Quinta jornada del juicio por el doble homicidio de Puerto Rosario

“Los cuerpos estaban tan mal que era imposible reconocerlos”

Junior López dio detalles del hallazgo de los cadáveres de Olivia Márquez y Sandro Leiva. “No sabemos por qué los asesinaron en forma tan cruel”, lamentó un familiar
jueves 06 de mayo de 2021 | 3:00hs.
Detenido
Detenido

La descripción del lugar donde fueron sepultados los cadáveres de Olivia Márquez (46) y su concubino Sandro Leiva (41) no sólo denota el desprecio que exhibieron los asesinos por la vida ajena, sino que también indica que se creían impunes y tal vez pensaron que nunca los iba a alcanzar la justicia.
Una fosa casi al ras del suelo cubierta con piedras, tierra y algunas ramas cortadas de un árbol cercano fue rápidamente descubierta por los policías que el 2 de abril de 2017 allanaron la chacra del ex cabo de la Policía Víctor Dlugokinski (35), en paraje Puerto Rosario, municipio de Florentino Ameghino.
La pareja había sido vista por última vez el 28 de marzo, cinco días antes del hallazgo de sus cuerpos.
Ese mismo día, alrededor de las 20, una patrulla de Gendarmería situada sobre la ruta provincial costera 2 identificó a Dlugokinski a bordo de su Chevrolet Aveo, en cuyo baúl transportaba una motocicleta desarmada.
Cuatro días después, el 1 de abril, los restos de la moto fueron encontrados en el arroyo Los Toros y se estableció que pertenecía a la pareja desaparecida.
Con éstos y otros indicios, la Justicia de Instrucción de Oberá ordenó el allanamiento de la propiedad de Dlugokinski -quien al momento del hecho era policía en actividad-, donde los pesquisas hallaron los cadáveres y una de las armas utilizadas para asesinarlos.
“En un momento me llamó la atención unos gajos de un árbol recién cortado porque se notaba que tapaban un sector de tierra removida, revisamos y ahí encontramos los restos de las víctimas. Los cuerpos estaban en tan mal estado que era imposible reconocerlos”, precisó el oficial Junior César López (28), quien participó de aquel operativo.

Junior López fue uno de los efectivos que participó del operativo en el que se hallaron los cuerpos en una fosa. FOTO: Macarena Bordón


Reguero de pruebas
López fue uno de los cuatro testigos que prestaron declaración ayer ante el Tribunal Penal Uno de Oberá, durante la quinta audiencia del juicio oral por el doble homicidio.
Por el hecho son juzgados el ex policía Dlugokinski y su cuñado Leandro Bublitz (38). También está imputado el hermano del primero, Pablo Dlugokinski (38), quien se halla preso en Brasil.
El relato del oficial fue preciso en cuanto a detalles del hallazgo de los restos de la moto y luego del allanamiento de la chacra donde ultimaron a las víctimas.
Recordó que Daiana Mouls (24), hija de Márquez y constituida como querellante en el proceso penal, fue quien recepcionó y constató el dato del hallazgo de la moto en el arroyo y dio aviso a la Policía.
Ante el Tribunal, López manifestó que “el agua estaba baja, por eso desde el puente pudimos ver las partes. Un señor estaba con una lanchita y colaboró con nosotros para llegar al lugar”.
Al otro día estuvo en la chacra y fue uno de los policías que encontró los cadáveres. “Había rastros de las ruedas de un carro, lo que nos hizo presumir que llevaron los cuerpos en carro hasta el lugar donde los enterraron”, precisó.
Ante la consulta del abogado Juan Szymcak, querellante en representación de Mouls, agregó que la fosa se hallaba a unos 100 metros de la casa de Dlugokinski.
En esa línea, indicó que la escopeta utilizada para cometer el crimen se encontró un rato más tarde y a unos 20 metros de los cadáveres, escondida al pie de un árbol.
Ultimados
A su turno, la fiscal Estela Salguero le preguntó a López por la disposición de la chacra y qué tipo de acceso había hasta el lugar donde encontraron la fosa con los cuerpos, a lo cual respondió que no pudieron llegar hasta allí con el móvil porque había piedras y pozos.
Precisamente, la dificultad del terreno avala la hipótesis que indica que los asesinos utilizaron un carro de bueyes para trasladar los cuerpos desde la casa de Dlugokinski hasta donde los enterraron.
Tal como consta en el expediente, Márquez y Leiva fueron ultimados con la pistola reglamentaria del ex policía y con una escopeta de su propiedad.
Sobre las armas se estableció que luego del hecho Dlugokinski viajó a Oberá y guardó pistola 9 mm en la finca de oficiales de la Unidad Regional II, donde prestaba servicios. La escopeta fue hallada cerca de los cadáveres.
Según se determinó, la pareja fue ejecutada en el patio de la casa del ex policía, en la misma chacra donde los sepultaron.
Una prueba clave fue el hallazgo de manchas de sangre que fueron tapadas con chapas. Dichas pruebas fueron analizadas y resultaron compatibles con las víctimas.
Luego, los asesinos trasladaron los cadáveres en un carro de bueyes que había en la propiedad.
Se supone que los autores del hecho cubrieron el piso del carro con hojas y marlos de choclo, sobre lo cual colocaron los cadáveres.
Pedido de justicia
Ayer también declaró Luis Leiva (53), hermano del asesinado Sandro Leiva. El testigo mencionó que no conocía a los acusados, pero sí sabía que las víctimas trabajaban para el ex policía en labores de la chacra.
“Les voy a pedir justicia. Mi hermano no era malo, nunca tuvo problemas con la Justicia. Se llevaba bien con los vecinos, era humilde y trabajador. Confío en la Justicia y pido que los culpables paguen”, remarcó ante el Tribunal.

