal.
Luego cuestionó el accionar de Batista: “No entiendo por qué la abandonaron y no avisaron. Por qué su presunta pareja hizo eso. Si no hubo nada raro, por qué no llamaron a la familia. ¿No es sospechoso eso? ¿Usted deja tirado a su familiar y se va a su casa?, me pregunto. ¿No habrá algo oculto? ¿No la habrá lastimado a propósito?”.

Pero aquí no terminan los interrogantes sobre el accionar del acusado y las posteriores declaraciones de algunos de sus familiares, como su mamá y su hermana, quienes en la primera audiencia dieron detalles que luego fueron refutados por otros testigos.

Y no testigos de la parte acusadora, sino el propio padrastro y el hermano de Batista, quienes desactivaron la versión que indica que en la fiesta del Club Cooperativa hubo canilla libre, cuestión que la defensa trata de imponer para probar que Guayaré estaba borracha, se cayó y se lesionó sola.

“Tomamos entre todos”
En sus respectivas declaraciones ante el Tribunal, el imputado, su hermana Gabriela Toth y su madre Cecilia Asunción aseguraron que la noche del hecho Guayaré tomó champán en exceso porque era gratis y estaba muy alcoholizada.

“Mi padrastro y ella se tomaron cinco champanes en un plazo corto de tiempo (…) Después de que discutimos ella se tomó otros dos, prácticamente sola”, aseguró Batista.

Por su parte, la damnificada replicó “tomamos entre todos, pero cuando él empezó a pelear dejé de comer y de tomar. Él sí siguió tomando porque estaba enojado. Él no solía tomar, pero esa noche tomó. Yo estuve lúcida en todo momento”.

Pero no sólo Guayaré contradijo a su ex, sino que en la segunda audiencia Juan Toth (55), padrastro del acusado, anuló la coartada de la canilla libre.

“Yo llevé las cajas de champán y también compré gaseosas. La bebida no era gratis (…) Los que más tomamos fuimos Yenifer, mi hijo (Matías) y yo. Mi hijo venía a servirse a cada rato”, reconoció Toth.

Matías Toth (27) ratificó que su papá llevó el champán y lo puso en el freezer. El mismo testigo agregó que luego de la cena se sentó con amigos y “a cada rato” iba a la mesa de su familia para servirse.

Así, el propio hermano del fisicoculturista echó por tierra la insistente versión que señala que Guayaré y Juan Toth tomaron solos tantas botellas que se emborracharon.

Grave acusación
Ante el Tribunal, Yenifer Guayaré reconoció que ni siquiera cuenta con recursos para realizar una adecuada rehabilitación de la parálisis que la aqueja, producto de la caída sufrida en la madrugada del 15 de diciembre de 2016.

En ese contexto, a lo largo del proceso penal tampoco dispuso de medios para sostener la asistencia de un profesional del derecho ni pudo constituirse como querellante particular.

Por ello, en el debate oral la acusación depende exclusivamente de la fiscal Estela Salguero.

El miércoles, Guayaré llegó al Tribunal en silla de ruedas acompañada por su padre. Previamente solicitó no cruzarse con el imputado, quien se retiró de la sala al momento de la declaración de su ex pareja. La mujer contó que la relación duró un año, incluido un mes de convivencia.

Sobre la noche del hecho, contó que en una mesa contigua estaba una amiga a la que no veía desde hacía años. Después de cenar se pusieron a charlar.

“Mi amiga estaba con su pareja y yo le cargué con la época que salíamos entre amigas. Al rato me di vuelta y vi que mi pareja estaba enojado. Ahí empezó una discusión y me trató de puta, que yo vivía de joda”, recordó.

La discusión fue en aumento y Guayaré se quiso ir, pero no tenía las llaves de la casa. Era alrededor de la 1 cuando salieron.

“Fui atrás de él y le pedí la lleve. Se dio vuelta y me agarró de los cabellos, de frente con las dos manos. Ahí ya no me acuerdo más. Después sentía mucho dolor en el cuello, y la sensación de no poder moverme”, detalló.

