La investigación busca prevenir el contacto con la oruga dado que puede provocar la muerte

Taturanas: San Vicente, San Pedro y San Antonio, con más casos de lesiones

Del trabajo de campo en Misiones, que ya lleva cinco años, se desprenden algunos aportes sobre la toxicidad y los ambientes de mayor actividad del insecto
jueves 13 de mayo de 2021 | 3:30hs.
Misiones, única provincia que tiene presencia y distribución de este género. Foto: carina martínez
Misiones, única provincia que tiene presencia y distribución de este género. Foto: carina martínez

Misiones es la única provincia del país con la presencia de taturana, una oruga venenosa capaz de provocar la muerte en su etapa de larva. Su mayor población y registro de accidentes, ocurren entre los municipios de San Pedro, San Antonio y San Vicente.

Con el objetivo de dotar a la comunidad de mayor información sobre métodos preventivos sobre los ciclos de actividad de este insecto que es entre abril y mayo, se lleva adelante el proyecto de investigación “Taturana”.

El trabajo que ya lleva cinco años en la provincia consiste en la cría de estas orugas y el análisis del veneno de su veneno. Es de autoría de la licenciada en Biología con orientación en Entomología, Milena Casafús, becaria del Conicet, quien realiza un doctorado relacionado al género lonomia, comúnmente conocido como taturana, en Misiones, por ser la única provincia en Argentina que tiene presencia y distribución de este género.

Una de las características es que en su estado larval tiene el cuerpo recubierto por una capa de espinas que en su interior tienen una mezcla de compuestos tóxicas, que además de generar las reacciones comunes, producen Síndrome Hemorrágico Sistémico que puede llevar a la muerte.

Del comportamiento de la oruga, la investigación aportó: en cuanto a los árboles donde pueden encontrarse, se registraron nás de 16 tipos y con cada nuevo ciclo van rotando de especie, difícilmente repitan el mismo árbol o tengan preferencia por alguno. En diálogo con El Territorio, Milena Casafús dijo “en ese entonces no se conocía nada sobre la taturana, ahora sabemos su distribución dentro de la provincia, biología y los accidentes. En Misiones, San Antonio ocupa el primer lugar en cuanto a registro de accidentes, el segundo lugar San Pedro y el tercer lugar San Vicente. Son lugares con mucha actividad de oruga, lo que tendría que ver con factores ambientales”.

Si bien no existe un estudio local que determine el motivo por el cual exista la presencia de orugas en los puntos mencionados, teniendo en cuenta teorías y publicaciones realizadas por algunos autores en otros países, entre los factores ambientales que favorecen a la presencia de la taturana, está la pérdida del monte nativo a consecuencia de ladestrucción de áreas naturales para la implementación de cultivos, cultivos exóticos, utilización desmedida de agroquímicos o extracción de madera. Todo esto no solo destruyendo el habitad de las orugas estás sino provocando un desequilibrio ecológico, matando a los insectos que son enemigos naturales de las taturanas.

Metodología de estudio
Lo interesante de la iniciativa es que mediante la cría de las orugas que son capturadas vivas y el análisis del grado de toxicidad de los venenos, fue posible conocer cuestiones biológicas de la oruga sino que permitió formar una red de profesionales de la salud y determinar que el Samic de Puerto Iguazú, cuente con los recursos necesarios para atender a los pacientes que hayan sido infectados por las espinas venenosas de la taturana.

Cinco años atrás cuando Casafus llegó a Misiones a fin de estudiar a la oruga de forma simultánea con la aparición de pacientes que presentaban síntomas que tendrían relación con las toxinas en las espinas de las taturanas, situación que venía en aumento, no existían datos e información sobre el género. Mediante el arduo trabajo realizado por la becaria y demás equipo, se constituyó una 0base de datos de los tres puntos de la tierra colorada con mayor número de accidentes y hallazgos de taturanas.

Abril y mayo representan uno de los ciclos con mayor actividad de orugas, y el segundo en noviembre-diciembre-enero. En este ciclo se han registrado tres accidentes en los últimos 20 días, siendo necesario que la población tenga mayor conciencia y conocimiento sobre las lonimias, a fin de evitar la muerte de las mismas y prevenir nuevos casos.

“La solución no es matarlas y cortar los árboles donde están las orugas, es bueno que la gente tenga en cuenta las medidas preventivas y recurrir a los centros adecuados. En la provincia los casos de accidentes son tratados en el hospital de Iguazú y armamos una red para que los médicos conozcan más sobre el cuadro clínico de estas orugas”, explicó Milena. En el mismo ámbito para la investigadora fue de suma importancia el aporte realizado por los guardaparques de la provincia.

A fin de lograr este propósito evitando tanto los accidentes que pueden derivar a la muerte, como preservar el género de los ataques humanos, desde el proyecto desarrollaron una serie de consejos para que la población conozca algunas características para identificarlas. En cuanto a algunas características para identificarlas y distinguirlas de otras larvas, es que las taturanas llegan a medir un máximo de 7 centímetros de longitud, son de color marrón verdoso con manchas blancas amarillentas, poseen el cuerpo cubierto de espinas color verde o marrón que su interior contienen componentes tóxicos que pueden ser mortales; su vida es nocturna y durante la noche se alimentan de las hojas de los árboles y durante el día descansan sobre el tronco en colonias de varios individuos. 

Taturanas: San Vicente, San Pedro y San Antonio, con más casos de lesiones
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