La tuberculosis provoca anualmente más de 11.000 nuevos casos en Argentina, de los cuales un promedio de 200 se diagnostica en Misiones. Una cifra que se mantiene estática desde hace al menos diez años. Actualmente, según el cuarto Boletín Epidemiológico sobre Tuberculosis en Argentina, recientemente difundido, la tierra colorada es la decimosegunda provincia en el ranking que más casos notifica, en primer lugar está Salta. Y en lo que respecta a casos mortales, Misiones quedó en sexto lugar con once víctimas.

A nivel país, el 17% de los casos corresponde a niños y adolescentes y el 78% de los contagios se diagnosticó en la población en edad productiva (20 a 44 años). La tasa nacional se ubica en 27,81 por cada 100 mil habitantes con marcadas diferencias entre las jurisdicciones, aunque todas presentaron casos de tuberculosis. El 78% de los nuevos diagnósticos fue tuberculosis con localización pulmonar.

Factores como pobreza, malnutrición y hacinamiento hacen que la enfermedad se transmita fácilmente de persona a persona y en el contexto actual, pese a que la persona pueda pensar que está con Covid-19, hay sintomatología específica para esta patología y estudios clínicos como la prueba del Mantoux PPD terminan por confirmar la presencia de tuberculosis, que puede afectar con más fuerza a los niños.

“Lo principal que tiene un paciente con tuberculosis es la fiebre, pero más que nada es una fiebre nocturna, tienen sudoración, bajo peso y una tos persistente durante más de 15 días con catarro”, explicó a El Territorio la médica Mariana Rolón,  del Programa Provincial de Tuberculosis.

En tanto, si un paciente con tuberculosis contrae coronavirus, tiene un 3,6% de posibilidades de agravar su situación.

“La tuberculosis es una enfermedad que se aloja principalmente en los pulmones, pero también puede alojarse en otras partes del cuerpo, que son los casos extrapulmonares, como vejiga, ganglios, cerebro o abdomen. Pero principalmente se ve tuberculosis pulmonar, que es la más sintomática, de rama pleural y a veces son extrapulmonares, pero los pacientes empiezan con dificultad para respirar, van a la guardia, les hacen una placa y se ve el líquido en los pulmones, se lo estudia y el diagnóstico da tuberculosis”, señaló la médica, que agregó que la curva de la enfermedad está en una meseta, los casos no aumentan ni descienden. Pero actualmente las personas consultan más temprano.

“Esta enfermedad se transmite por el solo hecho de hablar, es muy contagiosa, se transmite principalmente por el aire al hablar con un contagiado, por estar más de cuatro horas conviviendo con una persona que tenga tuberculosis”, indicó.

Aunque, además, hay otros factores de riesgo como la malnutrición, el estrés o tener una patología inmunodeficitaria.

Prevenir

El barbijo usado por una persona contagiada o al estar cerca de un paciente es uno de los métodos de prevención, mantener ventilados los ambientes ayuda mucho. Asimismo, vacunar con la BCG a todos los recién nacidos y al ingreso escolar previene manifestaciones graves como la meningitis tuberculosa.

“Pero cuando la persona tiene síntomas, debe acudir al consultorio”, dijo la profesional de la salud.

En Misiones el consultorio central funciona en el Hospital Madariaga, donde se atiende de lunes a viernes con dos médicos clínicos y una pediatra, con turno previo al WhatsApp 3764-394832. Pero además hay una red de referentes en toda la provincia para poder hacer el seguimiento y evaluación de los pacientes que no viven en Posadas.

“En lo que va del 2021 tuvimos 63 casos nuevos, pero los picos son desde agosto hasta diciembre”, aclaró Rolón.

Desde el diagnóstico hasta el seguimiento y tratamiento son gratuitos en la provincia y el éxito de la curación dependen de cumplir a rajatabla con las indicaciones.

“La enfermedad se puede curar siempre y cuando el paciente cumpla con el tratamiento, que consta de cuatro medicaciones durante seis meses. Ahí se evalúa cómo sigue el cuadro y si tiene otras enfermedades, como el HIV, que es muy frecuente en pacientes con tuberculosis, el tratamiento se prolonga un poco más, unos nueve a doce meses”, sostuvo.

Sin embargo, las reinfecciones o recaídas son una realidad. “A veces la persona se contagia y tiene un hijo que no se enferma en este momento, se enferman unos años después y se vuelven a reinfectar entre los dos. Pero a los niños en particular la tuberculosis les afecta más por su inmunidad inmadura, es más peligroso en ellos, por eso cuando detectamos un caso tenemos que controlar a todo el grupo familiar o personas que rodean al paciente”, comentó.

En ese punto particular, sobre la población pediátrica y adolescente con tuberculosis, el Ministerio de Salud de la Nación informó que la enfermedad “no muestra mejoría en los últimos años” en ninguna jurisdicción.

“El aumento de la notificación de casos, el bajo porcentaje de éxito del tratamiento, las pérdidas de seguimiento del 10% de los casos y la falta de información sobre el resultado de tratamiento en un tercio de los casos definen un escenario de la tuberculosis en niños que debe ser prioritariamente abordado”, sostuvieron.

Y añadieron que la tuberculosis en niños está “asociada a la pobreza, el hacinamiento, la desnutrición y, en los adolescentes, al uso de sustancias psicotrópicas. Es fundamental continuar y fortalecer la vigilancia activa de forma coordinada de todos los contactos domiciliarios o escolares que permitan la detección temprana y tratamiento oportuno de niños y el tratamiento preventivo de los expuestos. En conclusión, la carga de la enfermedad en la población pediátrica y adolescente es el reflejo de una transmisión sostenida en la comunidad”.

Tuberculosis: lo que hay que saber
Contagio
La enfermedad es muy contagiosa, se transmite principalmente por el aire al hablar con un contagiado o por convivir con una persona que tenga tuberculosis.

Síntomas
Tos y/o catarro por más de 15 días, expectoración con sangre, dificultad para respirar, pérdida de peso, fiebre y sudor nocturno, fatiga y decaimiento.

Prevención
Usar barbijo, mantener ventilados los ambientes y vacunar con la BCG a los recién nacidos y al ingreso escolar previene casos graves como la meningitis tuberculosa.

Tratamiento
El tratamiento consiste en seis meses de medicación diaria, en los primeros dos se toma un cóctel de tres drogas, mientras que en los cuatro meses siguientes se usan antibióticos.