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De Rosita Escalada Salvo

Las infancias vulnerables se hacen visibles

‘Se me ha perdido una niña’ es un libro de relatos inspirados en historias reales de chicos olvidados por la sociedad. “Las infancias que no se ven o no se quieren ver”

viernes 14 de mayo de 2021 | 6:05hs.
Las infancias vulnerables se hacen visibles
Rosita Escalada Salvo y su nueva publicación ‘Se me ha perdido una niña’ Fotos: Sixto Fariña
Rosita Escalada Salvo y su nueva publicación ‘Se me ha perdido una niña’ Fotos: Sixto Fariña

Dicen que el destino no se elige o que lo definen siempre otros. Sólo a veces, y por casualidad o no tanta, alguien recibe el regalo mejor, como Gladis esa Navidad que halló bajo el árbol decorado, una hermosa muñeca.

Cunumí tiene piques en el pie y el pelo despeinado, un viaje le revela paisajes nuevos y una realidad que no la incluye.     

Un perro canela en los huesos se envuelve junto al vagabundo y le hace compañía, echados en la vereda y de camino a la iglesia, y hay que cerrar fuerte los ojos para evitar verlos. 

De niños sin abrigo ni amparo de la ciudad y del campo, de sus mascotas cariñosas y hambrientas, de ranchos, recuerdos y deudas hablan los relatos que integran ‘Se me ha perdido una niña’, la nueva publicación de Rosita Escalada Salvo, dedicada a las infancias vulnerables.

El libro tiene una serie de cuentos cortos con personajes inspirados en historias reales, que la escritora misionera ha ido plasmando y ficcionando a lo largo de unos 20 años.

“Estos cuentos son historias reales con niños reales que fui escribiendo con el paso de los años, claro que tienen ficción, porque hay una base real y luego el escritor imagina hechos y situaciones que no sabe si se dieron así. Y fui escribiendo estos relatos desde mis tiempos de docente en Puerto Rico, de caminar las calles de Posadas y del interior, de visitar las chacras, de ver las noticias, de viajar por nuestro país y por otros países”, explicó la autora a El Territorio.

Y confió que pensó mucho antes de compartir estas historias con los lectores: “No me decidía a publicar porque no son historias para levantar el ánimo sino para despertar conciencias”.

“Todos los personajes son niños reales, algunos ya serán adultos hoy día. Tenía esta carpeta guardada en la computadora con los relatos y seleccione algunos. Son 19 relatos que hablan de infancias desvalidas, de abandono, maltrato, mendicidad, hambre, chicos que deben trabajar, niños que se sienten solos, niños que no van a la escuela”, desarrolló y valoró que en la actualidad  “hay situaciones que ya no se ven tanto, pero hay situaciones dolorosas, hay problemáticas de la infancia que persisten en todo el mundo, y es una gran deuda de los adultos”.

Rescate

El título que da unidad a estos pasajes refiere a una canción infantil popular, “decía ‘se me ha perdido una niña cataplín, cataplín, cataplero, se me ha perdido una niña en el fondo del jardín. Y yo tomé esta canción pero le hice un cambio y el verso quedó ‘se me ha perdido una niña en el fondo de un país”, referenció.

En esa tierra de olvidos, los escritos entrecruzan unas costumbres de la zona como la de los chicos que andan descalzos y juegan todo el día en la vereda, las postales urbanas de cada capital con personas viviendo en la calle y, la existencia de un lugar donde “nunca es Navidad” y no conocen de banquetes ni estrellitas o papás noeles.

De esta manera, lo social se hace relevante. 

“Los cuentos tienen ternura, tienen juegos, costumbres, pero tienen este trasfondo social de las infancias vulnerables, es de alguna manera un rescate de las infancias que no se ven o no se quieren ver. El título es por la canción pero también porque estos niños han perdido la infancia”, reflexionó.

El libro impreso por Ediciones Misioneras salió a la luz en abril, y no tendrá presentación por la pandemia.

“Es que en este contexto pienso que es mejor no organizar un evento presencial y una presentación virtual no me terminaba de convencer ”, dijo la autora de Paíto, entre otros muchos títulos.  

“Me motivó a escribir la impotencia de ver a un niño en un semáforo pidiendo monedas, un niño mbya en el frío durmiendo en una plaza de Posadas. No hablo de ahora sino de siempre, tengo que reconocer que actualmente se están haciendo cosas en muchos ámbitos. Publicar este libro busca mostrar estas infancias. Sería muy feliz si pudiera contribuir a generar conciencia, que las puertas de las casas se abran cuando una persona con hambre toca el timbre, que las instituciones respondan, con esa esperanza tomó forma este libro”.

Perfil
Rosita Escalada Salvo
Escritora
Nacida en San Javier, pasó su infancia en la zona rural de Itacaruaré. Ejerció como docente en Puerto Rico.

Hace 30 años vive en Posadas. Publicó su primer libro a los 43 años.Tiene a la fecha 32 publicaciones, algunas en coautoría. Sus trabajos más recientes son ‘Para jugar al teatro’, que salió en 2020, una recopilación de obras teatrales, con una breve antología y, ‘Se me ha perdido una niña’.     

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