Por moda gastronómica, es la fruta top de las verdulerías porteñas
En los últimos cinco años creció la oferta de paltas en las verdulerías de la ciudad de Buenos Aires y las cosechas de esta fruta que provienen de las provincias del Norte del país, como Misiones, y también llegan desde Chile y Perú, siguen ganando consumidores en las góndolas porteñas.
Hace unos diez años, la palta era una especie de fruta exótica que sólo se podía comprar en algunos supermercados que la importaban, pero en los últimos años se fue abriendo camino en casi todas las verdulerías de barrio gracias al crecimiento de la producción nacional. A pesar de no ser una fruta económica, pues su precio oscila entre los 150 y los 200 pesos, su consumo creció ayudado por la cantidad de inmigrantes latinoamericanos que viven en esta ciudad y gracias a dos platos muy difundidos en la gastronomía local: el sushi y la salsa de guacamole.
El Territorio realizó ayer una recorrida por algunas verdulerías del barrio porteño de Almagro donde la palta se vende a un promedio de 180 pesos la unidad. Se trata de la palta pequeña del tamaño de un puño (variedad Hass). También se vende la otra, más grande, que es más económica y tiene un valor de 80 pesos porque, según explicaron los verduleros, es más acuosa y cuando se la corta muchas veces la pulpa ya está pasada y se desperdicia gran parte de la fruta. Durante los meses de verano, es común encontrar en algunas esquinas de Palermo a los vendedores ambulantes de palta, que suelen llegar por la mañana con sus bolsas repletas. Para las fiestas de Navidad y Año Nuevo se venden más que nunca las paltas.
“Empezamos a comprar primero un cajón por semana y ahora bajamos dos cajones diarios porque se vende todo. La gente la ocupa mucho y a pesar de que no es barata, se vende bien”, explicó Oscar, a cargo de una verdulería ubicada sobre la avenida Medrano.
Con respecto al origen de estas frutas, dijo: “Nosotros compramos la palta nacional, que viene de las provincias del Norte, y también la importada que siempre es más cara. Y vendemos todo”.
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