Luis Leiva pidió justicia por su hermano Sandro. / FOTO: Macarena Bordón.

Describió el lugar donde fueron sepultadas las víctimas: “Un cerro con capuera, en una fosa muy precaria”, tras lo cual indicó que su hermano Mario fue quien reconoció los cuerpos.
“Hasta ahora no sabemos por qué los asesinaron en forma tan cruel”, agregó.
Por su parte, el policía Néstor Machado (35) reconoció que tenía una relación de amistad con Dlugokisnki, quien también era músico y solía actuar en el camping de su camarada, en Colonia Resinguero.
A pesar de la relación que lo unía con el imputado, como era conocedor de la zona Machado colaboró en las pesquisas del caso con la Brigada de Investigaciones de la UR II.
Al respecto, aportó que la moto hallada en el arroyo Los Toros era de Leiva y tenía puesta la patente. También “sabía que Leiva trabajaba para Víctor”, agregó.
En otro tramo le consultaron qué sabía de las circunstancias del deceso de Ildo Victorino Dlugokinski (58), el papá del ex policía, quien falleció apenas tres días antes que la pareja.
Si bien ese hecho se cerró como un incendio accidental, puesto que el cuerpo de la víctima quedó reducido a cenizas por las llamas que quemaron su casa, para los investigadores del asesinato de Márquez y Leiva ambos hechos guardarían estrecha relación.
“Había rumores, pero nada concreto”, fue la escueta respuesta de Márquez al respecto.

La principal hipótesis

En la quinta audiencia también testificó la oficial Karina Benítez (39), jefa de la comisaría de Ameghino, quien aportó datos ya conocidos.
Mencionó que la detención de Bublitz -el primero en ser capturado- estuvo a cargo de personal de la Brigada de Investigaciones de la UR II, aunque no pudo precisar si el mismo imputado brindó detalles sobre el lugar donde fueron hallados los cuerpos.
Esa incógnita podrá develarse en la audiencia de hoy con la declaración de más policías que participaron de las pesquisas.
Con relación a Bublitz, ya en la instrucción declaró que los hermanos Dlugokinski habrían matado a la pareja en venganza porque sospechaban que mataron a su padre.
Por ello, más allá de que en el presente debate no se juzga las circunstancias del deceso del progenitor del policía, ambos casos podrían estar conectados.
Para hoy, en tanto, están previstos los últimos cuatro testigos, tras lo cual se daría inicio a los alegatos.

 

 

“Los cuerpos estaban tan mal que era imposible reconocerlos”
“Los cuerpos estaban tan mal que era imposible reconocerlos”
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