Luego explicó que la subieron al auto del padrastro del acusado y la trasladaron al hospital, donde su pareja habló con el médico de guardia y le dijo que estaba borracha y se cayó.

Error en el traslado
El jueves, la ronda de testigos comenzó con Perla Guayaré, médica pediatra con 33 años de experiencia en Salud Pública, quien asistió a la víctima en la madrugada del hecho.

“Se largó a llorar y me contó que su pareja la estiró del pelo y se golpeó contra el cordón”, aportó.

Mencionó que si bien el hospital Samic cuenta con el equipamiento necesario, hasta el momento de su intervención a su sobrina no le habían hecho ningún estudio.

La médica se puso en contacto con un traumatólogo y, por los síntomas que tenía la víctima, se hizo evidente que se trataba de un cuadro grave que requería la derivación al Madariaga de Posadas para una cirugía urgente.

Luego se confirmó que padecía una fractura columna cervical y un derrame comprimía la médula.

También cuestionó la forma en que Batista y su familia cargaron y trasladaron en un auto particular a la paciente, cuando el sentido común indica que deberían haber solicitado la asistencia de una ambulancia.

“Por qué la levantaron, siendo que todo el mundo sabe que cuando una persona se lesiona la cabeza y el cuello como ella no hay que levantarla sin tomar ciertos recaudos o llamar al 107 de las ambulancias”, subrayó.

En ese sentido, criticó que el acusado y su hermana hayan trasladado a la víctima hacia el hospital “en un auto pequeño y sin ninguna medida de seguridad”.

“No se puede levantar a un paciente así como lo hicieron. Se debe usar un cuello ortopédico y una camilla rígida. La llevaron y la dejaron tirada en el hospital diciendo que estaba alcoholizada, pero no estaba alcoholizada. Sí estaba muy dolorida, en shock y llorando”, opinó la profesional.

La versión del acusado

En su declaración ante el Tribunal, Batista -asistido por los abogadosOrlando y Héctor Flosi- desestimó la acusación de Guayaré y dijo que la noche del hecho ella se emborrachó.

“Mi padrastro y ella se tomaron cinco champanes en un plazo corto de tiempo. Empezó a hablar con una amiga de la previa que hacían cuando eran solteras. De las borracheras que tomaban. En voz alta, la conversación no daba para el lugar porque era una fiesta familiar”, indicó.

Agregó que la mujer lo insultó y que después se tomó otras dos botellas de champan, lo que luego fue desmentido por la víctima.

En un momento el imputado se levantó para retirarse y le pidió a su hermana que lo lleve a su casa, ante lo cual Guayaré lo siguió y lo agarró del brazo, pero se sacó.

“Aceleré el paso. Escuché que venía corriendo, después un ruido y gemidos. Miré y estaba caída con la cabeza sobre el cordón de la vereda con los pies sobre la calle. Lo primero que me dijo fue que se cayó”, afirmó.

La mamá y hermana del imputado coincidieron al graficar la secuencia de la caída. Los tres citaron que Guayaré corría hacia adelante cuando tropezó, aunque no pudieron explicar cómo cayó hacía atrás, golpeando la cabeza contra el cordón.

Relato de otra ex

En el expediente del caso también se citan las declaraciones en sede judicial de dos ex parejas del imputado. Una aseguró que tuvieron una buena convivencia, pero la otra relató un verdadero infierno.

Según indicó, Batista fue agresivo y violento, pero nunca se animó a denunciarlo.
Dijo que era muy posesivo, al extremo que llegó a romper una mesa porque estaba hablando con una amiga. También el teléfono era un problema y una vez la tomó el cuello, la sacudió y empujó.

En otra ocasión la tiró a la cama y le amagó con pegarle con un cinto, tras lo cual la amenazó con “matar a palos.

En su descargo, el fisicoculturista argumentó que aquella fue la única pareja con la que tuvo problemas porque ella le fue infiel.

El imputado llegó a juicio en libertad y está acusado de lesiones gravísimas doblemente calificadas por el vínculo y por violencia de género, por lo que afronta una pena de hasta 15 años de cárcel.

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